Let Us Adore Him [Vamos a adorarle], por Dana Mario Wood. “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado” (Isaías 9:6). Los Reyes magos que viajaron grandes distancias para ver el Hijo divino, cuyo nacimiento se había predicho por mucho tiempo, cruzaron obstáculos físicos y culturales para “ir y adorarlo” (véase Himnos, nro. 124). El título de la obra de Wood es una invitación para todos a venir y adorar al Salvador, el Redentor del mundo. Dijo Wood: “Esta composición expresa mi asombro por la fe de los primeros seguidores que proclamaron el nacimiento de Cristo y viajaron una gran distancia por la fe”. Fotografía cortesía del Museo de Historia de la Iglesia.
Hallamos verdadero gozo de Navidad cuando hacemos del Salvador el punto central de esa temporada. Podemos tenerlo en nuestros pensamientos y en nuestra vida al realizar la obra que Él desearía que hiciéramos aquí en la tierra. En esta época, en particular, sigamos Su ejemplo al amar y servir a nuestros semejantes.
La Navidad es el espíritu de dar sin pensar en recibir. Es felicidad porque vemos alegría en las personas. Es olvidarnos de nosotros mismos y encontrar tiempo para los demás. Es paz porque hemos hallado paz en las enseñanzas del Salvador. Es la época en que más particularmente nos damos cuenta de que cuanto más amor damos, más amor hay para los demás.
We Are Come to Worship Him [Hemos venido para adorarle], por Meagan Ruth Getz. La historia de los Reyes Magos es una historia de fe absoluta. Determinar su viaje en primer lugar y seguir la estrella luego —una señal de Dios testificando del nacimiento del Salvador— dan fe de su sensibilidad espiritual. Guiados por el Espíritu, completaron el difícil viaje. Aunque no se conoce su identidad, su testimonio del nacimiento del Mesías deja clara su misión profética y sagrada. Fotografía cortesía del Museo de Historia de la Iglesia.
Cuando la temporada de Navidad nos rodee con toda su gloria, busquemos, como hicieron los reyes magos, una estrella brillante y especial que nos guíe hacia nuestra oportunidad navideña de servicio para con nuestro prójimo. Hagamos todos el viaje a Belén en espíritu, llevando con nosotros, como regalo para el Salvador, un corazón dulce y comprensible; y que todos tengamos una Navidad llena de gozo.
Thomas S. Monson
Henry B. Eyring
Dieter F. Uchtdorf