Enseñar la doctrina del matrimonio y la familia es esencial

Aprenda por qué el élder Dallin H. Oaks dice a los maestros del SEI que ayuden a los alumnos a pensar y poner en práctica estas verdades del Evangelio.


Los maestros tienen la gran responsabilidad de ayudar a los jóvenes de la Iglesia a pensar con claridad sobre las verdades del Evangelio y cómo aplicarlas a los desafíos que enfrentan, dijo el élder Dallin H. Oaks durante “Una velada con una Autoridad General” del Sistema Educativo de la Iglesia el 8 de febrero, durante la cual se dirigió a los maestros de seminario e instituto en el Tabernáculo en la Manzana del Templo.

Los maestros de los jóvenes y jóvenes adultos de la Iglesia son “vitales a fin de preparar a la nueva generación para sus responsabilidades en la Iglesia y en el Reino de Dios”, dijo.

A pesar de que “nuestros jóvenes son asombrosos por su fe y su devoción a lo bueno y a lo recto”, ellos aún necesitan la ayuda de maestros y líderes para fortalecer sus creencias al resistir las distracciones y males que los rodean, dijo.

El élder Oaks compartió algunas sugerencias que los maestros pueden hacer a fin de contrarrestar las fuertes influencias negativas y los mensajes en contra de las familias, a menudo íntimamente relacionados con los medios de comunicación.

“En el contexto de la enseñanza secuencial de las Escrituras, ustedes son responsables de enseñar la doctrina básica del matrimonio y la familia”, dijo el élder Oaks a los maestros de seminario e instituto. “Mi mensaje tiene la intención de ayudarlos en ello”.

Enseñemos verdades sencillas y básicas

“A veces, lo más importante que podemos enseñar, lo que más necesitan nuestros alumnos, son cosas que los maestros tendemos a pasar por alto. No enseñamos verdades sencillas y básicas porque suponemos que todos las entienden”, dijo el élder Oaks. Como seguidores de Cristo, los Santos de los Últimos Días deben pensar de manera diferente a los demás sobre muchos temas importantes que implican la religión, dijo.

Los jóvenes en la actualidad deben estar preparados para enfrentar malentendidos y oposición de amigos y conocidos al vivir en un mundo donde muchos sostienen y practican cosas que son contrarias a “lo que es de Dios” y Su Plan de Salvación, dijo.

Él dijo que para dejar de debatir en cuanto a las conclusiones e identificar la causa real de la discrepancia, hay que determinar sin discutir cuáles son las premisas o suposiciones del mundo y cuál es la forma de pensar de los Santos de los Últimos Días.

Habló del “relativismo moral” o la moderna escuela de pensamiento que no hay bien o mal absoluto. Como Santos de los Últimos Días, las personas saben que hay un Dios que es la fuente de la ley eterna, y Él ha dado mandamientos que establecen lo bueno y lo malo en las decisiones.

“Se nos hará responsables de hasta qué punto nuestros hechos y deseos terrenales han estado en armonía con esos mandamientos. Nos oponemos al relativismo moral y debemos ayudar a nuestros jóvenes a evitar ser engañados y persuadidos por razonamientos y conclusiones que se basan en sus falsas premisas”, dijo él.

“¿Dónde encontramos las premisas para comenzar nuestro razonamiento en cuanto a la verdad o aceptabilidad de varias propuestas? Nos basamos en la palabra de Dios, que se halla en las Escrituras y en las enseñanzas de profetas modernos… Aferrarnos a la verdad eterna no nos protegerá de la tribulación y la persecución predicha por Jesús (Mateo 13:21), pero nos dará la paz que viene de la fe en Jesucristo y del conocimiento de que estamos en el camino hacia la vida eterna”.

La Familia: Una Proclamación para el Mundo

“En cuestiones de familia, pensamos diferente a muchas personas del mundo debido a lo que sabemos acerca del propósito y la naturaleza eternos de nuestras relaciones familiares”, dijo él.

Debido a que “el matrimonio entre el hombre y la mujer es ordenado por Dios y que la familia es fundamental en el plan del Creador para el destino eterno de Sus hijos”, los Santos de los Últimos Días persisten en el principio religioso honrado por siglos de que el matrimonio es principalmente una institución para procrear y criar hijos y que es la mejor institución para el bienestar económico, político y moral de la familia humana.

“Rechazamos la idea moderna de que el matrimonio es una relación que existe primordialmente para la satisfacción de las personas que lo conforman y que cualquiera de ellos puede darle fin cuando desee”, dijo él. “Nos centramos en el bienestar de los hijos, no sólo en el nuestro”.

La mejor circunstancia para la crianza y cuidado de los hijos está dentro de los lazos del matrimonio, con un padre y una madre que honran sus votos matrimoniales con completa fidelidad, enseñó el élder Oaks.

“Nuestra creencia de que se nos manda ‘[honrar los] votos matrimoniales con completa fidelidad’ da lugar a la siguiente premisa básica expresada en la proclamación sobre la familia:

“‘Dios ha mandado que los sagrados poderes de la procreación han de emplearse sólo entre el hombre y la mujer legítimamente casados como esposo y esposa’.

“Esa declaración no es políticamente correcta, pero es verdadera, y tenemos la responsabilidad de enseñar y practicar esa verdad. Esto, claramente, nos contrapone a muchos supuestos y prácticas del mundo actual; el nacimiento de millones de niños inocentes a madres solteras es sólo un ejemplo”.

Sobre otra verdad fundamental que habló el élder Oaks fue el género. “Todos nosotros —hombres y mujeres por igual— hallamos felicidad verdadera y duradera al entender y regocijarnos en nuestros roles particulares en el gran plan de salvación de Dios.

El amor y la ley de Dios

Cuando las personas entienden la relación que existe entre el amor de Dios y Su ley, ellos saben que la misericordia no puede robar a la justicia y los que obtienen la misericordia debido al gran amor de Dios por Sus hijos son “aquellos que han guardado el convenio y observado el mandamiento” (Doctrina y Convenios 54:6).

“Este principio básico nos ayuda a entender el porqué de muchas cosas, como que la justicia y la misericordia se equilibren mediante la Expiación”, dijo él. “Explica además por qué Dios no impide que Sus hijos ejerzan el albedrío”.

El albedrío, el poder de escoger, es fundamental en el plan de nuestro Padre Celestial, incluso cuando las consecuencias de las decisiones de algunas personas pueden crear un resultado no deseado. El albedrío es necesario, porque si Dios interviene para impedir las consecuencias de la elección de una persona, destruiría Su plan para el progreso eterno.

“Aunque Dios no impida esas decisiones, Él nos bendecirá para soportar las consecuencias de las decisiones de los demás”, dijo él. “Y a aquellos cuyas oportunidades en la tierra se vean limitadas o destruidas por decisiones de otros, con el tiempo se les concederá toda bendición y oportunidad mediante la misericordia y la expiación de Jesucristo”.

Cuando las personas identifican el error y lo excluyen de sus pensamientos, deseos y acciones, podrán seguir adelante con confianza en estos tiempos difíciles, dijo él.

“Tenemos que ayudar a nuestros jóvenes a pensar con claridad en las verdades del Evangelio y la manera de aplicarlas a los desafíos que enfrentan”, dijo él. “Quienes lo hagan estarán fundados sobre ‘la roca de nuestro Redentor, el cual es Cristo, el Hijo de Dios’ y serán dignos de la promesa profética de que la impetuosa oposición del diablo no tendrá poder para arrastrarlos al abismo de miseria, porque están establecidos sobre el fundamento seguro y no caerán”.