Un padre para siempre


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En las citas que siguen a continuación, las enseñanzas de los profetas y apóstoles vivientes ayudan a los padres a entender lo que Dios espera de ellos, al explicarles las funciones, responsabilidades y bendiciones esenciales que se les ha dado “por designio divino” (“La familia: Una proclamación para el mundo”).

Protejan su hogar

“Padres, quisiera recordarles la naturaleza sagrada de su llamamiento. Se les ha dado el poder del sacerdocio directamente del Señor para proteger su hogar. Habrá ocasiones en que el único escudo que haya entre su familia y la malicia del adversario será ese poder. Ustedes recibirán dirección del Señor por medio del don del Espíritu Santo” (Boyd K. Packer, “El poder del sacerdocio”, Conferencia General de abril de 2010).

Presidan sobre su familia

“Padres, por decreto divino, ustedes han de presidir sus familias. Tal responsabilidad es seria, y debido a que es eterna, es la más importante que jamás asumirán. Denle a la familia la prioridad debida. Es la parte de sus vidas que perdurará más allá de la tumba” (L. Tom Perry, “El ser padre, un llamamiento eterno”, Conferencia General de abril de 2004).

Dediquen tiempo para las actividades familiares

“Algunas de nuestras decisiones más importantes tienen que ver con las actividades familiares. Muchos de los que se ganan el pan se preocupan de que sus ocupaciones les dejen muy poco tiempo para la familia. No existe una fórmula fácil para esa competencia de prioridades; no obstante, nunca he conocido a un hombre que, al mirar en retrospectiva sus años de trabajo, haya dicho: ‘No pasé tiempo suficiente en mi trabajo’” (Dallin H. Oaks, “Bueno, Mejor, Excelente”).

Sean el modelo de hombría para los hijos

“Padres: para los hijos, ustedes son el modelo principal de hombría. Son el mentor de mayor importancia para ellos y, aunque no lo crean, ustedes son el héroe de ellos en incontables formas. Sus palabras y su ejemplo tienen gran influencia en ellos… Escúchenlos y mantengan un vínculo con ellos mediante una conversación regular y directa. Hablen con ellos a fondo sobre sus sentimientos y deseos; oren con ellos y denles bendiciones a medida que afronten las decisiones importantes del futuro” (M. Russell Ballard, “Padres e hijos: Una relación excepcional”, Conferencia General de octubre de 2009).

Establezcan una relación con los hijos

“Como padre, me pregunto si yo y todos los demás padres podríamos hacer más para edificar una relación más dulce y fuerte con nuestros hijos e hijas aquí en la tierra. Padres, ¿es esperar demasiado que nuestros hijos puedan sentir por nosotros una pequeña porción de los sentimientos que el Hijo Divino sintió por Su Padre? ¿Podríamos ganarnos más de ese amor al tratar de ser más de lo que Dios fue para Su hijo?” (Jeffrey R. Holland, “Las manos de los padres”, Conferencia General de abril de 1999).

Brinden liderazgo espiritual

Como hombres del sacerdocio, tenemos una función esencial que desempeñar en la sociedad, en el hogar y en la Iglesia; pero debemos ser hombres en los que la mujer pueda confiar, en los que los niños puedan confiar y en los que Dios pueda confiar. En la Iglesia y el reino de Dios de éstos, los últimos días… no podemos permitirnos tener esposos y padres que no brinden un liderazgo espiritual en el hogar” (D. Todd Christofferson, “Hermanos, tenemos trabajo que hacer”, Conferencia General de octubre de 2012).

Testifiquen del Salvador

“A los padres hago una súplica especial: Por favor, tomen parte importante en hablarles a sus hijos acerca del Salvador. Ellos necesitan que ustedes les expresen la confirmación de la fe que tienen, junto con la de sus madres.

“Si el hijo no escucha, no se desesperen. El tiempo y la verdad están del lado de ustedes. En el momento adecuado, sus palabras harán eco como si vinieran del cielo mismo. Su testimonio jamás abandonará a sus hijos” (Neil L. Andersen, “Dime la historia de Cristo”, Conferencia General de abril 2010).