El élder Gong comparte cómo los maestros —al igual que Jesús— pueden “nutrir” a otras personas

Por Marianne Holman Prescott, de la Redacción de Church News

  • 17 Febrero 2017

El élder Gerrit W. Gong, de la Presidencia de los Setenta, dirige la palabra durante el devocional anual del Sistema Educativo de la Iglesia, “Una velada con una Autoridad General”, que se efectuó el 17 de febrero.

Puntos destacados del artículo

  • Comiencen con compasión; concluyan con bondad.
  • Comiencen con lo que tenemos y con quiénes somos ahora.
  • Sean organizados y actúen de manera ordenada.
  • Expresen gratitud.
  • Aprendan a recibir y a dar; enseñen y sean enseñados.
  • Tiendan la mano al grupo, así como a la persona en particular.
  • Procuren revelación.

“Enseñar llenos del Espíritu vuelve como el pan [en] el agua, como los panes y los peces, con más de lo que comenzamos” —élder Gerrit W. Gong, de la Presidencia de los Setenta

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“Que un mayor aprecio por el ministerio de nuestro Salvador nos acerque a nosotros, a nuestra familia y a nuestros alumnos más a Él”, dijo el élder Gerrit W. Gong, de la Presidencia de los Setenta, durante el devocional anual del Sistema Educativo de la Iglesia, “Una velada con una Autoridad General”, que se efectuó el 17 de febrero.

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El evento, que se celebró en el Tabernáculo de la Manzana del Templo, reunió a instructores y personal de Seminarios e Institutos en el centro de Salt Lake City y a lo largo de todo el mundo, mediante una transmisión satelital. Además del élder Gong, en el programa participó el élder Kim B. Clark, Setenta Autoridad General y Comisionado del Sistema Educativo de la Iglesia. La música del evento estuvo a cargo de un coro compuesto por empleados del Sistema Educativo de la Iglesia y sus cónyuges, de la zona del Valle del Lago Salado, Utah.

“En este mundo, entre espinas y cardos… el Salvador nos bendice con maná, el pan de cada día, Su promesa en la Santa Cena de poder tener vida, esperanza, gozo, y que los tengamos en abundancia”, dijo el élder Gong.

Valiéndose del Nuevo Testamento, el élder Gong mostró un video que ilustra la experiencia del Salvador, “el Pan de Vida”, en la que alimentó a la multitud con solo unos pocos panes y peces.

“¿Qué notaron, sintieron o aprendieron de Jesucristo alimentándonos a cada uno de nosotros, y a todos nosotros?”, preguntó el élder Gong. “¿Eran los panes como el maná, dulces como el culantro y la miel? ¿Y cómo nos alimentaron, y saciaron a todos, dos pequeños peces?”.

El élder Gong compartió nueve cosas que pueden ayudar a una persona a que entienda mejor al Salvador, se acerque más a Él y llegue a ser más semejante a Él.

1. Nuestro Salvador tiene compasión.

“Muchos de los milagros de nuestro Salvador comienzan con Su comprensión y compasión”, dijo el élder Gong. “Él conoce nuestro corazón y circunstancias; está lleno de compasión por nuestras esperanzas y nuestros dolores, nuestros deseos y nuestras necesidades”.

Valiéndose de ejemplos del Salvador que se hallan en las Escrituras, el élder Gong habló sobre la capacidad del Señor de recibir, enseñar y sanar a las personas.

“A lo largo de Su ministerio, nuestro Salvador siente compasión: compasión por el leproso, compasión por el hijo del hombre poseído por un espíritu inmundo, compasión por una madre viuda cuyo único hijo ha muerto. Nuestro Salvador nos enseña a ser como el buen samaritano que tuvo compasión por el hombre herido y dejado por muerto… Nuestro Salvador comienza con compasión y concluye con amable bondad”.

2. Nuestro Salvador comienza con lo que ellos tienen.

El élder Gerrit W. Gong, de la Presidencia de los Setenta, lleva pan a su mensaje dado durante “Una velada con una Autoridad General”, en el Tabernáculo de la Manzana del Templo, en Salt Lake City, el viernes 17 de febrero de 2017. El élder Gong dijo: “Quizás porque toda la gente de todas partes entiende y depende del pan, nuestro Salvador declaró: ‘Yo soy el pan de vida’”. Foto por Laura Seitz, Deseret News.

“Con el deseo de alimentar a la multitud, nuestro Salvador comienza preguntando a Sus discípulos [qué es] lo que tienen”, dijo. “Él es el Creador del mundo, el Señor del cielo y de la tierra, pero comienza con lo que ellos tienen, desde donde están”.

