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Sean un participante activo, no un observador pasivo
Trabajar con personas de otras religiones para mejorar la estructura moral de esta nación y del mundo, y proteger la libertad religiosa, fue el desafío del élder Cook a los alumnos que se graduaban de BYU-Idaho. Animó a los graduados a ser un faro de moralidad mediante sus interacciones personales y a unirse a personas de otras religiones que se consideren responsables ante Dios.
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El faro de Laie
El mundo necesita graduados que sean fieles en el evangelio de Jesucristo al salir de la universidad y al entrar en el mundo secular, dijo el élder Jeffrey R. Holland en su discurso de graduación en BYU-Hawái. Animó a los graduados a poner su atención en las bendiciones que han recibido y a marcar una diferencia en su entorno.
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Tan sagrado como el templo de Salomón
“Este templo traerá familias eternas a este lugar y a este país”, dijo el presidente Dieter F. Uchtdorf, segundo consejero de la Primera Presidencia, durante la dedicación del templo de Quetzaltenango, Guatemala. “Después de hoy, este templo será tan sagrado como el templo de Salomón, el templo de Nauvoo, el templo de Salt Lake City, o tan sagrado como cualquiera de los templos en el mundo”.
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Deja que el Espíritu te enseñe
Cuando los líderes escuchen y sigan el Espíritu, les capacitará para dirigir las reuniones de la manera descrita en Doctrina y Convenios 46:2. Ése fue el principio que el presidente Packer y el élder Christofferson enseñaron por palabra y por el ejemplo cuando se reunieron con los líderes del sacerdocio en Sandy, Utah.
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Los hijos bendicen los hogares y las familias
“Hijos, ¿cuándo fue la última vez que dijeron a sus padres que los aman?”, pregunta el élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles. Él indica que los hijos pueden ayudar a los padres a “ser más diligentes y atentos en nuestro hogar” al expresar amor de manera frecuente y sincera.
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Cómo preparar nuestro corazón para la Navidad
Al iniciarse las fiestas de Navidad, cada uno deberíamos de abrir nuestro corazón para recibir una vez más el testimonio de que Cristo nació como el Salvador del mundo, que vive, y que mediante Él, nosotros volveremos a vivir. Durante el Devocional de Navidad del 4 de diciembre de 2011, el presidente Thomas S. Monson, el presidente Henry B. Eyring, primer consejero, y el presidente Dieter F. Uchtdorf, segundo consejero, nos animaron a abrir el corazón.
