Sesión completa: Élder y hermana Renlund
Esta es la sesión general de apertura del Día de descubrimiento familiar de RootsTech 2016.
Elder Renlund
Gracias élder Packer por la presentación. Como él lo mencionó, soy el élder Renlund y Apóstol más recientemente llamado. Agradezco estar aquí con mi esposa Ruth. Naturalmente, sin ella no soy nada. Agradecemos la presencia de nuestra hija, Ashley. Sin Ashley nuestra vida no sería lo mismo. Cada vez que ella volvía a casa de la universidad, sin importar de dónde venía, era como el despertar del castillo de la Bella Durmiente. Toda la oscuridad se iba, la casa recobraba vida de nuevo y había gozo y felicidad. Y lo mismo sigue sucediendo ahora.
Esto es más aterrador de lo que pensaba, pero bienvenida. Vamos a tener una conversación en familia, lo cual no es raro para nosotros, aunque esta vez será un poco más formal.
Ashley
Se supone que no debo interrumpir.
Elder Renlund
¿Prometen las dos dejarme terminar mis frases?
Hermana Renlund
Lo intentaremos.
Ashley
No lo des por hecho.
Elder Renlund
Será un poco más formal, porque hemos invitado a 14 000 amigos para que estén con nosotros. Gracias por acompañarnos.
Ashley Renlund
Papá, te ves muy bien en esta foto. ¡Tenías cabello! ¿Cuántos años tenías?
Elder Renlund
Es una foto de mi familia en 1963. Yo tenía 11 años. Ruth, ¿puedes tomarla y apuntar? No a ellos, sino hacia Ashley. Él es mi papá, tu abuelo Åke, y ella es tu abuela Mariana. Ese es tu tío Gary, quien tenía 12 años; tu tía Anita tenía 9; y tu tía Linda tenía solo 2 años y medio
Ashley
Veamos, 1963… ¿fue poco antes de que tu familia se mudara a Finlandia?
Elder Renlund
Sí, mis padres fueron llamados como misioneros de construcción para la Iglesia. Primero vivimos en Haaga, un suburbio de Helsinki. Fueron los siete meses más fríos de mi vida. Después nos mudamos a Gotemburgo, Suecia, donde vivimos dos años.
Ashley
¿Cuántos edificios ayudó a construir el abuelo Åke?
Ruth
Al menos tres: uno en Suecia, uno en Noruega y uno en Finlandia.
Ashley
¿Todavía existen?
Ruth
Creo que sí. Hemos estado en un par de ellos, pero tu papá sabe mucho más sobre eso.
Elder Renlund
Veamos. Hay fuera de Haaga, una capilla, es la de Helsinki. Hay uno en Suecia, en un suburbio de Gotemburgo conocido como Västra Frölunda. También hay uno en Bergen, Noruega.
Aquí estoy ayudando a papá en la obra de construcción.
Ashley
Oh, qué bien, ¡y otra vez con cabello! Aquí están mis bisabuelos, tus abuelos, papá.
¿Llegaste a conocerlos?
Elder Renlund
Sí, conocí a mi abuela en diciembre de 1963. Manejamos 6 horas de Helsinki a la isla de Larsmo, en la costa oeste de Finlandia. Ahí fue donde mi papá creció y donde vivía mi abuela Lena Sofía.
Fue años antes, en 1912, que mi abuela Lena Sofía y mi abuelo Leander escucharon a los misioneros de Suecia, quienes les predicaron el Evangelio. En ese tiempo solamente había 756 misioneros en el mundo.
Ruth
¿No es maravilloso? ¡De esa reducida cantidad se enviaron misioneros a una pequeña isla junto a Finlandia para enseñar a tus abuelos!
Elder Renlund
¡Así es! Ellos les enseñaron el mensaje del Evangelio restaurado y Lena Sofía y Leander se bautizaron el día siguiente. Pertenecían a una rama pequeña, la primera de Finlandia.
