“La honradez, la integridad y la verdad son principios eternos que afectan enormemente nuestra experiencia en la vida mortal y ayudan a determinar nuestro destino eterno”, dijo el élder Neil A. Andersen, del Quórum de los Doce Apóstoles. “Para los discípulos de Cristo, la honradez es la base de la espiritualidad”.
El élder Andersen dijo que, dado que la honradez es uno de los atributos del Padre Celestial, el ser honrado es indispensable para progresar espiritualmente. “Es un principio en el que todos ustedes creen”, dijo, “pero les prometo que, si meditan al respecto más seriamente, y oran sobre esto específicamente y lo atesoran más plenamente, traerá bendiciones en abundancia ahora y durante toda su vida”.
El élder Andersen dio su mensaje en un devocional en la Universidad Brigham Young el 13 de septiembre de 2011.
Una norma divina
“El mundo nos diría que es difícil definir los conceptos de verdad y honradez”, dijo. “Al mundo le causa gracia mentir de vez en cuando y no demora en excusar las supuestas mentiras ‘piadosas’. Se esfuma el contraste entre el bien y el mal y se minimizan las consecuencias de la falta de honradez”.
Los discípulos de Jesucristo no pueden apoyar este tipo de enseñanzas falsas, dijo el élder Andersen. “La norma de la honradez no se determina por medio de la comparación con otras personas. La nuestra es una norma divina. Les hablo como condiscípulos del Señor Jesucristo que están comprometidos a Su evangelio restaurado y luchan por guardar Sus mandamientos”.
Sean leales a ustedes mismos
“El Salvador reprendía constantemente a quienes afirmaban algo públicamente, pero en su corazón vivían de manera totalmente diferente. Él elogiaba a los que vivían sin engaño”, dijo el élder Andersen. “¿Se dan cuenta del contraste que hay? Por un lado están la verdad y la luz, la honradez y la integridad. Por el otro están las mentiras, los engaños, la hipocresía y la oscuridad. El Señor establece una marcada diferencia”.
La honradez en la vida cotidiana
El élder Andersen declaró que, aunque todos nos enfrentemos con la tentación de ser deshonrados, es sumamente importante que decidamos ser honrados. Él dijo: “Aprendan ahora [que] cuando dan su palabra, cuando hacen una promesa, cuando ponen su firma, su honradez y su integridad los obligan a cumplir su palabra, su compromiso, su acuerdo”.
Prometió que el llevar una vida honrada nos traerá bendiciones. “Les prometo que su vida gozará de mayor claridad. Sentirán la gracia del Salvador al guiarlos Él por caminos de mayor honradez, y Él les hará sentir Su amor y aprobación. Sentirán Su influencia en los pequeños detalles de su vida”.