En esta era iluminada en que se ha restaurado la plenitud del Evangelio, no es necesario que ustedes ni yo viajemos por mares inexplorados o andemos por caminos desconocidos en busca de la verdad. Un Padre Celestial amoroso ha trazado nuestro curso y ha proporcionado una guía infalible: la obediencia. Recibimos un conocimiento de la verdad y la respuesta a nuestros más grandes interrogantes cuando somos obedientes a los mandamientos de Dios.