Quizás nunca ha habido una época en la que necesitáramos orar más y enseñar a nuestra familia a hacerlo. La oración es una defensa contra la tentación. Es por medio de la oración sincera y genuina que podemos recibir las bendiciones y el apoyo necesarios para seguir adelante en éste, a veces, difícil y desafiante trayecto al que llamamos vida terrenal”.
Los padres deben enseñar a sus hijos a orar. El niño aprende de sus padres, tanto de lo que hacen como de lo que dicen. El hijo que ve a su madre o a su padre pasar por las tribulaciones de la vida orando a Dios fervientemente y que después oye su sincero testimonio de que Él contestó con bondad, recordará lo que vio y oyó. Cuando le sobrevengan las pruebas, estará preparado”.
Como pueblo, ¿no estamos agradecidos de que la oración familiar sea una práctica que no está anticuada para nosotros? No hay nada más hermoso en este mundo que ver a una familia orando junta. El dicho que se cita con frecuencia de que ‘La familia que ora unida permanece unida’ tiene verdadero significado. El Señor mandó que lleváramos a cabo las oraciones familiares cuando dijo: ‘Orad al Padre en vuestras familias, siempre en mi nombre, para que sean bendecidos vuestras esposas y vuestros hijos’ (3 Nefi 18:21)”.
En las Escrituras se nos dice que Satanás nos tentará en los últimos días antes de la venida del Salvador. Por este motivo, nuestros jóvenes necesitan saber que Dios y Jesús siempre les amarán y contestarán sus oraciones. Este conocimiento será su gran fortaleza”.
Enseñar por la fe Robert D. Hales
Con todas las influencias adversas que rodean a nuestros hijos, ¿podemos imaginarnos verlos irse por la mañana sin arrodillarse y pedir con humildad la protección del Señor? ¿O terminar el día sin arrodillarse juntos y reconocer nuestra responsabilidad ante Él y nuestro agradecimiento por Sus bendiciones? Hermanos y hermanas, es preciso que llevemos a cabo la oración familiar”.
Los profetas y los grillos cebolleros espirituales Neil L. Andersen