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Susan y yo estamos agradecidos por adorar con ustedes en este devocional de la Semana de la Educación de la Universidad Brigham Young.
En 2009, di un mensaje a los jóvenes adultos de la Iglesia titulado “Las cosas como realmente son”, y analizamos el potencial espiritual y los inconvenientes de las diversas tecnologías del mundo actual (véase Liahona, junio de 2010, pág. 26). Mis palabras hoy se basan en ese mensaje y lo amplían centrándose en tres temas importantes y relacionados: (1) la época singular de la historia del mundo en la que vivimos, o sea, “la dispensación del cumplimiento de los tiempos”, (2) las inspiradas innovaciones tecnológicas y de comunicación que han salido a luz en esta dispensación crucial, y (3) la manera apropiada de usar estas potentes herramientas para adelantar la obra de salvación en todo el mundo.
Ruego con sinceridad que el Espíritu Santo nos enseñe y edifique a todos al considerar juntos principios verdaderos y cómo aplicarlos en nuestra vida.
La dispensación en la que vivimos
Vivimos en una dispensación verdaderamente peculiar.
Una dispensación del Evangelio es un período en el que la autoridad del sacerdocio, las ordenanzas y el conocimiento doctrinal necesarios se encuentran en la tierra a fin de llevar a cabo el plan de salvación del Padre para Sus hijos. Para establecer una dispensación es esencial un siervo autorizado de Dios, cabeza de la dispensación, que posea y ejercite la autoridad y las llaves del santo sacerdocio. Se establecieron dispensaciones del Evangelio mediante Adán, Enós, Noé, Abraham, Moisés, Jesucristo, José Smith y otros. En cada dispensación, se vuelven a revelar —o se dispensan— verdades del Evangelio para que la gente de ese periodo no dependa totalmente de dispensaciones pasadas para conocer plan del Padre Celestial.
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En cada dispensación previa ocurrió una apostasía; no obstante, la obra de salvación que se inició pero que no se finalizó en esas primeras épocas continúa en la dispensación final. El profeta José Smith explicó que por esta razón, el hacer avanzar la gloria de los últimos días, incluso la dispensación del cumplimiento de los tiempos “es una causa que ha interesado al pueblo de Dios en todas las edades; es un tema que los profetas, reyes y sacerdotes han tratado con gozo particular. Han mirado adelante, con gloriosa expectativa, hacia el día en que ahora vivimos; e inspirados por celestiales y gozosas expectativas, han cantado, escrito y profetizado acerca de ésta, nuestra época” (véase Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, 2007, pág. 195).
En ésta, la más grande y última de todas las dispensaciones del Evangelio, “es menester que una unión entera, completa y perfecta, así como un encadenamiento de dispensaciones, llaves, poderes y glorias se realicen y sean revelados desde los días de Adán hasta el tiempo presente. Y no sólo esto, sino que las cosas que jamás se han revelado desde la fundación del mundo, antes… escondidas de los sabios y entendidos, serán reveladas… en ésta, la dispensación del cumplimiento de los tiempos” (D. y C. 128:18).
Además, el Profeta José explicó: “Todas las ordenanzas y los deberes que jamás haya requerido el sacerdocio, bajo la dirección y los mandamientos del Todopoderoso, en cualquiera de las dispensaciones, se hallarán en la última dispensación… con lo que se efectuará la restauración de la que han hablado todos los santos profetas” (Enseñanzas de los Presidentes de la Iglesia: José Smith, pág. 544).
Tal como el apóstol Pablo declaró: “…[Dios reunirá] todas las cosas… en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra” (Efesios 1:10).
La dispensación del cumplimiento de los tiempos y la tecnología
Es una bendición vivir, aprender y servir en esta extraordinaria dispensación. Un aspecto importante de la plenitud que tenemos a nuestra disposición en esta época especial es un progreso milagroso de innovaciones e inventos que han posibilitado y acelerado la obra de salvación: desde trenes a telégrafos, radios, automóviles, aviones, teléfonos, transistores, televisiones, computadoras, transmisiones vía satélite, internet, a casi una lista interminable de tecnologías y herramientas que son una bendición en la vida. Todos estos adelantos forman parte del apresuramiento de la obra del Señor en los últimos días.