A los pocos años, la mamá de Leander, quien vivía con ellos, murió de tuberculosis. En 1917, Leander también falleció por tuberculosis, dejando a Lena Sofía viuda y esperando a su décimo hijo. Ese niño, quien era mi padre, tu abuelo Ashley, nació 2 meses después de la muerte de Leander. Con el tiempo, Lena Sofía enterró a 7 de sus 10 hijos. Siendo una campesina pobre, fue muy difícil para ella mantener intacta al resto de su familia.
Durante casi 20 años, no durmió bien ni una sola noche. Hacía todo tipo de trabajos durante el día para apenas proveer alimentos. Por la noche atendía a sus familiares que agonizaban. En ese tiempo, la muerte pendía, literalmente, sobre sus cabezas porque se cortaban maderos, se ponían a secar en las vigas del techo y se utilizaban para hacer los ataúdes de los que morían. Es difícil imaginar cómo se sintió ella.
Cuando la conocí en 1963, yo acababa de cumplir 11 años y ella tenía 87. Estaba encorvada a causa de una vida de trabajo arduo. Estaba tan doblada que cuando se levantaba de su silla, su estatura era la misma. Tenía curtida la piel del rostro y de las manos, tan áspera y tan rugosa como cuero viejo.
Se puso de pie como pudo, señaló a una foto de Leander que estaba en la pared y me dijo en sueco: “Det här är min gubbe” —él es mi esposo.
Yo había asistido a una escuela de habla sueca ese otoño y apenas estaba volviendo a aprender sueco. Pensé que había usado mal el tiempo presente del verbo cuando dijo: “Él es mi esposo”, porque Leander había muerto 46 años atrás. Le comenté a mamá que Lena Sofía debió haber dicho: “Él fue mi esposo”. Mamá solo me dijo: “Es que no comprendes”.
Tenía razón, yo en realidad no había comprendido. No como ahora. Desde entonces he reflexionado muchas veces sobre el significado de esa experiencia y lo que mi abuela me enseñó.
Creo que hay tantos, tantos mensajes que el Señor nos ha dado en cuanto a trabajar en la historia familiar y a lo largo de mi vida he aprendido del ejemplo de mi familia y me he identificado con ello.
Ashley
Curiosamente, esto me recuerda a algunos relatos sobre explosivos que la tía Anita ha contado.
Elder Renlund
¿Por qué?
Ashley
Mi tía Anita es experta en explosivos, una fabulosa maestra y la verdadera lumbrera de la familia.
Hasta mediados del siglo XIX, el explosivo más potente que se conocía era la pólvora, que es una mezcla de carbón, azufre y nitrato de potasio. Había existido por siglos y se usaba para lanzar balas de mosquete y de cañón. Era un explosivo relativamente estable y seguro[1].
En 1847, el químico italiano Ascanio Sobrero ideó una nueva sustancia explosiva: la nitroglicerina. A diferencia de la combinación de sustancias de la pólvora, la nitroglicerina era un compuesto químico puro con una potencia mil veces mayor que la de la pólvora. Fue el primer “alto explosivo”. Tenía muchos posibles usos, sobre todo en la minería, dado que hacía añicos las rocas con eficacia,
aunque era bastante inestable. Si se deja caer una botella de nitroglicerina de una altura corta, dicha botella explotará; si alcanza altas temperaturas, también explotará; y si se pone demasiado fría y se forman cristales, pasará lo mismo, explotará. Si se deja en un estante en un cuarto oscuro y fresco bajo las circunstancias propicias, con el tiempo estallará.
Elder Renlund
¿Ven la diferencia?
Ruth
Sí, lo veo.
Ashley
A causa de la inestabilidad y de la volatilidad, era casi imposible llevar la nitroglicerina donde se necesitaba y fuera más útil.
Décadas después, un químico sueco hizo experimentos a fin de aprovechar y controlar de forma segura la fuerza inherente en la glicerina. Con el tiempo descubrió que podía absorber la nitroglicerina líquida en un material estabilizante llamado kieselguhr, comúnmente conocido como diatomita.
Ruth
¿Qué es eso?
Elder Renlund
Se conoce como arena para gatos.
Ruth
Oh.
