Una de las mejores maneras de fortalecer a las familias es fortalecer a los jóvenes a través de actividades religiosas regulares en el hogar, conforme a los profetas y apóstoles actuales. El presidente Henry B. Eyring, el élder Robert D. Hales y el élder Quentin L. Cook ofrecieron consejo sobre este tema durante la Conferencia General de abril de 2012.
Por ejemplo, el presidente Henry B. Eyring, Primer Consejero de la Primera Presidencia, dijo que las familias deben orar y pasar tiempo juntos de manera regular.
“Una manera de tener el mismo éxito que el Padre Lehi tuvo, radica en la forma en que ustedes dirijan las oraciones familiares y el tiempo en familia, como las noches de hogar”, dijo el presidente Henry B. Eyring durante la conferencia general de abril de 2012.
“Den a sus hijos oportunidades para que, cuando puedan hacerlo, oren por otro del círculo que necesite bendiciones. Detecten rápidamente los comienzos de discordia y expresen reconocimiento por los actos de servicio desinteresado, especialmente el que hacen uno por el otro. Cuando oren unos por otros y se presten servicio, se ablandarán los corazones y se tornarán unos a otros y hacia sus padres”.
Elevar y guiar
Al hablar sobre las formas de fortalecer a las familias y ayudar a los jóvenes a permanecer fieles, el presidente Eyring sugirió a los padres cuatro cosas que pueden hacer para elevar y guiar a su familia para que ellos se sientan más cerca del Padre Celestial y el Salvador.
Primero: Los padres deben obtener y mantener un testimonio seguro de que las llaves del sacerdocio están con ellos en el hogar y que están en posesión del Presidente de la Iglesia para la Iglesia en su totalidad.
Segundo: Como esposos, amen a su esposa. Ofrézcanle fortaleza y consuelo y así ofrecerán fortaleza y consuelo a sus hijos.
Tercero: Alienten a toda la familia a amarse unos a otros, tanto en palabras como en sus acciones.
Cuarto: Cuando se necesite disciplina, utilícenla como una oportunidad para guiar a su familia a la manera del Señor. Corregir a la manera del Señor significa guiar a nuestros hijos hacia la vida eterna.
Cuidado de hermanos y hermanas
El presidente Eyring dijo que el tercer punto, el amor entre los miembros de la familia, es de particular importancia. “El cuidado constante que hermanos y hermanas demuestren unos a otros únicamente vendrá con el esfuerzo continuo por parte de los padres y la ayuda de Dios”, dijo. “Ustedes saben que así es por la experiencia en sus propias familias, y se corrobora cada vez que leen sobre los conflictos familiares que afrontaron los justos Lehi y Saríah, su esposa, en el registro del Libro de Mormón”.
El presidente Eyring dijo que los éxitos de la familia de Lehi nos brindan una guía para mantener a nuestras familias e hijos fieles. “Enseñaron el evangelio de Jesucristo tan bien y de manera tan constante que a los hijos, e incluso a algunos descendientes a través de las generaciones, se les ablandó el corazón hacia Dios y hacia sus semejantes”, dijo. “Por ejemplo, Nefi y otras personas escribieron y tendieron una mano a familiares que habían sido sus enemigos. En ocasiones, el Espíritu ablandó el corazón de miles y reemplazó el odio con el amor”.
Aprendiendo autosuficiencia espiritual
El élder Robert D. Hales, del Quórum de los Doce Apóstoles, habló sobre el mismo tema durante la conferencia general. “Para los jóvenes es difícil entender cómo sus hechos presentes les prepararán o descalificarán para futuras oportunidades de servicio”, dijo.
“Todos nosotros tenemos el ‘deber imperativo’ de ayudar a los jóvenes a ser autosuficientes para que se prepararen para toda una vida de servicio”.
El élder Hales habló a los padres y líderes acerca de cómo ayudar a los jóvenes a llegar a ser más espiritualmente autosuficientes y a permanecer fieles.
“Al aumentar nuestros deseos espirituales, nos volvemos espiritualmente autosuficientes. Entonces, ¿cómo ayudamos a otras personas, a nosotros mismos y a nuestra familia a incrementar el deseo de seguir al Salvador y de vivir Su evangelio? ¿Cómo fortalecemos nuestro deseo de arrepentirnos, de ser dignos y de perseverar hasta el fin? ¿Cómo ayudamos a los jóvenes y a los jóvenes adultos a dejar que esos deseos obren en ellos hasta que se conviertan y lleguen a ser verdaderos “…santo[s] por la expiación de Cristo?”, preguntó.
“Llegamos a convertirnos y a ser espiritualmente autosuficientes al vivir nuestros convenios con espíritu de oración, al participar dignamente de la Santa Cena, al ser dignos de una recomendación para el templo y al sacrificarnos para servir a los demás”.
Elevar a los demás a un terreno más alto
“El propósito de la autosuficiencia temporal y espiritual”, dijo el élder Hales, “es ubicarnos en un terreno más alto para poder elevar a otras personas que lo necesiten”.
“Seamos jóvenes o viejos, lo que hagamos hoy determinará el servicio que podamos brindar y disfrutar mañana. Como nos recuerda el poeta ‘De todas las palabras, habladas o escritas, son éstas las más tristes: “¡Podría haber sido!’”. ¡No vivamos lamentándonos lo que hicimos o no hicimos!”.
Volver en sí
“Con Su amor y el de Su Hijo en mi corazón”, dijo el élder Hales, “desafío a cada uno de nosotros a seguir nuestros deseos espirituales y a volver en sí. Mirémonos al espejo y preguntémonos: ‘¿En qué posición me encuentro al vivir los convenios?’. Estamos en el sendero correcto si podemos decir: ‘Participo dignamente de la Santa Cena cada semana, soy digno de una recomendación para el templo y asisto al templo, y me sacrifico para servir y bendecir a otras personas’”.
Criados en la verdad y la rectitud
El élder Quentin L. Cook, del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Nuestro gran deseo es criar a nuestros hijos en la verdad y la rectitud. Un principio que nos ayudará a lograrlo es el de evitar ser demasiado críticos en cuanto a las conductas insensatas o imprudentes pero no pecaminosas. Hace muchos años, cuando mi esposa y yo todavía teníamos hijos en casa, el élder Dallin H. Oaks [del Quórum de los Doce Apóstoles] enseñó que es importante distinguir entre errores juveniles que deben corregirse y pecados que requieran sanción y arrepentimiento. Donde haya falta de prudencia, nuestros hijos necesitarán instrucción; donde haya pecado, el arrepentimiento será esencial”.
El élder Cook dijo: “La observancia religiosa en el hogar bendice a nuestras familias. El ejemplo es particularmente importante: lo que somos habla con una voz tan potente que nuestros hijos tal vez no oigan lo que decimos”.
Él también habló de la importancia de las madres y padres orando con sus hijos, diciendo que quizás sea más importante que cualquier otro ejemplo. Y les aconsejó a los padres sobre la importancia de leer el Libro de Mormón con sus hijos con regularidad.