En 1862, Brigham Young dijo: “Todo descubrimiento de la ciencia y las artes, que es realmente útil para la humanidad, se ha dado por revelación directa de Dios, aunque son pocos los que lo reconocen. Se ha dado con las miras de preparar el camino para el triunfo final de la verdad, y la redención de la tierra del poder del pecado y de Satanás. Debemos aprovechar todos estos descubrimientos grandiosos, la sabiduría acumulada de las edades, y dar a nuestros hijos el beneficio de todo ramo de conocimiento útil, para prepararlos para avanzar y de modo eficaz hacer su parte en la gran obra ”Discourses of Brigham Young, Journal, sel. Johan A. Widtsoe, 1958, págs. 18-19).
En 1966, el presidente David O. McKay profetizó que descubrimientos científicos “inimaginables” harían posible la predicación del Evangelio a toda tribu, lengua y pueblo. Y agregó:
“Descubrimientos latentes con tal poder, ya sea para la bendición o la destrucción de los seres humanos, que harán que la responsabilidad del hombre para controlarlos sea la más grande que jamás se haya depositado en manos humanas… Esta era está llena de peligros ilimitados, al igual que de posibilidades incalculables” (en Conference Report, octubre de 1966, pág. 4).
Hermanos y hermanas, escuchen ahora la voz del presidente Spencer W. Kimball, grabada en 1974, mientras describía el futuro de la obra misional:
“Creo que el Señor está ansioso de poner en nuestras manos inventos que los hombres jamás han vislumbrado…
“Al proporcionar el Señor estos milagros de la comunicación, y con el aumento de los esfuerzos y la devoción de nuestros misioneros y de todos nosotros, y de todos los que sean ‘enviados’, ciertamente se llevará a cabo el divino mandato: ‘Porque en verdad, el pregón tiene que salir desde este lugar a todo el mundo y a los lejanos extremos de la tierra; el evangelio ha de ser predicado a toda criatura’” (D. y C. 58:64). (“When the World Will Be Converted”, Ensign, octubre de 1974, pág. 10).
Y en 1981 el presidente Gordon B. Hinckley enseñó: “Tenemos confianza de que a medida que la obra del Señor crezca, Él inspirará a los hombres a crear los medios mediante los cuales los miembros de la Iglesia, dondequiera que se encuentren, reciban consejo de Su profeta escogido de forma personal y privada. La comunicación es el nervio motor que une a la Iglesia como a una gran familia. Entre los adelantos de que disponemos y aquellos que el futuro nos depara, podremos comunicarnos según las necesidades y las circunstancias del momento” (véase “La certeza… ¿enemiga de la religión?”, Liahona, febrero de 1982, págs. 4-5).
Mensajes y fotografías que solían requerir días, semanas y meses para enviarse y recibirse, ahora se pueden transmitir al mundo en segundos. Te damos gracias, oh Dios, por los profetas que nos han enseñado y preparado para la época en la que vivimos, y que nos han instado a usar los adelantos tecnológicos para apoyar la misión continua de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días.
En junio de 2013, el élder L. Tom Perry describió el impacto que la tecnología digital tiene en la obra misional. Él dijo:
“Cuando yo era misionero, podíamos comunicarnos con las personas en la calle y tocar puertas a fin de compartir el Evangelio. El mundo ha cambiado desde entonces. Ahora, muchas personas están atareadas en la vida cotidiana; se apresuran de aquí para allá, y muchas veces no están dispuestas a permitir que personas extrañas entren en sus hogares, sin que se las invite, para compartir un mensaje del Evangelio restaurado. El punto principal de contacto con los demás, incluso con amigos íntimos, muchas veces es por medio de internet. Por tanto, la naturaleza misma de la obra misional debe cambiar si el Señor ha de lograr Su obra de congregar a Israel ‘de los cuatro cabos de la tierra’ (2 Nefi 21:12). A los misioneros ahora se les permite usar internet en sus labores misionales…
“Conforme los misioneros ingresan a esta nueva era donde usarán computadoras en la obra del Señor, invitamos a los jóvenes y a los mayores, a los adultos, a los jóvenes adultos, a los jóvenes y a los niños de todas partes a que se unan a nosotros en esta obra nueva y emocionante haciéndose amigos en Facebook con los misioneros de su zona en sus propias computadoras, compartiendo en línea sus mensajes del Evangelio, y participando ustedes mismos en la obra misional (“La obra misional en la era digital”, Capacitación mundial de líderes, junio de 2013; ChurchofJesusChrist.org/broadcasts).