Ashley
El científico se llamaba Alfred Nobel y al nuevo material, que era una combinación de nitroglicerina y kieselguhr, le dio el nombre de “dinamita”,
lo cual no era el descubrimiento de un elemento nuevo, sino que implicaba fusionar dos materiales conocidos para hacerlos más seguros, más eficaces y más útiles. Creo que no es una exageración decir que la potencia explosiva de la dinamita cambió el mundo.
Ruth
Vaya.
Elder Renlund
¡Ashley! Eres tan inteligente como mi hermana. Creo que sé hacia dónde vas con esto. ¡Imaginen la fortaleza y el consuelo que Lena Sofía sintió al saber del poder para sellar! Ese poder recibe dirección al investigar y averiguar sobre nuestros antepasados. Ambos son significativos, pero al igual que la nitroglicerina y el kieselguhr, el verdadero poder se recibe al combinar la historia familiar con las bendiciones del templo. No se trata de combinar dos cosas sin ton ni son, sino que una ayuda a dirigir la otra.
Ashley
Exacto. Sin la historia familiar, la autoridad para sellar no puede llegar donde necesita estar a fin de usarse. El verdadero valor de la historia familiar solo se logra debido a la autoridad para sellar. El verdadero poder radica en la combinación, como la nitroglicerina y el kiesleguhr se combinan para formar la dinamita.
Ruth
Me encanta ese concepto. En las Escrituras aprendemos sobre ambas bendiciones, pero la combinación de las dos brinda bendiciones a nuestra vida. Miremos a un par de ejemplo de las Escrituras.
En Doctrina y Convenios, sección 2.
Elder Renlund
Denle un momento al más lento.
Ruth
Bueno.
Elder Renlund
Bien.
Ruth
El Señor dice que Él envió a Elías el Profeta, para plantar las promesas hechas a los padres en el corazón de los hijos, y que eso volvería el corazón de los hijos hacia sus padres. Dale, creo que esto es parte de lo que tu abuela plantó en ti. Después el Señor nos dice que: “toda la tierra sería totalmente asolada a [la segunda venida del Salvador]” si no se volvía el corazón. Es un poderoso mensaje.
Aunque dispongamos de todos los registros genealógicos del mundo y de todo lo que pudiéramos recopilar, sin la autoridad para sellar restaurada por Elías el Profeta, el propósito de la creación se frustraría y se “asolaría” (D y C 2:3).
Ese fue uno de los primeros mensajes que José Smith incluyó en Doctrina y Convenios.
Elder Renlund
Tienes razón, Ruth. Incluso sin saberlo, he recibido fortaleza y poder de las historias y los ejemplos de mi abuela y de otros antepasados durante toda mi vida.
Hay una profecía en Doctrina y Convenios, sección 128, donde José cita el capítulo 4 de Malaquías. Él explica que se “hará volver… el corazón de los hijos hacia los padres” y luego explica esos versículos en el contexto del poder para sellar y del bautismo por los muertos. En el versículo 18 dice:
“Y no sólo esto, sino que las cosas que jamás se han revelado desde la fundación del mundo, antes fueron escondidas de los sabios y entendidos, serán reveladas a los niños pequeños y a los de pecho en ésta, la dispensación del cumplimiento de los tiempos”.
¡Piensen en ello! José Smith predijo que hasta los niños comprenderían y sabrían cosas que los hombres y las mujeres eruditos del mundo no podrían explicar. Los niños y los jóvenes de todo el mundo participan en esas bendiciones todos los días, como lo hice yo a los 11 años, al aprender esos conceptos de mi abuela y de mi madre. Las personas que nunca oyeron del Salvador mientras vivían en la tierra tienen la oportunidad de recibir las mismas bendiciones que los que han recibido la oportunidad en esta vida. No se deja de lado a nadie. La oportunidad de recibir bendiciones no excluye a nadie.
Ruth
Las ordenanzas del templo son fundamentales para recibir poder. De hecho, el Señor nos ha dado ejemplos de ese poder individual. A los primeros santos se les enseñó sobre la necesidad de la investidura antes de que pudieran avanzar en la obra de salvación. En Doctrina y Convenios, sección 105, versículos 9 a 11 dice: “Me conviene que mis élderes esperen un corto tiempo la redención de Sion;
“para que ellos mismos se preparen, y mi pueblo sea instruido con mayor perfección, y adquiera experiencia, y sepa más cabalmente lo concerniente a su deber y a las cosas que de sus manos requiero;
“y esto no puede llevarse a cabo sino hasta que mis élderes sean investidos con poder de lo alto”.
