Los miembros se regocijan en la ceremonia de la palada inicial del Templo de Tijuana, México
Por Por Jerry Earl Johnston, colaborador de Noticias de la Iglesia
“He visto cómo la Iglesia crecía y cómo se construían muchos centros de reuniones, pero el templo trae un sentimiento especial de paz y tranquilidad”. —Dominga G. Sifuentes, miembro de la zona
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Dar la palada inicial, ya sea para un nueva cosecha de maíz o para un templo nuevo, es un acto de fe. El sábado 18 de agosto, alrededor de 2.000 Santos de los Últimos Días se reunieron en el este de Tijuana, México, para dedicar el sitio de un templo nuevo y empezar simbólicamente la construcción una vez más con esperanza.
El élder Benjamín De Hoyos, de los Setenta, Primer Consejero de la Presidencia del Área México, presidió la reunión, con el Segundo Consejero, el élder José L. Alonso, también de los Setenta, quien dirigió la reunión. Entre tanto, al igual que los pioneros de la antigüedad, los fieles SUD permanecieron de pie o sentados bajo el sol del desierto, abanicándose mientras escuchaban los testimonios, consejos y expresiones de gratitud. Sombrillas de diversos colores, que proporcionaban un poco de sombra, se veían en diferentes lugares y parecían flores silvestres.
Un formidable coro cantó “Un ángel del Señor”, (Himnos, Nº 9), y “Bandera de Sión”(Himnos, Nº 4), para brindar el ambiente adecuado del día.
Dominga G. Sifuentes, quien se bautizó en 1964, vio toda la escena como la culminación de una vida llena de fe.
“Recuerdo cuando se construyó el primer centro de reuniones”, dijo ella. “Teníamos 30 miembros por aquel entonces. Ahora tenemos un templo. He visto cómo la Iglesia crecía y cómo se construían muchos centros de reuniones, pero el templo trae un sentimiento especial de paz y tranquilidad”.
“Hemos visto en otras ciudades mexicanas donde se ha construido un templo que hay una paz nueva en la ciudad misma”, dijo el élder De Hoyos. “No sólo en México, sino en otros países de Latinoamérica que he visitado, un templo puede ser un factor real al aportar un sentimiento de seguridad y prosperidad. Estamos seguros de que lo mismo ocurrirá aquí”.
Sin embargo, el élder Luis Sergio Hernández Gallo, Setenta de Área, fue rápido en decir que para los miembros el templo no será un llamado a la relajación pacífica, sino un llamado a actuar.
“Para los santos”, dijo, “este templo es un llamado a la obra. Las estacas ya se están organizando para tener 300.000 nuevos nombres para las ordenanzas del templo”.
Tijuana y su templo parecen estar en el umbral de una nueva era.
En su discurso, el élder Alonso explicó acerca de su llegada a Tijuana como un joven misionero y recuerda estar de pie cerca del actual sitio del templo para hacerse una idea de la ciudad. Dijo que ni él ni sus compañeros nunca habrían imaginado que estaban pisando lo que llegaría a ser terreno sagrado.
El élder Hernández se dirigió a la congregación, al igual que Evelia De Hoyos, esposa del élder De Hoyos. Habló entre lágrimas, rogando a los jóvenes “que no hicieran nada que les impidiera poder entrar en el templo y recibir sus bendiciones”.
El élder De Hoyos entonces habló brevemente, expresó su testimonio y ofreció la oración dedicatoria.
Durante la ceremonia de la palada inicial la primera oración la ofreció Heriberto Sánchez Zatarain, presidente de la Estaca Insurgentes, Tijuana, México. Alma Obeso de Casillas, de Mexicali, ofreció la última oración.
Durante el programa de 90 minutos, la obra de un artista representando el templo nuevo adornaba el estrado. El élder De Hoyos dijo a Noticias de la Iglesia que se asemeja a las antiguas misiones españolas y a las iglesias coloniales de la zona por una razón.
“Aquellos primeros frailes españoles eran muy valientes al predicar y al edificar”, dijo él. “Y en la actualidad, en México estamos muy a gusto con el estilo de esas iglesias. El templo será un emblema para toda la comunidad de Tijuana”.
Ubicado en la calle Insurgentes, en el barrio Insurgentes y en el corazón de la estaca Insurgentes, el nuevo templo está en un lugar histórico para la Iglesia de esta zona. También será una indicación significativa (véase 1 Samuel 7:12), para mostrar hasta donde ha llegado la Iglesia y cuánto ha echado raíces el Evangelio en la fértil tierra de México. Es el decimotercer templo en el país y también uno de las más impresionantes. Una joven de 14 años de edad, al mirar la ilustración del templo después de la palada inicial, exclamó: “Aquí es donde espero casarse”.
En español, la expresión “palada inicial” significa la primera tierra removida para iniciar la construcción”.
Los santos de Tijuana confían en que la ceremonia sea la primera de muchas paladas para la construcción de un mundo mejor.