Aproximadamente el 40 por ciento de nuestra fuerza misional mundial pronto usará dispositivos digitales como herramientas en la obra de conversión, retención y activación. Confío en que todos también reconozcamos cómo la tecnología ha acelerado la obra de historia familiar y la del templo, nuestro estudio personal y familiar del Evangelio restaurado, y ha hecho posible que aprendamos, veamos y experimentemos el mundo en maneras extraordinarias.
Redes sociales
La tecnología conocida como redes sociales está avanzando en nuestros días y jugando un papel cada vez más importante en apresurar la obra de salvación. El término redes sociales se refiere a varios medios de internet y de comunicación móvil que utilizan las personas, las familias y los grupos de personas para crear comunidades digitales donde comparten información, ideas, mensajes personales y otro material, como fotografías y videos.
La popularidad y el alcance de los medios actuales de las redes sociales son asombrosos. Por ejemplo: Facebook es un servicio de una red de contactos que se usa para compartir mensajes, imágenes, vínculos y videos con familiares, amigos y seguidores, y tiene aproximadamente un promedio mensual de 1,2 mil millones de usuarios.
YouTube es una plataforma mediante la cual se pueden distribuir, ver, clasificar y compartir videos; y tiene aproximadamente un promedio mensual de mil millones de usuarios.
Twitter es un medio para enviar y recibir mensajes de texto breves y rápidos e imágenes llamados tuits, y tiene aproximadamente un promedio mensual de 250 millones de usuarios.
Instagram permite compartir fotografías y videos cortos, y tiene aproximadamente un promedio mensual de 150 millones de usuarios.
Pinterest es un tablero virtual de anuncios que se usa para recolectar y compartir material e imágenes de internet, y tiene aproximadamente un promedio mensual de 70 millones de usuarios.
Fíjense que sólo he mencionado cinco de los medios más populares de las redes sociales; decenas de millones de personas usan muchos otros medios como éstos, y constantemente se están creando nuevos métodos y medios de comunicación digital.
El Señor está apresurando Su obra, y no es ninguna coincidencia que estas poderosas innovaciones e inventos en la comunicación estén llevándose a cabo en la dispensación del cumplimiento de los tiempos. Los medios de las redes sociales son herramientas globales que pueden afectar personal y positivamente a muchas personas y familias; y creo que ha llegado el momento de que nosotros, como discípulos de Cristo, utilicemos estos medios inspirados de manera apropiada y mucho más eficaz para testificar de Dios el Eterno Padre, de Su plan de felicidad para Sus hijos, y de Su Hijo Jesucristo como el Salvador del mundo; para proclamar la realidad de la restauración del Evangelio en los últimos días y para llevar a cabo la obra del Señor.
Ahora deseo presentar varios ejemplos de mensajes e imágenes del Evangelio que la Iglesia y sus miembros han creado y dado a conocer al mundo a través de las redes sociales.
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Ejemplo 1: Gracias a Él
Para honrar el verdadero significado de la Pascua de Resurrección, a principios de este año la Iglesia produjo y distribuyó un video de dos minutos y cuarenta segundos titulado Gracias a Él. Este mensaje se centra en la esperanza, sanación y salvación que se logran mediante la expiación de Jesucristo.
Debido a que la Iglesia, sus miembros y las personas de otras religiones compartieron el video en los medios sociales, fue visto más de cinco millones de veces durante la semana de la Pascua en 191 países y territorios del mundo.
La Iglesia también invitó a miembros y otras personas a crear y compartir sus propios mensajes de Pascua usando la etiqueta “#GraciasaÉl”. Se usa una etiqueta para reconocer mensajes relacionados en los medios sociales. A consecuencia de esta iniciativa, se comunicaron numerosos pensamientos e imágenes sobre el Salvador y Su resurrección en muchos medios sociales, incluso Facebook, Twitter e Instagram.
Ejemplo 2: ¿Pensaste orar?
