El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles (derecha) habla con el presidente Rodolfo Gómez Morán de la Estaca Ciudad de México Lindavista (izquierda).
Adquirir hábitos santos, obedecer los mandamientos y cultivar rutinas rectas que ayuden a vencer la tentación; tales mensajes para los jóvenes de México son buenos consejos para todos los Santos de los Últimos Días de todo lugar, y fueron tan sólo algunos de los mensajes que los élderes Dallin H. Oaks y Quentin L. Cook compartieron al cumplir con sus asignaciones en México.
Además de los mensajes que dieron a los jóvenes, los apóstoles hablaron en reuniones para los jóvenes adultos solteros, las misiones, las estacas y las organizaciones auxiliares, y en ellas les aseguraron a todos los presentes que el Señor ama a los Santos de los Últimos Días de México y está contando con que ellos se mantengan fieles, incluso en las épocas difíciles que vendrán. El élder Oaks y el élder Cook —acompañados por el élder Ronald A. Rasband, el presidente mayor de la Presidencia de los Setenta, y los miembros de la Presidencia de Área de Ciudad de México— dieron estos mensajes cuando llevaron a cabo su obra de ministerio en México, del 14 al 22 de mayo de 2011.
Jóvenes: Hábitos santos y rutinas rectas
El élder Oaks les contó una historia a los jóvenes acerca de dos hombres que compraron un camión, pusieron un puesto de verduras y condujeron hasta el campo que quedaba del otro lado del pueblo para conseguir melones. Allí le pagaron un dólar por melón al granjero. Cuando regresaron, colocaron los melones en el puesto y los vendieron a un dólar cada uno. Estas acciones se repitieron; en la tercera ocasión, uno de los socios dijo: “No estamos ganando mucho dinero. ¿Qué dices si compramos un camión más grande?”.
Los socios no sabían que los melones valían más en el puesto que en el campo, destacó el élder Oaks. Del mismo modo, los jóvenes deben determinar cuál es el verdadero valor que le dan al Evangelio y medir sus acciones de acuerdo con eso.
Dijo que a todos los hijos de Dios se les pide que desarrollen hábitos santos como la oración, el estudio de las Escrituras, el tomar la Santa Cena y servir en llamamientos. Y, si bien todos deben establecer hábitos santos, lo que llamamos rutinas rectas puede que sea diferente para cada persona. Les pidió a los jóvenes que determinaran cuáles son las rutinas rectas que los protegerán de las tentaciones que saben que tienen. Los bendijo para que tuvieran la visión clara y la fortaleza para hacer lo correcto.
Jóvenes adultos solteros: Adaptar los sueños
El élder Oaks también se dirigió a los jóvenes adultos solteros de las Estacas Ciudad de México Camarones y Veracruz Mocambo y les habló acerca de la importancia de fijar metas prácticas y tener la capacidad de adaptar sus sueños. Los instó a fijar metas generales a largo plazo —con la guía del Señor— en vez de fijar metas demasiado específicas. Dijo que los sueños sin detalles demasiado específicos hacen que sea posible crear y lograr algo maravilloso, en vez de experimentar desilusión al ir en pos de cosas específicas e imposibles de alcanzar.
Destacó que existe una diferencia entre reformular los sueños (las metas a largo plazo) y abandonar las normas. Los sueños más importantes son casarse con un cónyuge digno de entrar al templo, y luego esforzarse juntos por lograr una relación eterna. A fin de progresar, quizá sea necesario reformular algunos sueños de acuerdo con las circunstancias de la vida. No se queden sentados esperando que aparezca la persona correcta, dijo. En vez de eso, lleven una vida libre de la vergüenza y avancen.
Misioneros: Bendigan a los demás
El élder Cook les aseguró a los misioneros de la Misión Ciudad de México Norte que ellos se encuentran donde el Señor desea que estén, y que, mediante su trabajo, están bendiciendo a los seres queridos que quedaron en su casa así como a las áreas en las que prestan servicio. Su meta, dijo, debe ser la de dejar cada área en la que trabajen más fuerte, más grande y más espiritual por medio de su labor.
Animó a los misioneros a enseñar con humildad acerca de la Primera Visión de José Smith y el plan de salvación, y a conocer a las personas a quienes les enseñan a fin de poder personalizar las charlas y satisfacer sus necesidades.
Líderes del sacerdocio: Sean fieles
El élder Cook les dio el consejo a los líderes del sacerdocio de ayudar a los misioneros a estar mejor preparados al momento de entrar al campo misional. En una reunión de liderazgo del sacerdocio en el centro de estaca de la Estaca Mérida Brisas, instó a los líderes a seguir prestando servicio con sacrificio. Les dijo a los obispos que estudien Alma 39 y deleguen, cuando fuera posible, a fin de poder pasar más tiempo con los jóvenes y los jóvenes adultos. Además, bendijo a los hermanos para que puedan mantenerse fieles en los tiempos de pruebas; para que puedan guiar a su familia, tanto espiritual como temporalmente; y para que sientan el amor del Salvador mediante Sus bendiciones y Su sacrificio expiatorio.
Estacas: Fuertes y queridos
El élder Oaks y el élder Cook expresaron el amor que el Señor y la Primera Presidencia sienten por los miembros de las estacas Jalapa, Querétaro Los Arcos, Tierra Blanca, Toluca, Cancún Kabah y Ciudad de México Tenayo. Les dijeron a los miembros que amen su nación, que obedezcan sus leyes, que amen a su prójimo y que fortalezcan sus familias.
La fortaleza de la Iglesia yace en sus miembros, dijo el élder Oaks. La fortaleza viene al estar unidos y por medio de los testimonios fervientes de los santos al hacer lo que Cristo enseñó que debemos hacer: amar a Dios y amar y servir a nuestro prójimo. Los mandamientos ayudan a los hijos de Dios a llegar a ser como Él, dijo.
Además de instar a los miembros a aumentar su fe en Jesucristo, el élder Cook les pidió que fortalezcan sus familias. Dijo que los niños que aprenden acerca de los mandamientos durante la noche de hogar sentirán el Espíritu del Señor, incluso cuando parezca que no siempre están escuchando. Al seguir los principios del Evangelio, dijo, los miembros logran sentir el amor de Cristo y pueden testificar del hecho de que Cristo marcó el camino que Sus hijos deben seguir para alcanzar su destino eterno.