El Libro de Mormón viene con “preciosas promesas”. Eso es lo que dice el presidente Thomas S. Monson acerca de este libro de Escrituras, en un mensaje publicado en la edición de octubre de 2011 de las revistas Liahona y Ensign. Este ejemplar de las revistas se centra específicamente en el Libro de Mormón.
En su mensaje, el presidente Monson nombra varias promesas para aquellos que estudian el Libro de Mormón y cuenta una experiencia personal en la que el Libro de Mormón le ayudó a dar una respuesta a una difícil pregunta de un hombre que estaba falleciendo.
Cambia vidas
“Junto con otros profetas de los últimos días, testifico de la veracidad de éste, el libro ‘más correcto de todos los libros sobre la tierra’”, escribe el presidente Monson en el Mensaje de la Primera Presidencia de las revistas. “Su mensaje se extiende sobre la tierra y trae a los lectores un conocimiento de la verdad. Es mi testimonio que el Libro de Mormón cambia vidas”.
Enseña acerca del amor de Dios
Además del mensaje del presidente Monson, el ejemplar contiene mensajes de varios miembros del Quórum de los Doce Apóstoles que comparten sus propios sentimientos sobre el Libro de Mormón.
El élder Russell M. Nelson del Quórum de los Doce Apóstoles explica la manera en que el libro nos muestra el amor de Dios y cómo adquirir ese amor en nuestra vida.
“En estos últimos días, nosotros, quienes gozamos del privilegio de tener el Libro de Mormón, de ser miembros de la Iglesia del Señor, de tener Su Evangelio y de guardar Sus mandamientos, sabemos algo del infinito amor de Dios”, escribe el élder Nelson. “Sabemos cómo podemos tener esa clase de amor; al llegar a ser Sus verdaderos discípulos, obtenemos el poder de amar como Él ama. Al guardar Sus mandamientos llegamos a ser más como Él; ampliamos nuestro círculo personal de amor al tender una mano a la gente de toda nación, tribu y lengua”.
Nos conduce a Cristo
Cómo aplicar el sueño de Lehi a nuestra época es el tema del mensaje del élder David A. Bednar, del Quórum de los Doce Apóstoles. Él utiliza el sueño para explicar la diferencia entre el estudio casual de las Escrituras y el sincero.
“Asirse constantemente supone, en gran medida, el uso constante, sincero y con actitud de oración, de las Santas Escrituras como fuente segura de verdad revelada y como una guía confiable para el recorrido por el sendero estrecho y angosto que lleva al árbol de la vida, sí, al Señor Jesucristo”, escribe él.
Invita al Espíritu
El élder D. Todd Christofferson, del Quórum de los Doce Apóstoles ofrece algunas sugerencias para estudiar el Libro de Mormón. Dice que las ayudas para el estudio pueden apoyarnos en nuestra búsqueda de conocimiento del Evangelio, así como orar y anotar las impresiones espirituales. “El estudio del Libro de Mormón invita al Espíritu, y el Espíritu es el medio por el cual se recibe revelación”, declara él.
Se aplica a nuestra época
El Libro de Mormón fue escrito para nuestra época y nos ayudará a hacer frente a las muchas dificultades de nuestro mundo, dijo el élder Neil L. Andersen, del Quórum de los Doce Apóstoles. Él indica que la razón que dio Mormón para escribir el libro, es para convencer a toda la gente de que “Jesús es el Cristo, El Eterno Dios”. Dijo que tenemos este libro ahora porque el mundo en el que vivimos está lleno de distracciones.
“Hay muchas influencias mundanas que nos alejan tanto a nosotros como a nuestra familia de esta fe sumamente vital. El Libro de Mormón nos invita a nosotros y a nuestra familia a abrazar la fe en el Señor Jesucristo y comparte principios que ayudarán a nuestra familia a tener éxito”, dice él.
Edifica testimonios
En el último artículo, el élder Jeffrey R. Holland, del Quórum de los Doce Apóstoles comparte su experiencia de como adquirir un testimonio del Libro de Mormón. Dice que su testimonio crece cada vez que lo lee y lo vuelve a leer.
“Ninguno de nosotros puede obtener una fe plena en la obra de estos últimos días, y encontrar la paz y el consuelo máximos en nuestra época, hasta que haya aceptado la divinidad del Libro de Mormón y del Señor Jesucristo, de quien el libro testifica”, concluye.