Los miembros de la Iglesia y otras personas publicaron fotos de sí mismos en Instagram, Facebook, Twitter y otros medios sociales con rótulos que completaban la frase: “Oro cuando…”
Se publicaron más de 300 fotos. Además, miles de personas usaron la etiqueta #DidYouThinkToPray para comunicar sus ideas sobre cuándo y por qué se comunican con su Padre Celestial.
Mediante esta sencilla acción de escribir unas palabras significativas en un pequeño rótulo y compartirlo en los medios sociales, lo cual es algo que cualquiera de nosotros puede hacer, los que participaron en esta iniciativa impactaron para bien a miles de personas y dieron lugar a más de cuarenta mil conversaciones sobre la necesidad de la oración.
Ejemplo 3: Libro de Mormón 365
La cuenta de Instagram del Libro de Mormón 365 es un excelente ejemplo de una idea sencilla que ha permitido que los miembros fomenten el progreso espiritual a través de los medios sociales.
La idea es sencilla. Los creadores de la cuenta, Ben y Chelsea Prince, de Arizona, publican una asignación de lectura del Libro de Mormón todos los días. Las asignaciones se dividen en 365 partes: el tamaño perfecto para permitir que los seguidores lean todo el Libro de Mormón en un año.
Los resultados han sido asombrosos. Más de cuarenta y cinco mil personas siguen ahora esta cuenta de Instagram, y muchos comparten mutuamente sus ideas e impresiones mientras leen juntos el Libro de Mormón.
Ejemplo 4: Cuentas de las Autoridades Generales en las redes sociales
Este verano la Iglesia estableció una cuenta oficial de Instagram. A finales de junio y principios de julio se compartieron imágenes del presidente Monson y el presidente Eyring en la celebración cultural del Templo de Gilbert, Arizona; del presidente Monson y el presidente Eyring en la dedicación de un templo, y del presidente Uchtdorf saludando a una niña en un viaje reciente a Suiza.
¿Por qué son singulares estas fotos? Los miembros mismos de la Primera Presidencia eligieron las fotos que se habrían de publicar. Quizás también habrán notado que algunas Autoridades ya tienen sus propias cuentas de Twitter, incluyendo el élder Ballard, el élder Holland y yo. Puede que más miembros de los Doce se activen en Twitter en el futuro. Todos ellos tienen su propia página en Facebook en la cual comunican importantes mensajes del Evangelio.
Estas diferentes redes sociales están ayudando a los líderes y miembros de la Iglesia restaurada a llevar a cabo el mandato del Señor: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15; cursiva agregada).
Ejemplo 5: LDSConf
Muchos de ustedes se fijaron en la etiqueta #LDSConf que se exhibió en la esquina inferior izquierda de la pantalla durante las transmisiones de las conferencias generales de abril de 2013 y abril de 2014. Lo que tal vez no sepan es que los miembros han usado esta etiqueta por años para promover la conferencia general. El primer uso de esa etiqueta se remonta a octubre de 2008 cuando fue creada por un fiel miembro que buscaba la oportunidad de seguir y compartir tuits sobre la conferencia, mucho antes de que la Iglesia empezara a usarla.
Como pueden ver por estos ejemplos en la pantalla, miles de miembros se unen dos veces al año para participar en la conversación de la etiqueta #LDSConf sobre las cosas que aprenden y sienten cuando reciben consejo de los profetas y apóstoles vivientes. Mediante este medio, millones de personas en el mundo se edifican con los mensajes de la conferencia general.
Ejemplo 6: Conozca a los mormones
Tengo un último ejemplo sobre material del Evangelio que se puede compartir mediante las redes sociales.
Hace unos años, la Primera Presidencia aprobó la producción de una película de largometraje a fin de ayudar a los que no son de nuestra fe a entender mejor a los Santos de los Últimos Días. Esta nueva película, titulada Conozca a los mormones, en un principio se iba a exhibir únicamente en el Teatro Legacy de Salt Lake City y en los centros de visitantes alrededor del mundo; pero con el adelanto de las tecnologías de las redes sociales de las que hemos hablado, nos dimos cuenta de que ahora era posible distribuir mundialmente la película a través de varios medios digitales. Como explicó el élder M. Russell Ballard: “En la época de Shakespeare, él generalmente estaba limitado al Teatro Globe; pero ahora tenemos un teatro global… Las puertas del mundo están literalmente abiertas de par en par” (“When Shall These Things Be?”, Brigham Young University devotional, 12 de marzo de 1966; speeches.byu.edu).
