Capítulo 30
En los últimos días, Judá e Israel serán congregados en sus propias tierras — David, su rey (el Mesías), reinará sobre ellos.
1 La palabra que vino a Jeremías de parte de Jehová, diciendo:
2 Así habló Jehová Dios de Israel, diciendo: Escribe en un libro todas las palabras que te he hablado.
3 Porque he aquí que vienen días, dice Jehová, en que haré volver de la cautividad a los de mi pueblo de Israel y de Judá, ha dicho Jehová, y los haré volver a la tierra que di a sus padres, y la poseerán.
4 Estas, pues, son las palabras que habló Jehová acerca de Israel y de Judá.
5 Porque así ha dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor, de terror y no de paz.
6 Preguntad ahora y mirad: ¿Acaso da a luz el varón? ¿Por qué veo que todo hombre tiene las manos sobre sus lomos, como mujer que está de parto, y que se han puesto pálidos todos los rostros?
7 ¡Ah, cuán grande es aquel día! Tanto, que no hay otro semejante a él; es tiempo de angustia para Jacob, pero de esta será librado.
8 Y sucederá en aquel día, dice Jehová de los ejércitos, que yo romperé el yugo de tu cuello y romperé tus coyundas; y extranjeros no volverán a ponerlo en servidumbre,
9 sino que servirán a Jehová su Dios y a David, su rey, a quien yo les levantaré.
10 Tú, pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices, oh Israel, porque he aquí que yo soy el que te salvo desde lejos, a ti y a tu descendencia, de la tierra de su cautividad. Y Jacob volverá, y descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le atemorice.
11 Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré por completo a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con justicia; y de ninguna manera te dejaré sin castigo.
12 Porque así ha dicho Jehová: Incurable es tu quebranto y grave tu herida.
13 No hay quien juzgue tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces.
14 Todos tus amantes te olvidaron; no te buscan, porque te herí como hiere un enemigo, con azote de adversario cruel, a causa de la magnitud de tu iniquidad y de la multitud de tus pecados.
15 ¿Por qué gritas a causa de tu quebranto? Incurable es tu dolor, porque por la magnitud de tu iniquidad y por la multitud de tus pecados te he hecho esto.
16 Pero serán devorados todos los que te devoran; y todos tus adversarios, todos ellos irán al cautiverio; y saqueados serán los que te saquearon, y a todos los que te despojaron daré en despojo.
17 Mas yo haré venir sanidad para ti y sanaré tus heridas, dice Jehová, porque Desechada te llamaron, diciendo: Esta es Sion, a la que nadie busca.
18 Así ha dicho Jehová: He aquí, yo hago volver del cautiverio las tiendas de Jacob, y de sus moradas tendré misericordia; y la ciudad será edificada sobre su colina, y la ciudadela será asentada en su lugar.
19 Y saldrá de ellos acción de gracias y voz de los que están en regocijo; y los multiplicaré, y no serán disminuidos; los glorificaré, y no serán menospreciados.
20 Y serán sus hijos como antes, y su congregación delante de mí será confirmada, y castigaré a todos sus opresores.
21 Y de ellos saldrá su soberano, y de en medio de ellos saldrá su gobernante; y le haré acercarse, y él se acercará a mí, porque, ¿quién es aquel que dedicó su corazón para acercarse a mí?, dice Jehová.
22 Y vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios.
23 He aquí, la tempestad de Jehová sale con furor; la tempestad que se avecina se arremolinará sobre la cabeza de los malvados.
24 No se aplacará el ardor de la ira de Jehová hasta que haya hecho y cumplido los propósitos de su corazón; en los últimos días entenderéis esto.