El Salvador tiene la capacidad de tomar lo que alguien tiene y hacer que sea suficiente.

“¿Alguna vez se miran a ustedes mismos, lo que tienen que enseñar o a quienes tienen que enseñar y se preguntan cómo lo que tienen puede ser suficiente?”, preguntó. “Quizás, como los discípulos, vemos los pocos panes y peces pequeños y nos maravillamos: ‘… pero, ¿qué es esto para tantos?’”.

En el salón, los maestros invitan a los alumnos a contribuir a la clase, donde algunos ofrecen más, otros menos.

“Como alumnos y maestros (ya que somos ambos), comenzamos con lo que tenemos, con lo que somos ahora. Él entonces puede magnificarnos y multiplicar nuestros esfuerzos”, dijo.

3. Nuestro Salvador procede de manera ordenada.

A diferencia de una gran multitud que empuja y trata de tomar algo sin consideración hacia otras personas, el Señor es organizado y se preocupa por cada persona.

“En la Iglesia hablamos de una compañía de pioneros”, dijo el élder Gong. “[Hablamos] de una compañía que va a adorar al templo. Para nosotros, la palabra compañía denota un grupo ordenado con un propósito mayor compartido”.

4. Nuestro Salvador expresa gratitud.

“Tomó los panes y los peces, y ‘mirando al cielo, los bendijo, y los partió’”, enseñó el élder Gong. “El Creador del cielo y de la tierra, el mismo Rey de reyes, da gracias antes de dividir los panes y los peces y multiplicarlos entre todos ellos, [dándoles] ‘cuanto querían’ comer”.

5. Nuestro Salvador alimenta a los discípulos y hace que ellos alimenten a la multitud.

“Eso es orden, pero es más que orden”, dijo el élder Gong. “Es fortalecer a los pastores para que los pastores puedan fortalecer a las ovejas. Es enseñar a los maestros para que los maestros puedan enseñar a los alumnos”.

Se trata de un modelo divino —el gran don de dar y recibir espiritualmente— que se usa a lo largo de las Escrituras y en la Iglesia.

“Saber que enseñaremos nos ayuda a aprender”, dijo. “Al enseñar a otras personas [a] que aprendan, aprendemos a enseñar”.

El élder Gerrit W. Gong, de la Presidencia de los Setenta, lleva pan a su mensaje dado durante “Una velada con una Autoridad General”, en el Tabernáculo de la Manzana del Templo, en Salt Lake City, el viernes 17 de febrero de 2017. El élder Gong dijo: “Quizás porque toda la gente de todas partes entiende y depende del pan, nuestro Salvador declaró: ‘Yo soy el pan de vida’”. Foto por Laura Seitz, Deseret News.

6. Nuestro Salvador alimenta a los 5 000 y a cada uno al mismo tiempo.

De manera milagrosa, los panes y los peces se dividieron y multiplicaron a fin de que todos pudieran comer y saciarse.

“Ese es un milagro que procuramos los maestros: enseñar a toda la clase y a cada persona de la clase. Eso requiere ocuparse de los 5 000 y de cada persona; insta a tratar las preocupaciones generales y las necesidades individuales; y, más allá del equilibrio, invita el milagro espiritual de que aquello con lo que empezamos llegará a ser suficiente”.

7. Nuestro Salvador se asegura de que nada se pierda.

Empezar con gratitud por lo que la persona tiene contribuye a que nada se pierda al concluir.

“La economía del cielo no desperdicia”, dijo el élder Gong; “se hace uso de todo al principio, no se deja que nada se pierda al final”.

Al participar en el proceso de la revelación —pedir, recibir, registrar, meditar, obedecer y preguntar si hay más— la persona puede edificar sobre lo que tiene y entonces recibir más.

El élder Gerrit W. Gong, de la Presidencia de los Setenta, habla durante “Una velada con una Autoridad General”, en el Tabernáculo de la Manzana del Templo, en Salt Lake City, el viernes 17 de febrero de 2017. Foto por Laura Seitz, Deseret News.

8. Con nuestro Salvador, terminamos con más de lo que comenzamos.

Al igual que con los panes y los peces, “un milagro de multiplicación espiritual es que, con nuestro Salvador, terminamos con más de lo que comenzamos. Terminamos con más amor, más aprendizaje, más inspiración, más bondad que cuando comenzamos. Enseñar llenos del Espíritu vuelve como el pan [en] el agua, como los panes y los peces: con más de lo que comenzamos”.

