Hermana Burton: Mantengamos una perspectiva eterna
Por Hermana Linda K. Burton, Presidenta General de la Sociedad de Socorro
Puntos destacados del artículo
- Cuídense de las comparaciones.
- El cambio puede constituir un desafío a la fortaleza.
- Sobrellevar la depresión.
- Mantengamos una perspectiva eterna.
- Recuerden su valor infinito.
“Una de las mejores cosas que podemos hacer para mantener una perspectiva eterna es aumentar la fe en nuestro Padre Celestial y Su Hijo, nuestro Salvador Jesucristo, al recordar lo mucho que nos valoran y aman”. —Hermana Linda K. Burton, Presidenta General de la Sociedad de Socorro
Hace poco tuve el privilegio de visitar una Sociedad de Socorro cuyos miembros eran todas hermanas de unos 80 y 90 años. Debido a que es invierno en esa parte del mundo, es una época que constituye un desafío para quienes no puedan salir de casa o tengan dificultades para desplazarse.
En un intento por animar a esas hermanas mayores, que ya tienen bastantes desafíos de salud, dolores, sufrimientos y otras pruebas; una dulce hermana compartió algo que recordó haber escuchado decir a una niña muy perspicaz. Aparentemente había escuchado que alguien se sentía triste y “deprimido”. La niña había sugerido de manera inocente: “Si te pone triste tener un día ‘gris’, ¡pinta tu día de otro color!”.
A veces, ese método alegre es todo lo que se necesita. Simplemente el erguirnos y elegir ver el lado positivo de las cosas a menudo puede revertir el que nos sintamos “deprimidos”. Elegir actuar de manera positiva cuando los tiempos son difíciles en lugar de reaccionar emocionalmente puede elevar, bendecir y animar a los demás y a nosotros mismos.
Cuídense de las comparaciones
Otro desafío de nuestro bienestar emocional podría ser el caer en la trampa de compararnos a nosotros mismos con los demás. Quizás seamos tentados a preguntarnos por qué no somos tan saludables, creativos, guapos, inteligentes o esto o lo otro, y todo lo que podamos pensar y si no somos cuidadosos podemos caer fácilmente en esa trampa de compararnos con los demás.
Me encanta el consejo sabio de la hermana Rosemary Wixom de buscar la valía del Señor en lugar de buscar la de “las personas que nos rodean, o de las que están en Facebook o Instagram” (“Descubrir la divinidad interior”, Conferencia General de octubre de 2015).
Incluso discípulas fieles en las Escrituras como Marta fueron víctimas de la comparación. Ella preguntó: “Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola?” (Lucas 10:40). Esa pregunta dio lugar a la suave reprimenda del Salvador, que ciertamente con gran amor respondió: “Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte” (Lucas 10:41–42).
La respuesta del Salvador a la pregunta de Pedro, que también buscaba “la aprobación de las personas a su alrededor”: “¿y este, qué?” (Juan 21:21) al comparar su propia asignación a la de Juan, advierte en cuanto a las comparaciones. Jesús respondió: “Si quiero que él se quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú” (Juan 21:22).
El cambio puede constituir un desafío a la fortaleza.
A veces los cambios o las adversidades que enfrentamos, como las enfermedades, el envejecimiento, la muerte o el divorcio, pueden ser devastadores y afectar nuestro bienestar emocional, mental y físico. En un consejo reciente, al analizar el problema de la salud mental y emocional, algunos profesionales de salud mental nos enseñaron cuán importante es la característica de “resistencia” para nuestro bienestar emocional y mental. Nos enseñaron que algunos de los atributos de la resistencia constituyen:
- Lo bien que nos adaptamos o aceptamos los cambios.
- El compromiso con las tareas y las relaciones.
- El compromiso con las tareas y las relaciones.
- La capacidad de trabajar con cosas cambiantes que podamos controlar en tanto que tengamos la capacidad de dejar atrás las cosas que no podamos controlar.
Podríamos hacernos la siguiente pregunta: “¿Cuán resistente soy?”. Como padres podríamos preguntarnos: “¿De qué manera ayudo a mis hijos a ser más resistentes?”.
Cómo sobrellevar la depresión
En un discurso que sirve de inspiración donde el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, trató el difícil desafío de la depresión, preguntó: “¿Cuál es la mejor manera de actuar cuando ustedes o sus seres amados afrontan dificultades mentales o emocionales?”. Entonces suplicó por aquellos que sufren trastorno depresivo mayor o depresión: “Ante todo, nunca pierdan la fe en el Padre Celestial, quien los ama más de lo que pueden comprender” (“Como una vasija quebrada”, véase Conferencia General de octubre de 2013). Luego propuso seis recomendaciones:
- Fielmente siguan las buenas prácticas de devoción que invitan al Espíritu del Señor a su vida.
- Busquen el consejo de los que poseen las llaves de tu bienestar espiritual.
- Pidan y atesoren las bendiciones del sacerdocio.
- Participen de la Santa Cena todas las semanas.
- Aférrense a las promesas de perfección de la expiación de Jesucristo.
- Crean en los milagros.
Mantengamos una perspectiva eterna
Nuestro propósito en la Sociedad de Socorro es ayudar a las hermanas a prepararse para las bendiciones de la vida eterna. A medida que nos esforzamos por mantener una perspectiva eterna, vean el “panorama general”, en vez de centrarnos en las dificultades del mundo que a veces nublan nuestra vista, podemos controlar mejor nuestro bienestar emocional y mental.
Durante muchos años, me ha encantado una cita que compartió el presidente Gordon B. Hinckley. Me ayuda a mantener las cosas en su debida perspectiva cuando pierdo un poco el equilibrio. “La vida es como viajar en un tren antiguo: hay retrasos, desvíos, humo, polvo, ceniza, sacudidas, interrumpido todo ello de vez en cuando por hermosos paisajes y emocionantes explosiones de velocidad. El truco está en darle las gracias al Señor por dejarte dar un paseo en ese tren” (“Una conversación con los mayores solteros”, presidente Gordon B. Hinckley, Liahona de noviembre de 1997, pág. 20).
Recuerden su valor infinito
Una de las mejores cosas que podemos hacer para mantener una perspectiva eterna es aumentar la fe en nuestro Padre Celestial y Su Hijo, nuestro Salvador Jesucristo, al recordar lo mucho que nos valoran y aman”.
Una de las mejores cosas que podemos hacer para mantener una perspectiva eterna es aumentar la fe en nuestro Padre Celestial y Su Hijo, nuestro Salvador Jesucristo, al recordar lo mucho que nos valoran y aman”. El Salvador nos invitó a “[Recordar] que el valor de las almas es grande a la vista de Dios” (D. y C. 18:10). Eso es para todos los hijos de Dios, incluso ustedes y yo. Nuestra imperfección no cambia cuánto se nos valora o ama. ¿Con qué frecuencia leemos los siguientes versículos que describen cuánto se nos valora? “Porque he aquí, el Señor vuestro Redentor padeció la muerte en la carne” (D. y C. 18:11), “padecimiento que hizo que yo… temblara a causa del dolor y sangrara por cada poro” (D. y C. 19:18). ¡Eso es lo mucho que nos ama! Tal como Alma, pregunto: “¿no aumentaría esto vuestra fe?” (Alma 32:29).
Ruego que resistamos el impulso de buscar la aprobación de los que nos rodean y busquemos la del Señor en nuestros esfuerzos por ser fuertes emocional y mentalmente a fin de hacer frente a los cambios y desafíos de la vida. Sé que Él nos tranquilizará asegurándonos Su amor por nosotros y el valor que tenemos para Él conforme mostremos fe.