Por lo tanto, el Señor enseñó acerca de la importancia de prepararse para recibir la investidura del templo para que fueran bendecidos con poder de lo alto. Esa bendición les permitió continuar y ser más perfectamente enseñados para hacer buen uso de ese poder.
Elder Renlund
Ese conocimiento se puede ampliar si continúan en la sección 109, que es la oración dedicatoria del Templo de Kirtland. José Smith ora: “Y para que todas las personas que pasen por el umbral de la casa del Señor sientan tu poder y se sientan constreñidas a reconocer que tú la has santificado y que es tu casa, lugar de tu santidad” (versículo 13). La sección 109 continua: para que ellos “reciban la plenitud del Espíritu Santo… y cuando [mi] pueblo transgrediere, quienquiera que sea, se arrepienta cuanto antes y vuelva a ti… que ninguna arma forjada en contra de ellos prospere… que ninguna combinación inicua tenga el poder para levantarse y vencer a los de tu pueblo, sobre quienes se ponga tu nombre en esta casa” (D. y C. 109:15-26)
Ashley
Sí, las ordenanzas del templo son como la nitroglicerina: son puras y potentes. Si se agregan las ordenanzas del templo a la labor de estudiar y aprender en cuanto a nuestros antepasados, el poder es mayor y lleva nuestras bendiciones al siguiente nivel.
Ruth
Dale, ¿crees que Lena Sofía comprendía eso cuando te hizo ese comentario sobre Leander? ¿Era su comprensión más potente debido a que reconocía el poder del templo junto con el amor que sentía por él y por su propia familia? Y—
Elder Renlund
Mira Ruth. Hablamos sobre esto. Solamente harías una pregunta a la vez.
Ruth
Bueno.
Elder Renlund
¿Ves? Lo intentaré. Es precisamente lo que ella estaba enseñando. Lena Sofía sabía que su esposo fallecido por mucho tiempo fue y seguiría siendo suyo por las eternidades. Por medio de la doctrina de las familias eternas, Leander seguía presente en su vida y era parte de su gran esperanza en el futuro. Lena era como otras personas, quienes:
“En la fe murieron”.
Ashley
¿Adónde vas?
Elder Renlund
Hebreos 11. Hebreos 11, versículo 13. Dice: “En la fe murieron todos éstos sin haber recibido las cosas prometidas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y aceptándolas, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra” (Hebreo 11:13).
En una ardiente afirmación de su fe en la autoridad para sellar, en 1938 Lena Sofía envió los registros familiares de sus hijos fallecidos, quienes tenían más de 8 años al morir. De ese modo, podía efectuarse la obra en el templo, aunque ella nunca pudo asistir al templo durante su vida. Estuvieron entre las primeras ordenanzas enviadas al templo desde Finlandia.
¿Recuerda alguna de ustedes el desafío que dio el élder Neil L. Andersen en RootsTech hace dos años?
Ashley
“Preparen la misma cantidad de nombres para el templo que la cantidad de bautismos que efectúan en él”.
Ruth
El año pasado le agregó ocho palabras: “Y ayuden a alguien a hacer lo mismo”.
Elder Renlund
Exacto. Se le ha llamado el desafío de efectuar la obra del templo. Sin embargo, he estado pensando más en cuanto al desafío y ese desafío apostólico puede seguir creciendo este año. Partiendo de nuestra conversación, creo que podemos agregar un elemento de poder espiritual a esta promesa.
Leamos en Ezequiel, capítulo 47. Ruth, ¿puedes leer los versículos del 1 al 5, y Ashley del 8 al 9?
Ruth
Claro.
Ashley
¿Ezequiel 47?
Elder Renlund
Ezequiel 47.
Ashley
Bien.
