Pautas para su uso
Si se dispone de un órgano, este se emplea normalmente para la música de preludio y postludio y para el acompañamiento de los himnos. El piano se puede utilizar para esos fines cuando no se disponga de un órgano o de un organista.
Utilizar el piano y el órgano al mismo tiempo no es una práctica común en las reuniones de la Iglesia. No obstante, en ocasiones se podrían utilizar estos instrumentos juntos (véase también “Música adecuada para las reuniones de la Iglesia”).
Cuando no se disponga de un piano o de un órgano, se puede utilizar un teclado musical electrónico portátil.
Los miembros pueden usar el Juego del curso de acompañamiento musical (artículo nro. 33620), disponible en los Centros de distribución de la Iglesia, para aprender a tocar un teclado.
Obtener instrumentos musicales
Por lo general, a los edificios de la Iglesia se le proporciona un órgano, pianos o teclados electrónicos. Los líderes del sacerdocio pueden consultar con la División de Compras de las Oficinas Generales de la Iglesia o con la oficina administrativa asignada para solicitar información sobre la adquisición de instrumentos nuevos o su reemplazo.
Mantener instrumentos musicales
El obispo agente de cada centro de reuniones y el representante de estaca en propiedades (un miembro del sumo consejo) deben asegurarse de que los pianos y los órganos estén afinados, de que se mantengan en buen estado y de que se reparen, según sea necesario.