“Sepan, por favor, que tenemos gran confianza en ustedes. Los líderes de la Iglesia sinceramente creen que ustedes pueden edificar el reino como ninguna generación anterior”, dijo el élder Quentin L. Cook, del Quórum de los Doce Apóstoles, a los jóvenes adultos durante un devocional del Sistema Educativo de la Iglesia en marzo. A menudo, los profetas y apóstoles han aconsejado a los jóvenes adultos.
Tres pautas para los jóvenes adultos
El élder Cook ofreció tres pautas basadas en la frase “Cualquiera que sea tu arte, haz bien tu parte”, como la citó el presidente David O. McKay (1873–1970).
1. Evitemos ponernos máscaras que oculten nuestra identidad
“Se les presionará en gran manera para que actúen de una manera inusitada —a que incluso se pongan una máscara— y a que lleguen a ser alguien que realmente no refleje quiénes son o lo que desean llegar a ser”, dijo el élder Cook. Una de las mayores protecciones que tienen en contra de tomar malas decisiones es no ponerse ninguna máscara de anonimato. Si alguna vez tienen el deseo de hacerlo, tengan a bien saber que es una indicación grave de peligro y una de las herramientas del adversario para hacer que hagan algo que no deben hacer”.
2. Actúen de acuerdo con sus verdaderas creencias
“Confío en que ninguno de ustedes considere que la vida sea principalmente ‘diversión y juegos’, sino más bien como un tiempo para prepararse para comparecer ante Dios”, dijo el élder Cook. Animó a los jóvenes adultos a identificar los atributos que quieren desarrollar, a estudiar las Escrituras relacionadas y a orar, a fijar metas y a hacer planes para aplicar esos atributos en sus vidas.
3. Fíjense metas apropiadas
“Con demasiada frecuencia basamos nuestras metas en lo que el mundo valora”, dijo el élder Cook. “Los elementos esenciales son realmente sencillos para los miembros que han recibido las ordenanzas salvadoras. Sean rectos. Formen una familia. Encuentren una manera adecuada de proveer el sustento que necesiten. Sirvan en lo que se les llame. Prepárense para comparecer ante Dios”.
Una gran oportunidad para rescatar
El élder M. Russell Ballard, del Quórum de los Doce Apóstoles, ofreció este consejo en una reunión a los jóvenes adultos el año pasado: “Cuando miren a su alrededor en su nuevo barrio y en su nueva área, y vayan a la universidad o al trabajo o donde quiera que sea, les doy la asignación de tener la valentía de pensar y aceptar el desafío de tratar de traer a uno de los hijos de nuestro Padre de regreso a la actividad”.
Continuó: “Deseo prometerles en el nombre del Señor, que al hacerlo y al confiar en el Señor, orar al respecto, y buscar pidiendo guía y fortaleza para hacer lo que puedan, ustedes tendrán algunas experiencias espirituales, y sentirán la inspiración del Espíritu de un modo inusual para ustedes. La razón por la que esto sucederá es que todos los hijos de Dios son valiosos para Él y todos somos valiosos para el Señor Jesucristo, y ésta es la Iglesia de Jesucristo restaurada sobre la tierra en estos, los últimos días”.
Ora siempre
El élder Bednar aconsejó a los jóvenes adultos solteros durante una sesión de preguntas y respuestas en Bountiful, Utah: “Creemos que orar es simplemente arrodillarse. La oración también incluye el trabajo que hacen después de decir ‘amén’ para alcanzar las cosas sobre las cuales hemos estado orando”.
Continuó: “El pensar que tienen que permanecer de rodillas todo el día expresando gratitud es imposible. Así que tienen que levantarse. Hay cosas que deben hacer. Pero reconozcan Su mano en todas las cosas. Eso es orar siempre. Cuando llegan las bendiciones y están llenos de gratitud, eso es parte de orar siempre. Y al continuar avanzando firmemente, buscando Su ayuda para hacer las cosas que saben son correctas, eso es orar siempre”.
Generación maravillosa
“Ustedes son una generación maravillosa”, dijo el presidente Uchtdorf a los alumnos de la Universidad Brigham Young en 2009. “Son extremadamente bendecidos. El mundo les necesita a ustedes y a su bondad. Les esperan grandes oportunidades. Los amo, los admiro. No teman. Dios está con ustedes; tengan fe. Usen su tiempo con sabiduría, continúen aprendiendo y vivan siempre dignamente para que tengan el Espíritu con ustedes”.