Capítulo 3
Pablo describe la apostasía y los tiempos peligrosos de los últimos días — Las Escrituras guían al hombre a la salvación.
1 Esto también debes saber: que en los postreros días vendrán tiempos peligrosos.
2 Porque habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, blasfemos, desobedientes a sus padres, ingratos, impíos,
3 sin afecto natural, implacables, calumniadores, sin dominio propio, crueles, aborrecedores de lo bueno,
4 traidores, impetuosos, envanecidos, amadores de los deleites más que de Dios,
5 teniendo apariencia de piedad, pero negando la eficacia de ella; a estos evita.
6 Porque de estos son los que se meten en las casas, y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, llevadas por diversas concupiscencias;
7 que siempre están aprendiendo, pero nunca pueden llegar al conocimiento de la verdad.
8 Y de la manera que Janes y Jambres resistieron a Moisés, así también estos resisten a la verdad; hombres corruptos de entendimiento, reprobados acerca de la fe.
9 Pero no llegarán lejos, porque su insensatez será manifiesta a todos, como también lo fue la de aquellos.
10 Pero tú has seguido fielmente mi doctrina, conducta, propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia,
11 persecuciones, aflicciones como las que me sobrevinieron en Antioquía, en Iconio, en Listra; persecuciones que he sufrido, pero de todas me ha librado el Señor.
12 Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, padecerán persecución.
13 Pero los malos hombres y los engañadores irán de mal en peor, engañando y siendo engañados.
14 Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido;
15 y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.
16 Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia,
17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra.