Esta sección contiene información que le ayudará a hacer mejor uso del himnario. En ella encontrará explicaciones sobre el contenido de este libro; sugerencias para que una congregación, un coro o un grupo especial cante los himnos; y explicaciones para los directores de música, pianistas y organistas con poca experiencia.
- Los componentes del himnario
- Himnos para congregaciones
- Himnos para coros o grupos especiales
- Para directores de música con poca experiencia
- Para pianistas y organistas principiantes
Los componentes del himnario
Índice general
En el índice general los himnos están agrupados en diez categorías. Por lo común, los que tienen un tema similar se encuentran en la misma sección; sin embargo, el que estén clasificados de una forma u otra no debe limitar el uso que se les pueda dar. Por ejemplo, algunos de los himnos sacramentales, como “Jesús, en la corte celestial” y “Asombro me da”, pueden cantarse también en otras ocasiones. También pueden cantarse en la época de Pascua de Resurrección estrofas seleccionadas de muchos de los himnos de esta misma sección. El índice de temas, al final del himnario, es una guía para encontrar himnos de un tema en particular.
Indicaciones del movimiento
Las indicaciones de sentimiento “con devoción“ o “con resolución“ sugieren el sentimiento general con el que se debe cantar el himno, aunque las indicaciones de algunos himnos pueden cambiar de acuerdo con la ocasión o preferencia del lugar donde se cante. La nota acompañada de números (como = 69–76) indica cuántas de esas notas se deben tocar por minuto y deben tomarse como sugerencias generales. La interpretación de un himno puede variar dependiendo de la ocasión, del propósito con que se cante o toque.
Marcas para los pianistas y organistas
Las marcas sugieren los compases que pueden tocarse como introducción del himno. Antes de tocar un himno, échele un vistazo para asegurarse de ver la introducción completa. Se sugiere que se tracen las marcas con otro color para hacerlas resaltar, sobre todo si no se encuentran en el lugar usual.
Si lo desea, puede acortar o alargar la introducción sugerida. Cuando la congregación no conozca un himno, quizás sea mejor tocar todo el himno como introducción para que se vaya acostumbrando el oído. Por el contrario, si todos están muy familiarizados con himno, puede ser suficiente tocar sólo los últimos compases o la última parte que esté marcada. Cuando la introducción sea corta, es una buena idea aminorar el ritmo en el último compás (ritardando) para hacer notar que se trata del fin de la introducción.
Referencias de las Escrituras
En los siglos pasados, la mayoría de los himnos cristianos no eran nada más que poesías basadas en pasajes de las Escrituras a las que se les puso música. La mayoría de nuestros himnos tratan un tema relacionado con muchos pasajes de las Escrituras, y al final de cada uno se dan algunas de estas referencias. En los índices de las Escrituras se pueden buscar muchos pasajes más que enriquezcan el mensaje de nuestros himnos.
Índices
Al final del himnario se encuentran tres índices, cada uno con su respectiva explicación introductoria: un índice de referencias de las Escrituras, un índice de temas, y un índice de títulos y primeras frases.
Himnos para congregaciones
Canto al unísono y en armonía
Aunque los himnos pueden cantarse a varias voces (soprano o melodía, contralto, tenor y bajo), el objetivo del canto de la congregación es que todos participen, sin importar su habilidad para el canto. Por lo tanto, los himnos están escritos en tonos que permitan que casi todas las personas canten la melodía. Algunos himnos y partes de otros se han arreglado especialmente para que se canten al unísono.
La selección del himno apropiado
Los himnos que se elijan para cantar en las reuniones deben concordar con el propósito de éstas para que establezcan así el espíritu adecuado.
El primer himno o himno de apertura puede expresar loor o agradecimiento o puede ser una súplica. Por medio de este himno, la congregación puede expresar gratitud por el Evangelio, agradecimiento por estar todos reunidos, entusiasmo por la obra, etc.
El himno sacramental debe tener como tema la Santa Cena o bien el sacrificio expiatorio de nuestro Salvador.
Se podría escoger asimismo un himno intermedio, el que haría participar a la congregación, y podría relacionarse con el tema de los discursos. Si se considera apropiado, la congregación podría ponerse de pie para cantarlo.
El último himno o himno de clausura da la oportunidad a la congregación de responder a lo que haya transcurrido en la reunión y de expresar la espiritualidad que hayan sentido.
No todos los himnos son apropiados para cantar en cualquier reunión de la Iglesia. Por ejemplo, algunos himnos se prestan más para cantarse durante una reunión de jóvenes que durante una reunión sacramental.
La selección de determinadas estrofas
No es necesario cantar todas las estrofas de un himno a menos que el mensaje quedara incompleto si se eliminara alguna. Tampoco es recomendable cantar siempre sólo la primera estrofa o las primeras dos. Se aconseja cantar, siempre que resulte apropiado, las estrofas extra que aparecen debajo de la música.
La variación en la selección de los himnos
Además de cantar los himnos que los miembros conozcan y disfruten más, se sugiere que se familiaricen con los himnos nuevos y con los que no se canten mucho. Es conveniente que en una misma reunión haya variación en este sentido.
