Descripción
Nosotros mismos podemos elegir cuál será nuestra actitud, y eso marca toda la diferencia. Cultivar una actitud positiva puede ayudarnos a tener una vida más feliz, no solo para nosotros mismos, sino para aquellos que nos rodean. Individualmente elegimos nuestra actitud. No importa si la situación sea buena o mala, sino cómo la enfrentamos. Hay un viejo refrán: "Cuando la vida te da limones, haz limonada". Cuando centramos nuestras vidas en el Evangelio de Cristo tenemos todas las razones para regocijarnos con una actitud positiva.