Después de la crucifixión del Salvador, miles de personas murieron a causa de desastres naturales.
Quienes sobrevivieron en el continente americano oyeron la voz del Salvador desde el cielo. Él dijo que esa destrucción se debía a la falta de rectitud y que el diablo se alegraba de contemplar esto.
Pero entonces el mensaje del Salvador se tornó compasivo.
“¿No os volveréis a mí ahora, y os arrepentiréis de vuestros pecados, y os convertiréis para que yo os sane?” (3 Nefi 9:13).
Fíjate en los diferentes tiempos verbales que Él utilizó en 3 Nefi 10:4–6 para representar el pasado, el presente y el futuro:
- ¡Cuántas veces os he juntado!
- ¡Cuántas veces os hubiera juntado!
- ¡Cuántas veces os juntaré!
Él es siempre el mismo ayer, hoy y para siempre.
Él nos ha ayudado en el pasado. Él nos hubiera ayudado aún más si se lo hubiéramos permitido. Y Él nos ayudaránull en el futuro. ¡Pero solo si se lo permitimos!
¿Lo haremos?