Los himnos para las conferencias de estaca
Para las conferencias de estaca lo mejor es escoger himnos conocidos por todos, especialmente si no se tienen himnarios disponibles para la congregación. A continuación sugerimos algunos de los más conocidos:
- Oh, está todo bien (Nº 17)
- Oh, Rey de reyes ven (Nº 27)
- Hijos del Señor, venid (Nº 26)
- Cuenta tus bendiciones (Nº 157)
- Haz tú lo justo (Nº 154)
- Qué firmes cimientos (Nº 40)
- Soy un hijo de Dios (Nº. 196)
- Yo sé que vive mi Señor (Nº 73)
- Trabajemos hoy en la obra (Nº 158)
- Ya regocijemos (Nº 3)
- Loor al Profeta (Nº 15)
- Pon tu hombro a la lid (Nº 164)
- Oh Dios de Israel (Nº 5)
- Dulce tu obra es, Señor (Nº 84)
- El Espíritu de Dios (Nº 2)
- Te damos, Señor, nuestras gracias (Nº 10)
Se podría copiar en el programa la letra de los himnos que se vayan a cantar a menos que los derechos de autor de alguno de ellos no lo permitan.
Himnos nacionales
Se han incluido algunas canciones patrióticas en el himnario. Se pueden agregar himnos nacionales con la aprobación de los líderes del sacerdocio. Según sea apropiado, un líder del sacerdocio puede pedirle a la congregación que se ponga de pie para cantar un himno intermedio o un himno nacional
Himnos para coros o grupos especiales
Los himnos para coros
En esta edición del himnario no se hace distinción entre himnos para el coro e himnos para la congregación. Los coros deben basar su repertorio en el himnario y pueden usar cualquiera de los himnos. También pueden cambiar otras canciones con temas religiosos que no se encuentren en el himnario y arreglos especiales de los himnos.
Algunos de los himnos en himnarios anteriores se han transpuesto, o sea, se han vuelto a escribir en un tono más bajo para que la congregación cante la melodía con más facilidad. A veces, a los coros les conviene guardar ejemplares de esos himnarios para usar la versión en un tono más alto, o también para variar el tono de una interpretación, es decir, pasar de un tono al otro como parte de un arreglo. Sin embargo, dado que en ciertos casos se han hecho cambios necesarios en la letra de los himnos, ésta se debe cantar tal como aparece en este himnario. Los himnos de esos himnarios se podrán copiar a menos que no lo permitan los derechos de autor.
Variaciones de los himnos
Siempre resulta apropiado que el coro cante los himnos tal como aparecen en el himnario, pero para hacer más interesante la presentación, de vez en cuando se podrían entonar con las siguientes variaciones:
- Los hombres, las mujeres o todos cantan una estrofa al unísono.
- Se hace participar a la congregación en la estrofa final o en el estribillo (versos que se repiten al fin de cada estrofa). Esta es una buena forma de familiarizar a la congregación con los himnos nuevos.
- Las mujeres cantan una de las estrofas como se sugiere más adelante bajo el encabezamiento “Las voces de mujeres”.
- Los hombres cantan una de las estrofas como se sugiere más adelante bajo el encabezamiento “Las voces de hombres”.
- Las sopranos y los tenores cantan a dos voces una de las estrofas.
- Los tenores y los bajos cantan la melodía mientras las sopranos y las contraltos cantan juntas la voz de las contraltos.
- Una de las selecciones del coro canta la melodía mientras que las demás entonan, a boca cerrada, las demás voces.
Las voces de mujeres
Además del himno escrito especialmente para mujeres, las hermanas pueden cantar los demás himnos a dos voces (soprano y contralto) o a tres voces (soprano, contralto y tenor, cuando esta tercera voz no sea demasiado baja).
Las voces de hombres
Este himnario contiene una sección con cuatro himnos arreglados para las congregaciones de hombres. Para un himno cantado en una reunión del sacerdocio, generalmente es preferible escoger de entre los himnos estándar para la congregación de entre los que están indicados para hombres.
Los ya arreglados y los demás himnos pueden adaptarse, como se sugiere a continuación, para que los canten coros y cuartetos de hombres:
Canta la melodía una octava más baja
Primer tenor:
Canta contralto en un tono más alto que la melodía
Segundo tenor:
Canta la voz de tenor
Bajo:
Canta la voz de bajo
El problema más grande que se presenta cuando se quiere adaptar himnos para un coro de hombres es encontrar tenores que lleguen a las notas altas de la voz de la contralto. A veces es necesario modificar la música para bajar esas notas. También se puede transponer el himno a un tono más bajo que la melodía, en cuyo caso se podría eliminar la voz del bajo.
Un ejemplo de adaptación en el himnario es Brillan rayos de clemencia (Nº 208), para voces de hombres.
Otra posibilidad de adaptación de un himno para un coro de hombres es cantar la parte de contralto más grave que la melodía. Cuando se haga esto, la parte del bajo es optativa.
Observará que en los himnos arreglados para coro de hombres, se usa la clave de do en lugar de la clave de sol habitual.
