A pesar de que la vida puede tener muchos desafíos, el presidente Thomas S. Monson dice que con fe podemos elevarnos por encima de ellos.
“Aunque las nubes de tormenta se arremolinen, aunque las lluvias caigan sobre nosotros, nuestro conocimiento del Evangelio y el amor que tenemos por nuestro Padre Celestial y por nuestro Salvador nos consolarán y nos sostendrán, y darán gozo a nuestro corazón al caminar con rectitud y guardar los mandamientos”, nos alienta. “No hay nada en este mundo que pueda derrotarnos. Mis queridos hermanos y hermanas, no teman. Sean de buen ánimo. El futuro es tan brillante como su fe”.
La luz que brilla
A veces no vemos ninguna luz al final del túnel ni ninguna alborada que rompa las tinieblas de la noche, dice el presidente Monson. “Nos sentimos rodeados del dolor de corazones desconsolados, de la desilusión de ver sueños que se hacen añicos y de la desesperación de ver esfumarse las esperanzas. Nos sumamos a la súplica bíblica: ‘¿No hay bálsamo en Galaad?’. Nos inclinamos a ver nuestras propias desgracias personales a través del distorsionado prisma del pesimismo. Nos sentimos abandonados, desconsolados y solos”.
A quienes están desesperados, el presidente Monson les recuerda que el Salvador puede ayudarnos.
“Sí, nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, es nuestro ejemplo y nuestra fortaleza. Él es la luz que brilla en las tinieblas. Él es el buen Pastor. Aunque consagrado en Su ministerio majestuoso, Él tomó la oportunidad de levantar las cargas, ofrecer esperanza, remendar cuerpos y restaurar la vida”.
Encontrar gozo en el trayecto
El presidente Monson reconoce que la vida tendrá su estrés, independientemente de nuestras circunstancias. Sin embargo él amonesta que el estrés de la vida no debe entorpecer lo que es más importante, diciendo: “Lo que es más importante casi siempre se relaciona con las personas a nuestro alrededor”.
“Saboreemos la vida al vivirla, encontremos gozo en el trayecto y compartamos nuestro amor con amigos y familiares. Algún día, cada uno de nosotros se quedará sin mañanas”, dijo el presidente Monson.
“El que nos demos cuenta de lo que es más importante en la vida va de la mano con la gratitud que sentimos por nuestras bendiciones”.
Citando a un conocido autor, el presidente Monson dice: “Tanto la abundancia como la carencia de ella existen simultáneamente en nuestra vida, como realidades paralelas. Siempre debemos decidir cuál jardín secreto cuidaremos… Cuando decidimos pasar por alto las cosas que nos faltan en la vida, y en cambio sentimos gratitud por la abundancia que tenemos: amor, salud, familia, amigos, trabajo, los gozos de la naturaleza y las empresas personales que nos traen [felicidad], el terreno baldío de la ilusión desaparece y experimentamos el cielo en la tierra”.
Sed de buen ánimo
“Sería fácil desanimarnos y perder la fe en cuanto al futuro —o incluso tener temor de lo que pueda venir— si sólo nos concentráramos en lo que está mal en el mundo y en nuestra vida”, dice el presidente Monson. “Sin embargo, hoy quisiera que nuestros pensamientos y nuestras actitudes dejen de lado los problemas que nos rodean y se concentren en las bendiciones que tenemos como miembros de la Iglesia. El apóstol Pablo declaró: ‘…no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio’” (2 Timoteo 1:7).