Ruth
“Después, me hizo volver a la entrada de la casa; y he aquí aguas brotaban de debajo del umbral de la casa hacia el oriente, porque la fachada de la casa daba al oriente; y las aguas descendían desde debajo del lado derecho de la casa, por el costado sur del altar.
“Y me sacó por el camino de la puerta del norte y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, hasta la puerta exterior que mira al oriente; y he aquí, las aguas fluían del lado derecho.
“Y cuando el varón salió hacia el oriente, tenía un cordel en su mano; y midió mil codos y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta los tobillos…”.
¿Cuánto es un codo?
Elder Renlund
La sexta parte de un Goliat.
Ruth
Oh. Eso ayuda.
Ashley
Un codo. ¿No es la distancia entre el codo y la punta de los dedos?
Elder Renlund
Sí.
Ashley
Entonces, más o menos 45 centímetros.
Ruth
Más o menos 45 centímetros. Muchas gracias. Volvamos a Ezequiel.
“…con el agua hasta los tobillos.
“Y midió otros mil y me hizo pasar por las aguas, con el agua hasta las rodillas. Midió luego otros mil y me hizo pasar por las aguas, hasta los lomos.
“Y midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido, y el río no se podía pasar sino a nado”.
Elder Renlund
¿Qué es lo que él ve?
Ruth
Ezequiel vio a un ángel que lo llevó a una casa: la casa de Jehová. Había agua que salía de la casa y mientras más se acercaba, más había. Llegó a ser un río tan grande que no lo podía cruzar.
Ashley
Y en el versículo 8:
“Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al desierto y entrarán en el mar; y al entrar en el mar, las aguas serán sanadas.
“Y acontecerá que toda alma viviente que nade por dondequiera que entren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, pues serán sanadas; y vivirá todo lo que entre en este río” (Ezequiel 47:1-5, 8-9).
Elder Renlund
Ezequiel ve un río que crece a medida que fluye de la casa. El agua que brota del templo representa bendiciones, las cuales fluyen de los templos para sanar a las familias y darles vida.
Ashley
Pero se hacen más profundas mientras avanza y no hay otras fuentes de agua que lo alimenten. No tiene mucho sentido.
Elder Renlund
Eso es inesperado. Sin embargo, piensen en mí con dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, todo hasta atrás y también hacia adelante. El crecimiento del río es similar al crecimiento exponencial de nuestra familia de una generación a otra.
Las bendiciones del templo están a disposición de todo y de todos. ¡Qué hermosas bendiciones! “Vivirá todo lo que entre en este río”.
El Señor ha proporcionado un plan para superar las desgracias personales de Lena Sofía, nuestra pérdida, las tragedias de ustedes, de hecho, las calamidades de todos. Él restauró en la tierra Su sacerdocio y Su autoridad para sellar. Lena Sofía lo sabía y también lo sabía mi mamá.
Ruth
¿Te refieres a cuando envió el nombre de Lena Sofía para la obra del templo?
Ashley
Me encanta esa historia. Poco después que Lena Sofía muriera —creo que en 1966— la abuela Mariana llevó su nombre al templo, al Departamento de Genealogía en persona. Un hermano le dijo que según las pautas de la Iglesia tenía que haber transcurrido al menos un año después del fallecimiento de la persona para efectuar la obra en el templo. La abuela Mariana contestó: “No me gusta esa respuesta. Permítame hablar con alguien que me diga algo distinto. Ella ya esperó suficiente”.
Elder Renlund
Eres pariente de tu abuela, ¿no es cierto?
Ashley
El abuelo escribió en su diario que trató de convencerla, pero que ella le lanzó una mirada que él conocía muy bien, la cual todo esposo conoce bien, de que cualquier otra palabra que se dijera sobre el asunto sería en vano. También agregó: “Quizá debería sentir pesar por el hombre que le dijo que no se podía hacer nada durante al menos un año. Ese hombre no sabía a lo que se enfrentaba. Le pude haber dicho, pero no me preguntó[2]”.