Clave de do Clave de sol
Por lo general, debe tocar las notas de la mano derecha de estos himno una octava más abajo que la clave de sol. El resultado es un rico y eficaz acompañamiento para voces de hombres.
Para directores de música con poca experiencia
Indicaciones generales
La música se divide con líneas divisorias verticales en partes de igual duración llamadas compases:
En el himnario, cuando un compás no termina al final de un pentagrama, éste se deja abierto para indicar que el compás continúa en el siguiente:
Al principio de todo himno se encuentran dos números, uno arriba del otro: El de arriba indica cuántos tiempos tiene cada compás, y el de abajo, qué nota equivale a un tiempo. Por ejemplo, un compás de tres por cuatro ( ) quiere decir que cada compás del himno tiene tres tiempos y que la negra () , representada por el número 4, vale un tiempo.
Al dirigir la música (veánse las ilustraciones), el primer tiempo del compás, que siempre se marca hacia abajo, es el más fuerte. Muchos himnos empiezan en la última nota del compás y en esos casos esta nota se marca hacia arriba para luego comenzar a marcar el compás entero que le sigue.
Formas de marcar el compás
El objetivo de la persona que dirige la música es mantener el canto de la congregación a un ritmo determinado para indicar la expresión que se le debe dar al himno. La forma de dirigir un himno debe ser lo menos complicada posible; la manera de hacerlo depende no sólo del compás, sino de la expresión que se le quiera dar a la canción. Los pequeños círculos en las ilustraciones indican el pulso rítmico del himno (momento en que se cumple cada tiempo).
Los compases binario y de dos por cuatro ( y ):
Los compases de tres por cuatro y de tres por dos ( y ):
El compás de compasillo ( ):
Los compases de seis por ocho y de seis por cuatro ( y ):
Cuando el compás de un himno es de o de pero se trata de un himno lento, como Noche de luz (Nº 127), se puede dirigir en seis tiempos como acabamos de mostrar, o en tres tiempos repetidos, el primero con movimientos grandes y el segundo con movimientos más pequeños:
Cuando se trata de un himno de o que sea de ritmo moderado, como Ama el Pastor las ovejas (Nº 139), puede dirigirse sin marcar el segundo y el quinto tiempos pero haciendo una pequeña pausa entre ellos:
Si el himno es de un ritmo rápido en compás de o , como Paz, cálmense (Nº 54), puede dirigirse en dos tiempos. Se marcan los tres primeros tiempos hacia abajo y los siguientes tres hacia arriba:
Cuando se dirijan himnos siguiendo las dos últimas ilustraciones, es necesario asegurarse de mantener el ritmo constante.
Algunos himnos que son fáciles de dirigir:
A dos tiempos:
A tres tiempos:
- Venid a mí (Nº 61)
- Haz tú lo justo (Nº 154)
- Glorias cantad a Dios (Nº 37)
- Dios, escúchanos orar (Nº 101)
- Hazme andar en la luz (Nº 198)
A cuatro tiempos:
- Acompáñame (Nº 99)
- Al leer las Escrituras (Nº 180)
- Hijos del Señor, venid (Nº 26)
- ¿Pensaste orar? (Nº 81)
- Por la belleza terrenal (Nº 43)
- La luz de la verdad (Nº 171)
- Juventud de Israel (Nº 168)
Para pianistas y organistas principiantes
Para adaptar el acompañamiento de los himnos
Algunos himnos tienen notas o pasajes difíciles de tocar. Una forma de simplificarlos es dejar sin tocar las notas menos importantes de los acordes. Puede marcar los cambios en su propio himnario.
Cuando el espacio sea muy grande entre la nota del tenor y la del bajo, conviene tocar la voz del tenor con la mano derecha. Puede marcar esas notas en su propio himnario de la forma siguiente:
Algunas de las canciones para niños fueron arregladas especialmente para tocarse en el piano. Si se tocan en el órgano, generalmente conviene usar sólo los teclados manuales y no los pedales.
Notas pequeñas
Cuando en la música aparece una nota más pequeña que las demás, quiere decir que es optativa. Se dan algunos ejemplos a continuación:
- Puede indicar que esas notas no se cantan en todas las estrofas, según la letra de cada estrofa:
- Puede indicar que la música se considera completa aunque no se toque esa nota del acorde:
- A veces indican una parte que el pianista debe tocar pero que no se canta:
Algunos himnos que son fáciles de tocar:
- Venid a mí (Nº 61)
- Haz tú lo justo (Nº 154)
- Para siempre Dios esté con vos (Nº 89)
- Cuán dulce la ley de Dios (Nº 66)
- Asombro me da (Nº 118)
- Siempre obedece los mandamientos (Nº 197)
- Deja que el Espíritu te enseñe (Nº 77)
- Ya regocijemos (Nº 3)
- Oh Dios de Israel (Nº 5)
- Oh dulce, grata oración (Nº 78)
- Dulce tu obra es, Señor (Nº 84)
- Hazme andar en la luz (Nº 198)
- Te damos, Señor, nuestras gracias (Nº 10)