El poder para vencer la pornografía

“En nuestros días, la terrible influencia de la pornografía es semejante a una plaga que se está extendiendo por todo el mundo, infectando a uno aquí y a uno allá, tratando implacablemente de invadir cada hogar, con más frecuencia a través del esposo y padre”, dijo el presidente Boyd K. Packer, del Quórum de los Doce Apóstoles. “El efecto de esta plaga puede ser espiritualmente fatal y, lamentablemente, con frecuencia lo es. Lucifer trata de estropear el ‘gran plan de redención’, ‘el gran plan de felicidad’”.

El presidente Packer dijo que los modelos de la pornografía no sólo dañan las relaciones matrimoniales, sino que también hacen perder el espíritu de Cristo y el poder del sacerdocio. Sin embargo, hizo hincapié en que todos tenemos la capacidad para escoger, y seremos bendecidos si escogemos nunca participar de tales maldades, si nos arrepentimos y los abandonamos.

Tenemos una opción

“El antiguo refrán: ‘El Señor está votando por mí, y Lucifer está votando contra mí, pero es mi voto el que cuenta’, describe una convicción doctrinal de que nuestro albedrío es más poderoso que la voluntad del adversario”, dijo el presidente Packer. “El albedrío es de gran valor; de manera imprudente y ciega podemos cederlo, pero no nos lo pueden quitar a la fuerza.

“Existe también una antigua excusa: ‘El diablo me forzó a hacerlo’. ¡No es así! Él puede engañarlos y embaucarlos, pero no tiene el poder de obligarlos a ustedes ni a nadie más a transgredir o a mantenerlos en transgresión”.

El sacerdocio es el antídoto

“El sacerdocio posee el poder supremo”, dijo el presidente Packer. “Los puede proteger de la plaga de la pornografía —y es una plaga— si están cediendo a su influencia. Si la persona es obediente, el sacerdocio puede demostrar la manera de cambiar un hábito e incluso borrar una adicción. Los poseedores del sacerdocio tienen esa autoridad y deben emplearla para combatir malas influencias.

“Los poseedores del sacerdocio llevan consigo el antídoto para quitar las terribles imágenes de la pornografía y para disipar la culpabilidad. El sacerdocio tiene el poder para desatar la influencia de nuestros hábitos, aun para quitar la cadena de la adicción, sin importar lo apretada que esté. Puede sanar las cicatrices de errores pasados”.

El poder del sacerdocio para contrarrestar esas influencias debe ir acompañado del arrepentimiento, el cual “es semejante al detergente, incluso las resistentes manchas del pecado podrán quitarse”, dijo el presidente Packer.

Habrá ángeles ayudándolos

El presidente Packer enseñó que “toda alma recluida en una prisión de pecado, culpabilidad o perversión tiene una llave de la puerta. La llave lleva el rótulo: ‘arrepentimiento’. Si ustedes saben cómo usar esa llave, el adversario no podrá retenerlos. Los principios gemelos del arrepentimiento y del perdón exceden en fortaleza el asombroso poder del tentador. Si se encuentran atados a una adicción o a un hábito indignos, deben dejar el comportamiento perjudicial. Los ángeles los entrenarán y los líderes del sacerdocio los guiarán durante esos tiempos difíciles.

“En ninguna otra parte se manifiestan más la generosidad, la bondad y la misericordia de Dios que en el arrepentimiento. ¿Comprenden el supremo poder purificador de la Expiación que llevó a cabo el Hijo de Dios, nuestro Salvador, nuestro Redentor? Él dijo: ‘Porque he aquí, yo, Dios, he padecido estas cosas por todos, para que no padezcan, si se arrepienten’. En ese divino acto de amor, el Salvador pagó los castigos por nuestros pecados para que nosotros no tuviéramos que pagar”.

Hay una salida

El élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, advirtió a los miembros de los peligros de la racionalización. Él dijo que no podemos minimizar la gravedad de la pornografía, sin importar en qué forma, modo o dosis provenga.

Hay una salida para quienes estén atrapados en esta adicción, dijo el élder Oaks. “Primero, reconozcan el mal, no lo defiendan ni traten de justificarse. Segundo, busquen la ayuda del Señor y de Sus siervos.

“Tercero, hagan cuanto puedan para evitar la pornografía”, dijo el élder Oaks. “Si alguna vez se encuentran en presencia de ella —lo cual puede sucederle a cualquiera en el mundo en que vivimos— sigan el ejemplo de José de Egipto. Cuando la tentación quiso asirlo, dejó la tentación y huyó de inmediato (Génesis 39:12).

“Finalmente, no patrocinen la pornografía. No usen su poder adquisitivo para respaldar la degradación moral. Y ustedes, jovencitas, por favor entiendan que si se visten inmodestamente, lo único que hacen es empeorar el problema volviéndose pornografía a los ojos de algunos varones que las ven.

“Por favor, presten atención a estas advertencias; mejoremos nuestra conducta personal y redoblemos nuestros esfuerzos para proteger a nuestros seres queridos y nuestro entorno contra la embestida de la pornografía que amenaza nuestra espiritualidad, nuestros matrimonios y a nuestros hijos”.