¿Por qué el Padre Celestial nos pide que escuchemos a Su Hijo, Jesucristo? El presidente Russell M. Nelson presenta el #Escúchalo, el cual nos invita a examinar cómo escuchamos y seguimos a nuestro Salvador.
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“#Escúchalo, ¿de qué manera lo haces?” Una invitación especial

09/15/23 | 1 min de lectura
En este año extraordinario al conmemorar el bicentenario de la Primera Visión, les invito a reflexionar en forma profunda y frecuente en esta pregunta clave: ¿De qué manera lo escuchan?

En las Escrituras hay muy pocas ocasiones sagradas en las que se ha oído la voz de Dios el Padre. Así que, cuando Él dice algo, realmente debemos escuchar. Reiteradamente, Él ha presentado personalmente a Su Hijo Amado, Jesucristo, con el mandato específico de “escucharlo”.

¿Alguna vez se han preguntado, “por qué”? ¿Por qué es nuestro Padre Celestial tan persistente y constante en Su súplica de que escuchemos a Su Hijo Amado, Jesucristo?

Jesús mismo contestó a esta pregunta. Él dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”.

Nuestro Padre nos ama y anhela que cada uno de nosotros elija regresar a Su santa presencia. Él nos suplica que escuchemos la voz de Jesucristo, a quien el Padre ungió y nombró como nuestro Mediador, Salvador y Redentor.

En este año extraordinario al conmemorar el bicentenario de la Primera Visión, los invito a reflexionar de manera profunda y frecuente sobre esta pregunta clave: ¿De qué manera lo escuchan a Él? También los invito a dar los pasos para escucharlo mejor y más a menudo. A lo largo de este año, nos centraremos de una manera especial en el acontecimiento histórico que tuvo lugar en la Arboleda Sagrada.

Los invito a que sean proactivos y a que busquen oportunidades de compartir sus sentimientos acerca del Señor Jesucristo con su familia y amigos, incluso a que inviten a sus amigos a acompañarlos para adorarlo el domingo de Pascua de Resurrección.

Ahora, como uno de los testigos especiales del Señor, los bendigo en sus esfuerzos por entrar y permanecer en Su senda de los convenios y procurar con todo su corazón, alma, mente y fuerza escucharlo.

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