9. Para aquellos que tienen ojos para ver y oídos para oír, nuestro Salvador enseña y testifica de la abundancia de la Santa Cena.

“El Suyo es un mundo de panes y peces, de abundancia”, dijo el élder Gong.

Al compartir otros ejemplos de las Escrituras donde el Salvador proporciona sustento —a la mujer junto al pozo, ante la cual se declara a Sí mismo como el “agua viva”; a aquellos a quienes el Salvador dijo que Él es “el pan de vida”; y a Sus discípulos con quienes compartió la Santa Cena— el élder Gong dijo que el Señor promete que quien participe de Su ofrenda “nunca tendrá hambre ni sed, sino que será [lleno]”.

“Hermanos y hermanas, ¡gracias por ser alumnos y maestros notables en un mundo espiritualmente hambriento y sediento!”, dijo el élder Gong. “¡Gracias por hacer que cada lección, cada interacción con los alumnos sea como un [festín] espiritual de panes y de peces!”.

El élder Gong agradeció a los muchos maestros de Seminario e Instituto —casi 49 000 maestros, entre los que tienen ese llamamiento y los empleados de tiempo completo, en 133 países de todo el mundo— sus más de 20,8 millones de horas de servicio en el Evangelio cada año.

“Ustedes enseñan y sirven en todo clima, bajo toda condición, con alumnos de todas las circunstancias, en clases grandes y pequeñas”, dijo.

El élder Gerrit W. Gong, de la Presidencia de los Setenta, lleva pan a su mensaje dado durante “Una velada con una Autoridad General”, en el Tabernáculo de la Manzana del Templo, en Salt Lake City, el viernes 17 de febrero de 2017. El élder Gong dijo: “Quizás porque toda la gente de todas partes entiende y depende del pan, nuestro Salvador declaró: ‘Yo soy el pan de vida’”. Foto por Laura Seitz, Deseret News.

Élder Clark: El Dominio de la doctrina

Un año después que lo anunciara el élder M. Russell Ballard, del Cuórum de los Doce Apóstoles, el élder Clark dijo que “el Dominio de la doctrina… es la puerta hacia el aprendizaje profundo de toda la vida”.

Compartió tres objetivos del Dominio de la doctrina y cómo este ayuda a los alumnos a progresar en conocimiento y entendimiento doctrinal, y cómo pueden usar el conocimiento y el entendimiento en la vida.

Primero, su propósito es ayudar a los alumnos a aprender la manera de adquirir conocimiento espiritual.

Segundo, debe ayudar a los alumnos a conocer y comprender la doctrina del Salvador, lo que significa tanto conocer la verdadera doctrina en la mente como comprenderla en el corazón.

Tercero, otro propósito del Dominio de la doctrina es ayudar a los alumnos a aprender cómo aplicar la doctrina en su vida al vivirla y usarla para responder las preguntas que sus amigos u otras personas pudieran tener.

“Se presentó el Dominio de la doctrina mundialmente el otoño pasado”, dijo el élder Clark. “Quiero que sepan y sientan en el corazón que se originó por revelación del Señor; es un milagro. He reflexionado a menudo sobre cómo se originó, cuándo y por qué. He logrado ver el Dominio de la doctrina en el contexto más amplio de la educación de la Iglesia y de la gran obra del Señor sobre la tierra”.

El Dominio de la doctrina enseña a los alumnos la manera del Señor para aprender. El aprendizaje es profundo cuando incrementa nuestro poder para hacer tres cosas: saber y entender; actuar de manera eficaz y recta; y llegar a ser más semejantes al Padre Celestial.

“El aprendizaje profundo debe hacerse a la manera del Señor, mediante el poder del Espíritu Santo y mediante el estudio activo y diligente y el enseñarse unos a otros, asistidos por la gracia de Jesucristo”, dijo el élder Clark. “Eso es verdad para cualquier tipo de conocimiento y para cualquier época de la vida”.

El élder Clark invitó a los maestros de Seminario e Instituto a ayudar a los alumnos a percibir que se les está enseñando cómo aprender a la manera del Señor. También instó a los maestros a ayudar a los alumnos a ver el valor y el poder de graduarse de Seminario e Instituto.

“Enséñenles que tienen que aprender profundamente, tanto el conocimiento espiritual como el secular, durante toda su vida”, dijo. “Ayúdenlos a ver que la graduación de Seminario no es el final… Ustedes están ayudándolos a… establecer una base para el aprendizaje profundo de toda una vida, al enseñarles cómo aprender a la manera del Señor”.