Cuando hablé durante la conferencia general de octubre pasado, designé a 2020 como la época del bicentenario, que conmemora los 200 años desde que Dios el Padre y Su Hijo Amado, Jesucristo, se aparecieron a José Smith en una visión. Ese acontecimiento singular de la historia de la humanidad inició la restauración del evangelio del Señor, una restauración que se despliega y continúa en la actualidad. ¡Cuán bendecidos somos por vivir a la luz de esa visión! Con esa visión se recibió una nueva comprensión sobre la naturaleza de Dios nuestro Padre y de su Hijo, Jesucristo.
Dios ama a todos Sus hijos y tiene una visión para cada uno de nosotros. De la misma manera en que escuchó la oración de José en 1820, Él los escucha y anhela hablar con ustedes por medio del Espíritu. El Padre Celestial los quiere; nosotros los queremos. Este va a ser un año importante. Los invitamos a ser una parte fundamental al compartir el mensaje de la restauración continua del evangelio del Salvador. Hablaremos más acerca de esto pronto, pero pueden comenzar hoy mismo siguiendo las invitaciones que les extendí en la última conferencia general, de sumergirse en la gloriosa luz de la Restauración.
Los invitamos a ser una parte fundamental al compartir el mensaje de la restauración continua del evangelio del Salvador. ¿En qué consiste eso? Podrían comenzar su preparación leyendo de nuevo el relato de José Smith acerca de la Primera Visión que está registrado en la Perla de Gran Precio. O bien podrían meditar sobre preguntas importantes tales como: “¿De qué manera mi vida sería diferente si se me quitara de repente el conocimiento que he obtenido del Libro de Mormón?” o “¿en qué forma los acontecimientos que siguieron a la Primera Visión han influido en mí y en mis seres queridos?”.
Elijan sus preguntas personales y elaboren su propio plan. Sigan cualquiera de estas invitaciones a fin de prepararse para compartir los importantes mensajes de la Restauración continua. A medida que busquen a Jesucristo en esos intentos, Dios los preparará para recibir más luz. Es su preparación personal lo que ayudará a que la conferencia general de abril llegue a ser para ustedes no solo memorable, sino inolvidable. El momento de actuar es ahora. Este es un momento crucial en la historia de la Iglesia y la parte que ustedes desempeñan es fundamental.
Testifico que Jesucristo vive y que dirige Su Iglesia hoy en día. Dios confía en nosotros, todos nosotros, para desempeñar una función importante en la restauración de Su evangelio.