Bautismos
La música para un servicio bautismal puede incluir música de preludio; un himno de apertura; una selección musical, música de interludio o cantar canciones de la Primaria conocidas mientras las personas que formaron parte del bautismo se cambien de ropa; un himno de clausura; música de postludio (véase Manual 2: Administración de la Iglesia, 20.3.3).
Bodas
En una ceremonia de boda que se lleve a cabo en una residencia particular o en un edificio de la Iglesia se podría incluir música de preludio, himnos, selecciones musicales especiales y música de postludio. Las ceremonias de matrimonios civiles deben ser sencillas, tradicionales y sin pomposidad en el proceder. Cuando se efectúa una ceremonia de boda en un edificio de la Iglesia, no es apropiado tocar una marcha nupcial.
Funerales
La música para funerales podría incluir música de preludio, un primer himno, selecciones musicales especiales, un último himno y música de postludio. Los himnos sencillos y otras canciones con mensajes del Evangelio son lo más apropiado para estas ocasiones. El primer y el último himno por lo general los canta la congregación.
El obispo considera los deseos de la familia, pero se asegura de que el funeral sea sencillo y digno, con música, palabras y sermones breves centrados en el Evangelio (véase el Manual 2, 18.6.4).
Actividades
Las actividades a nivel de barrio, estaca y multiestaca unen a los miembros de la Iglesia como “conciudadanos con los santos” (Efesios 2:19). Además de proporcionar diversión y entretenimiento, las actividades deben edificar testimonios, fortalecer a las familias y fomentar unidad y crecimiento personal.
Las actividades de la Iglesia se deben planear para cumplir propósitos centrados en el Evangelio. Alguno de ellos es desarrollar los talentos y la apreciación de las artes culturales.
Los que planean actividades se esfuerzan a fin de que los participantes tomen parte activamente, ya que participar es por lo general más beneficioso que simplemente observar. Una manera de fomentar la participación es hacer que los miembros utilicen sus dones, habilidades y talentos en la actividad. Estas actividades, que podrían incluir espectáculos de talentos o actuaciones de baile, música y drama, también fomentan creatividad, confianza, comunicación y cooperación.
Aunque se pueden aprobar oradores y artistas para las actividades, no se deben seleccionar oradores solo como entretenimiento y que únicamente mencionen el Evangelio de manera superficial. Tampoco se deben seleccionar oradores que tengan que viajar grandes distancias.
Las unidades pueden auspiciar actividades optativas que presenten entidades relacionadas con la Iglesia. Tales actividades incluyen grupos artísticos de universidades de la Iglesia, programas especiales para jóvenes e importantes eventos culturales periódicos.
Cierta música cultural y recreativa se puede presentar en la capilla durante la semana. Sin embargo, el salón de actividades es por lo general un marco más apropiado para tal música. Los líderes locales del sacerdocio resuelven preguntas sobre qué música es la apropiada en el salón sacramental. Por lo general, los aplausos no son apropiados en el salón sacramental.
Bailes
En todos los bailes, la letra de las canciones y la música deben contribuir a un ambiente en el que pueda estar presente el Espíritu del Señor. El ritmo de la música, ya sea instrumental o vocal, no debe sonar más fuerte que la melodía. El volumen debe ser lo suficientemente bajo para permitir que dos personas que estén una al lado de la otra se oigan durante el transcurso de una conversación normal.