Los hombres jóvenes se encuentran en un momento de preparación y de crecimiento espiritual personal. Por consiguiente, los padres, el obispado y los demás líderes del Sacerdocio Aarónico, ayudan a cada joven a:
- Convertirse al evangelio de Jesucristo y vivir según sus enseñanzas.
- Servir fielmente en los llamamientos del sacerdocio y cumplir las responsabilidades de los oficios en el sacerdocio.
- Dar servicio significativo.
- Prepararse y vivir dignamente para recibir el Sacerdocio de Melquisedec y las ordenanzas del templo.
- Prepararse para servir en una misión honorable de tiempo completo.
- Obtener la mayor instrucción académica posible.
- Prepararse para llegar a ser un esposo y padre digno.
- Dar el debido respeto a las mujeres, a las mujeres jóvenes y a los niños.
Los padres y los líderes ayudan a los hombres jóvenes a lograr estos objetivos en las noches de hogar, el estudio familiar de las Escrituras, las reuniones, las actividades y las entrevistas, alentándolos a participar en el programa Mi Deber a Dios (véase 8.12).
Los hombres jóvenes no deben recitar estos objetivos en sus reuniones o actividades.
Manual 2: Administración de la Iglesia, 2010, 8.1.3
Visita la Capacitación para líderes del Sacerdocio Aarónico para saber cómo ayudar en lograr esos objetivos.