Elder Renlund
Menos de dos meses después, con autorización del presidente de la Iglesia, se efectuó la obra del templo en favor de Lena Sofía. La abuela Mariana y el abuelo Åke fueron representantes cuando Leander y Lena Sofía se sellaron por el tiempo y toda la eternidad en el Templo de Salt Lake. ¿Sabían que según las normas presentes de la Iglesia si una persona no pudo disfrutar de las bendiciones del templo debido a la distancia no tiene que esperar todo un año? De ese modo, personas como Lena Sofía pueden recibir esas bendiciones lo más pronto posible. Como la abuela Mariana le dijo al hermano del Departamento de Genealogía: “Ya esperaron suficiente”.
Ruth
¡Fue un día grandioso para tu familia! ¡Cuánto gozo habrán sentido Leander y Lena Sofía, al igual que sus hijos! El conocimiento de que algún día se efectuarían esas ordenanzas dio consuelo y paz a Lena Sofía durante esos prolongados años de su viudez.
Es la culminación de la combinación de la obra de historia familiar y del templo que desata el poder del que hemos hablado.
Hace poco recordé la mención que el élder Bednar hace de ese poder del que hemos conversado. Hace años, él comenzó a instar a las personas a reconocer la bendición de combinar los dos aspectos divinos del templo y la historia familiar. Esto es lo que dijo:
Ruth
Oh, ¿no es hermoso? El élder Bednar expresó su testimonio personal del poder que hemos analizado hoy.
Ashley
El presidente Russell M. Nelson también prometió que veremos ese poder en nuestra vida. Él dijo: “Aunque la obra del templo y de historia familiar tiene el poder para bendecir a los que están más allá del velo, tiene el mismo poder para bendecir a las personas que están vivas. Tiene una influencia refinadora en aquellos que participan de ella. Ellos literalmente están ayudando a exaltar a su familia” (Russell M. Nelson, “Generaciones entrelazadas con amor”, Liahona, mayo de 2010, pág. 94).
Ruth
Muchas gracias, Dale y Ashley. Hemos tenido una charla interesante y gracias por acompañarnos.
Elder Renlund
Hoy siento agradecimiento por agregar mi testimonio a esos otros testimonios, para ser una voz apostólica más en apoyo a este desafío de efectuar la obra del templo. Les extiendo la promesa de protección que se ha ofrecido en el pasado. Hermanos y hermanas, les prometo protección para ustedes y su familia a medida que acepten el desafío de “preparar la misma cantidad de nombres para el templo que la cantidad de bautismos que efectúan en él y enseñar a los demás a hacer lo mismo”.
Ruth
¿Así que no son solo bautismos?
Elder Renlund
Correcto. No solo bautismos, sino todas las ordenanzas del templo.
Ashley
O sea que todos tenemos la responsabilidad.
Elder Renlund
Así es. Todos tenemos la responsabilidad. Si aceptan el desafío, comenzarán a fluir bendiciones para ustedes y su familia como el poder del río mencionado en Ezequiel. Y el río aumentará a medida que sigan efectuando esta obra y le enseñen a los demás a hacer lo mismo. No solo hallarán protección contra la tentación y los males de este mundo, sino que también hallarán poder personal: poder para cambiar, poder para arrepentirse, poder para aprender, poder para ser santificados y poder para hacer volver el corazón de su familia juntos y de sanar a los que necesiten sanación.
Testifico que Jesucristo vive. Soy testigo que la autoridad ha sido dada en la tierra, que estas llaves y autoridad del sacerdocio existen en la tierra para bendecir la vida de todos los hijos del Padre Celestial. En el nombre de Jesucristo. Amén.
Ruth y Ashley
Amén.
[1] A. P. Cartwright, The Dynamite Company: The Story of African Explosives and Chemical Industries Limited, Cape Town: Purnell & Sons (S.A.) (Pty) Ltd, 1964; H. Schück y R. Sohlman, The Life of Alfred Nobel, London: William Heinemann Ltd., 1929; Thomas Hellberg y Lars Magnus Jansson, Alfred Nobel, Stockholm: Alno Production, KB, 1984, actualizado en 1986. (Versión en inglés publicada por Lagerblads Förlag, AB, Karlshamn.)
[2] Mats Åke Renlund, Reflections, diario personal, pág. 119.