“Agradecemos las deducciones con fines benéficos, las cuales fomentan las donaciones a iglesias y a otras organizaciones benéficas”, testificó el élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles, durante una audiencia gubernamental en Washington, D.C.
“El efecto de este beneficio fiscal es fomentar la economía de organizaciones benéficas, las cuales son vitales para nuestra nación, y es un apoyo significativo y acertado para el sector privado”, dijo. “Las deducciones con fines benéficos deben permanecer intactas, no sólo para las religiones, sino para el beneficio de todo el sector privado de nuestra nación”.
El élder Oaks habló en la audiencia del Comité del Senado de Estados Unidos sobre el tema de las “Opciones de reforma tributaria: Incentivos para donativos con fines benéficos” el 18 de octubre de 2011.
Él está específicamente calificado para hablar sobre ese tema. Antes de su llamamiento como Apóstol, tuvo gran experiencia en leyes y educación. Fue secretario de un juez de la Corte Suprema de los Estados Unidos, profesor de leyes en la Escuela de Abogacía de la Universidad de Chicago, juez de la Corte Suprema de Utah y presidente de la Universidad Brigham Young, entre otros cargos.
Se mantuvieron juntos por obediencia
El élder Oaks mencionó que la Constitución de los Estados Unidos fue fundada por un pueblo moral y religioso, y que “nuestra nación se mantiene unida no sólo por la ley y su aplicación, sino por la obediencia voluntaria a lo que carece de fuerza ejecutoria y por la amplia adherencia a las normas de lo bueno y lo malo, tal como el importante principio de la honestidad. Para una gran porción de nuestros ciudadanos, estas normas esenciales se basan en los principios de nuestras creencias religiosas, que se enseñan en nuestras iglesias y sinagogas”.
Sin embargo, mencionó que “Aunque comparezca aquí como líder religioso, el posible impedimento de una deducción con fines benéficos para incrementar los ingresos de impuestos, no es un tema religioso. No es un tema político. Ni siquiera es un tema económico. El mismo plantea una pregunta sobre la naturaleza y el futuro de Estados Unidos”.
Estuvo con otros líderes religiosos que leyeron y apoyaron su declaración, así como también líderes de organizaciones benéficas y eruditos. Hicieron hincapié en la importante función que las organizaciones benéficas, tanto religiosas como privadas, tienen en la sociedad.
Ministrando a quienes padecen necesidades
Tales organizaciones “son responsables de cientos de miles de trabajos e innumerables servicios que benefician a nuestros ciudadanos en todo nivel”, testificó el élder Oaks. ‘Hablo de instituciones educativas privadas, hospitales, agencias de beneficio social y otras innumerables organizaciones que ministran las necesidades de niños, jóvenes, ancianos, pobres y ciudadanos en general. El bienestar financiero de este sector privado depende de las contribuciones privadas que califican como deducciones con fines benéficos; y el impacto que estas instituciones privadas tienen sobre los que ellas sirven, se magnifica por los millones de voluntarios motivados por los ideales que siguen”.
Como ejemplo, el élder Oaks dijo: “En el período subsiguiente a Katrina y otros huracanes en la costa del Golfo en 2005, La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ayudó en la labor de limpieza con más de 3.000 toneladas de suministros de emergencias, más de $13 millones en efectivo y el uso de maquinaria pesada, y sus miembros dieron más de 42.000 días de trabajo de servicio. Otras organizaciones sin fines de lucro proporcionaron más de $3.5 billones en efectivo y donaciones en especie como ayuda humanitaria”.
El élder Oaks añadió: “El sector privado de actividades benéficas es casi único, y seguramente de valor único en Estados Unidos. Todos entendemos que sus actividades se fundan en donaciones privadas producidas o estimuladas en gran medida por deducciones con fines benéficos que reducen los impuestos de los donantes”.