La dedicación del Templo de Kiev, Ucrania, por parte del presidente Thomas S. Monson el 29 de agosto de 2010, da cumplimiento a una profecía hecha hace 19 años por el presidente Boyd K. Packer, presidente del Quórum de los Doce Apóstoles.
Una promesa profética
El 12 de septiembre de 1991, en aquel entonces el élder Packer, junto con el élder Dallin H. Oaks, del Quórum de los Doce Apóstoles se reunieron con unos pocos miembros en la ladera de una colina, cerca del centro de Kiev, Ucrania. Allí ofreció el presidente Packer una oración de dedicación y bendición sobre Ucrania. En su oración, dijo: “Vemos el día en que, dispersos por los poblados, habrá un miembro aquí y otro allá, y aun otro más, y luego una congregación y entonces una rama y, a su debido tiempo, estacas de Sión establecidas firme y permanentemente sobre la fértil tierra de Ucrania. Y llegado el momento, se verán las agujas de templos por todo este gran país”.
Él continuó diciendo en su oración: “Nuestro Padre Santo, al dedicar esta tierra recordamos a las generaciones anteriores que han vivido aquí y que ya han marchado. Rogamos que esta hora marque el comienzo de la emancipación de sus espíritus en el más allá por medio de las sagradas ordenanzas selladoras de la obra por los muertos que Tú has revelado. Rogamos que haya un derramamiento del Espíritu de Elías, que se obtengan los nombres, se dispongan de registros y se efectúen las ordenanzas por ellos en los templos de otras tierras, y a su debido tiempo, en templos de este país”.
Oraciones fervientes por el Templo
La prontitud con que se cumplió esa profecía es asombrosa. En 1998, siete años después de la oración del presidente Packer, la Primera Presidencia anunció los planes para la construcción de un templo en Ucrania. Ahora el templo está construido y dedicado. Con la excepción de los primeros templos erigidos en Kirtland y Nauvoo, no se ha construido un templo en ningún país en menos de veinte años desde el inicio de la obra misional en él.
Para aquellos que han visto de cerca el crecimiento de la Iglesia en Ucrania y en los otros países de Europa Oriental es obvio que el Espíritu del Señor se ha asentado sobre esos países.
En 1994 el élder Oaks regresó a Ucrania y habló en una conferencia de la Iglesia en Kiev. “Estando allí de pie”, recuerda, “me sentí impresionado a decir a estas personas, que dado el ritmo de crecimiento que habían establecido y el pueblo extraordinario que ellos eran… si ellos se mantenían fieles, verían una casa del Señor, un templo, en Ucrania en el lapso de sus vidas. Les dije que oraran por ese día, y la hermana que ofreció la última oración comenzó esa tradición”.
Bendecidos con un templo en Ucrania
Esas súplicas a Dios, comenzando con la oración ofrecida por el presidente Packer y seguida de muchas oraciones expresadas por los Santos de los Últimos Días por toda Ucrania, fueron respondidas pronta y dramáticamente. Contraviniendo la mentalidad reinante en Europa Oriental en 1991, las personas en Ucrania, Rusia, Bulgaria y otros lugares más, comenzaron a volver sus corazones hacia sus antepasados. Los registros que pudieran haberse destruido en el caos de la revolución y la represión se hallaron preservados. A costa de grandes sacrificios, los Santos de los Últimos Días en Ucrania comenzaron a viajar hasta el Templo de Freiberg, Alemania, un viaje de dos días, para hacer la obra del templo por ellos mismos y a favor de sus parientes fallecidos.
Ahora un templo de Dios agracia la ciudad de Kiev. Los miembros de Europa Oriental pueden visitar la casa del Señor más frecuentemente, recorriendo distancias más cortas y con menos gastos. Ahora muchas más personas, tanto vivas como muertas, podrán ser bendecidas al recibir las ordenanzas del templo.
Es una obra de amor que comenzó con una bendición profética dada hace apenas 19 años.
La mayor parte de la información para este artículo proviene de un artículo escrito por Gerry Avant, publicado en el Church News el 28 de agosto de 2010. Véase “El templo da cumplimiento a una profecía de 1991”, págs. 3–4.