“No importa cuán oscuros parezcan sus días, no importa cuán insignificantes se sientan, no importa cuán relegadas crean que estén, su Padre Celestial no las ha olvidado. De hecho, Él las ama con un amor infinito”.
El presidente Dieter F. Uchtdorf, Segundo Consejero de la Primera Presidencia, ofreció este recordatorio amoroso durante la Reunión General de la Sociedad de Socorro el 24 de septiembre de 2011.
Usando la flor de nomeolvides como una metáfora para sus palabras, el presidente Uchtdorf dijo que, aunque la flor tiene un tamaño pequeño, y es fácil que no se reconozca entre otras flores más grandes, sigue siendo hermosa y vibrante.
El presidente Uchtdorf enlaza los cinco pétalos de la flor nomeolvides con cinco cosas que las mujeres no deberían olvidar.
No se olviden de ser pacientes con ustedes mismas:
El presidente Uchtdorf les recordó a las mujeres que todo el mundo tiene fortalezas y debilidades; que nadie es perfecto, incluso aquellos que lo parecen.
“Dios desea ayudarnos a cambiar todas nuestras debilidades por fortalezas con el tiempo, pero Él sabe que se trata de una meta a largo plazo”, dijo el presidente Uchtdorf. “Está bien que no hayan llegado allí todavía. Sigan trabajando en ello, pero dejen de mortificarse. “
“Queridas hermanas, muchas de ustedes son infinitamente compasivas y pacientes con las debilidades de los demás”, añadió él. “Por favor recuerden también ser compasivas y pacientes con ustedes mismas”.
No olviden la diferencia que existe entre un buen sacrificio y un sacrificio absurdo:
El presidente Uchtdorf definió un sacrificio aceptable como el dar “algo bueno por algo de mucho más valor”.
“Dedicar parte de nuestro tiempo a estudiar las Escrituras o a prepararnos para enseñar una lección es un buen sacrificio. Pasar muchas horas bordando el título de la lección en agarraderas de cocina hechas en casa para cada integrante de la clase quizás no lo sea”.
El presidente Uchtdorf dijo que cada situación es diferente, y sugirió que nos preguntáramos: “¿Estoy dedicando mi tiempo y energías a las cosas que más importan?”, para poder distinguir entre los buenos sacrificios y los absurdos.
No se olviden de ser felices ahora:
Usando un ejemplo del libro Charlie y la fábrica de chocolate, el presidente Uchtdorf describe que uno de los caracteres, Willy Wonka, escondió billetes dorados en chocolatinas, prometiendo revelar maravillas a las cinco personas que descubrieran los billetes.
“En su ansiedad, la gente comenzó a olvidarse del sencillo gozo que solía hallar en una chocolatina. La chocolatina se convertía en una decepción total si no contenía el billete dorado”, dijo el presidente Uchtdorf. Sea lo que sea que represente un “billete dorado” para cada persona, el presidente Utchdorf avisó a las hermanas de la Sociedad de Socorro que no pusieran su felicidad en espera al aguardar que un evento futuro, o un billete dorado, aparezca.
“La moraleja es”, dijo él, “que si pasamos nuestros días esperando las fantásticas rosas, podríamos obviar la belleza y la maravilla de las pequeñas nomeolvides que están a nuestro alrededor”.
No olviden el “porqué” del Evangelio:
El presidente Uchtdorf dijo que, a veces, en la rutina de la vida diaria, los aspectos vitales del evangelio de Jesucristo se pasan por alto sin querer. “A veces vemos el Evangelio como una larga lista de tareas que debemos añadir a nuestra inmensa larga lista de cosas que hacer. Nos centramos en qué quiere el Señor que hagamos y cómo podríamos hacerlo, pero a veces olvidamos el porqué”.
El presidente Uchtdorf les recordó a las hermanas que el Evangelio no es una obligación, sino un camino hacia la felicidad y la paz en esta vida y “a la gloria y a la inexpresable satisfacción” en la vida venidera.
No olviden que el Señor las ama:
Al finalizar, el presidente Uchtdorf dijo: “Sólo piensen en esto: ¡El ser más majestuoso, poderoso y glorioso del universo las conoce y las recuerda! ¡El Rey del espacio infinito y del tiempo eterno las ama!”.
“Puede que a veces se sientan un poco como el nomeolvides, insignificantes, pequeñas o diminutas en comparación con otros”, dijo él, señalando: “Espero que (la flor nomeolvides) sea un símbolo de las pequeñas cosas que dan gozo y dulzura a su vida”.