Profetas, videntes y reveladores hablarán al mundo durante la próxima conferencia general. Conozcan cómo sostener y seguir mejor a quienes el Señor ha llamado.
1. Oren por el profeta
En sus palabras de clausura de la Conferencia General de octubre de 2014, el presidente Thomas S. Monson agradeció a los miembros por sus oraciones a favor de él a medida que se esfuerza “con toda [su] alma y fuerza por hacer la voluntad de Dios y servirle a Él” (“Hasta que nos volvamos a ver”).
2. Amen al profeta
“No tomen a la ligera el sentimiento de amor que tienen por el profeta de Dios”, aconsejó el presidente Henry B. Eyring, de la Primera Presidencia, durante la misma conferencia.
“Eso es mucho más que adorar héroes o la admiración que a veces sentimos por personajes históricos. La fe es un don de Dios. Con ese don recibirán más fácilmente el don de la revelación confirmadora cuando él hable al ejercer su oficio como profeta del Señor. El amor que sienten es el amor que el Señor tiene por quienquiera que sea Su portavoz” (“Revelación continua”).
3. Sostengan al profeta
“Imaginen el privilegio que el Señor nos ha dado de sostener a Su profeta, cuyos consejos serán puros, francos, que no provendrán de ninguna aspiración personal, y que ¡serán totalmente ciertos!”, exclamó el élder Russell M. Nelson, del Quórum de los Doce Apóstoles.
Sostener al profeta es más que levantar la mano, enseñó; significa apoyarlo y a esforzarnos por actuar de acuerdo con las instrucciones que nos da y que son indicadas por el Señor. “Al sostener a los profetas hacemos un compromiso personal de que nos esforzaremos al máximo por defender sus prioridades proféticas”, dijo el élder Nelson (“Sostengamos a los profetas”, Conferencia General de octubre de 2014).
4. Sostengan a los demás apóstoles
También sostenemos a los demás miembros de la Primera Presidencia y del Quórum de los Doce Apóstoles como profetas, videntes y reveladores, enseñó el élder Nelson. “¡Piensen en ello! ¡Sostenemos a quince hombres como profetas de Dios! Ellos poseen todas las llaves del sacerdocio que jamás se hayan conferido al hombre en esta dispensación”, dijo (“Sostengamos a los profetas”).
5. Estudien la palabra profética y elijan vivirla
“La casa del Señor es una casa de orden”, enseñó la hermana Carol F. McConkie, Primera Consejera de la Presidencia General de las Mujeres Jóvenes, durante la conferencia general más reciente; “nunca debemos ser engañados y mirar a otro lado en busca de respuestas para nuestras dudas o inquietudes sobre qué voz debemos seguir… Cuando elegimos vivir de acuerdo con las palabras de los profetas, estamos en el camino del convenio que lleva a la perfección…
“Al leer con espíritu de oración y estudiar la sagrada palabra profética con fe en Cristo, con verdadera intención, el Espíritu Santo revelará la verdad a nuestra mente y corazón. Que podamos abrir nuestros oídos para escuchar, nuestros corazones para entender y nuestra mente para que los misterios de Dios sean desplegados ante nuestra vista” (“Vivir de acuerdo con las palabras de los profetas”).
