El qué y el cómo del Evangelio son necesarios, pero es comprender el porqué lo que nos inspira y nos transforma.
Recordar el porqué
“Aunque la comprensión del ‘qué’ y del ‘cómo’ del Evangelio es necesaria, el fuego eterno y la majestuosidad del Evangelio manan del ‘porqué’”, dijo el presidente Dieter F. Uchtdorf, de la Primera Presidencia.
“Cuando comprendemos por qué nuestro Padre Celestial nos ha dado este modelo de vida, cuando recordamos por qué nos comprometimos a adoptarlo como una parte fundamental de nuestra vida, el Evangelio deja de ser una carga y, en cambio, se convierte en un gozo y en una delicia. Se convierte en precioso y dulce”.
Un aspecto fundamental del Evangelio
El presidente Uchtdorf enseñó este principio en la reunión general de la Sociedad de Socorro en septiembre de 2011 y durante la sesión del sacerdocio de la Conferencia General de abril de 2012. Señaló que es fácil seguir atrapado en la rutina de nuestra vida y advirtió que cuando eso sucede, podemos sin querer pasar por alto un aspecto fundamental del Evangelio de Jesucristo.
“En nuestro empeño por cumplir con todos los deberes y las obligaciones que asumimos como miembros de la Iglesia, a veces vemos el Evangelio como una larga lista de tareas que debemos añadir a nuestra inmensa larga lista de cosas que hacer, como un bloque de tiempo que debemos encajar en nuestra apretada agenda. Nos centramos en qué quiere el Señor que hagamos y cómo podríamos hacerlo, pero a veces olvidamos el porqué”, dijo el presidente Uchtdorf.
Busquen el gozo del “porqué”
Animó a todos a hallar gozo en el “porqué” del Evangelio. “Busquen la majestuosidad, la belleza y el gozo vivificante del ‘porqué’ del evangelio de Jesucristo”, dijo. “El ‘qué’ y el ‘cómo’ de la obediencia marcan el sendero y nos mantienen en el camino correcto. El ‘porqué’ de la obediencia santifica nuestras acciones; transforma lo mundano en lo majestuoso; magnifica nuestros pequeños actos de obediencia en actos santos de consagración”.
“Se nos tienen que recordar constantemente las razones eternas detrás de lo que se nos ha mandado hacer. Los principios básicos del Evangelio deben ser parte de nuestra vida, aunque signifique aprenderlos una y otra vez. Eso no significa que este proceso debe ser rutinario o aburrido”, dijo el presidente Uchtdorf. “Por el contrario, cuando enseñemos los principios fundamentales en nuestros hogares o en la Iglesia, dejemos que la llama del entusiasmo por el Evangelio y el fuego del testimonio lleve luz, calor y alegría al corazón de aquellos a quienes enseñemos”.
Vea el propósito divino
El presidente Uchtdorf reconoció que a pesar de nuestras mejores intenciones, no siempre las cosas salen de acuerdo con nuestros planes. “Cuando el Señor nos aconseja que ‘[continuemos] con paciencia hasta [perfeccionarnos]’, Él está reconociendo que se necesita tiempo y perseverancia”, dijo el presidente Uchtdorf. “Entender el porqué del Evangelio y el porqué del sacerdocio nos ayudará a ver el propósito divino de todo esto; nos dará motivación y fortaleza para hacer lo correcto, aun cuando sea difícil. Mantenernos centrados en los principios básicos de vivir el Evangelio nos bendecirá con claridad, sabiduría y dirección”.
El presidente Uchtdorf dijo que toda persona tiene una lista de qué puede y debe hacer en sus responsabilidades de la Iglesia. “El qué es importante en nuestra obra y tenemos que prestarle atención. Pero es en el porqué del servicio en el sacerdocio que descubrimos el fuego, la pasión y el poder del sacerdocio”, dijo el presidente Uchtdorf. “El qué del servicio en el sacerdocio nos enseña qué hacer; el porqué inspira nuestras almas. El qué informa, pero el porqué transforma”.