Conozca a los mormones aborda las percepciones erróneas acerca de nuestras creencias y destaca las bendiciones que resultan de vivir el evangelio de Jesucristo. La película se estrenará después de la conferencia general de octubre en varios medios de comunicación y canales: primero en teatros exclusivos en los Estados Unidos, y más tarde, en centros de visitantes y en televisión, canales de película en internet y otros medios sociales.
Veremos ahora un corto de la película.
Para más información sobre la película, visiten meetthemormons.com. Esta película es otro medio adicional mediante el cual los miembros pueden compartir sus creencias con familiares y amigos de manera sencilla y eficaz.
Pautas para las redes sociales
Estos seis ejemplos de material producido por la Iglesia y miembros ilustran varias pautas básicas que se deben seguir en el uso de las redes sociales para transmitir mensajes del Evangelio.
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Sean auténticos y coherentes
Primero, nosotros, como discípulos, debemos ser auténticos, y también nuestros mensajes. Una persona o producto que no sea auténtico es falso y fraudulento. Nuestros mensajes deben ser verídicos, honrados y precisos; no debemos exagerar, embellecer o pretender ser alguien o algo que no somos. Nuestro material debe ser digno de confianza y constructivo; y, el anonimato del internet no nos da licencia para ser falsos.
La coherencia fortalece la autenticidad. Los mensajes del Evangelio que ustedes compartan se aceptarán más fácilmente si su ejemplo cristiano se manifiesta en el modelo constante de lo que publiquen.
Sean auténticos y coherentes: La hermana Bonnie L. Oscarson es un firme ejemplo del poder de la coherencia en las redes sociales. Cuando fue llamada a ser la Presidenta General de las Mujeres Jóvenes en abril de 2013, el número de sus seguidoras en Pinterest se duplicó de la noche a la mañana. Sus aportes anteriores evidenciaban ampliamente su integridad, lo cual hizo que un persona preguntara: “¿Pasaría tu página de Pinterest la prueba de Bonnie Oscarson?... ¿Quién dirá la gente que eres si todo lo que saben es lo que aparece en tu página de las redes sociales?”.
(www.latterdaysaintwoman.com/would_your_pinterest_page_pass_the_bonnie-oscarson_test/).
Edifiquen y alienten
Segundo, nosotros, al igual que nuestros mensajes, deben procurar edificar y alentar en vez de discutir, debatir, condenar o denigrar. Tal como Pablo aconsejó a los efesios: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de que dé gracia a los oyentes” (Efesios 4:29).
Hermanos y hermanas, compartan el Evangelio con verdadero amor e interés por los demás. Sean valientes y audaces pero no prepotentes al sostener y defender nuestras creencias; y eviten la contención. Como discípulos, nuestro objetivo debe ser el de utilizar los medios de las redes sociales como vehículo para proyectar la luz y la verdad del evangelio restaurado de Jesucristo en un mundo que cada vez está más oscuro y confuso.
Respetemos los derechos de propiedad
Tercero, nosotros, al igual que nuestros mensajes, deben respetar la propiedad de otras personas y organizaciones. Eso simplemente significa que no deben crear su material usando arte, nombre, fotos, música, video ni otro material de otra persona sin permiso. A fin de ayudarles a crear mensajes edificantes del Evangelio, nos complace anunciar que el contenido de la Biblioteca multimediaen ChurchofJesusChrist.org, a menos que se especifique lo contrario, se ha aprobado para el uso de los miembros sin tener que obtener permiso especial de la Iglesia. Ensocial.ChurchofJesusChrist.org se encuentra más información sobre el uso de los medios de comunicación de la Iglesia.
Cuando compartan mensajes en línea, asegúrense de que los demás entiendan que ustedes están expresando sus ideas y sentimientos personales, y por favor no utilicen el logotipo de la Iglesia ni insinúen que hablan en nombre de la Iglesia o a favor de ella.
Sean prudentes y estén alerta
Cuarto, sean prudentes y estén atentos a fin de protegerse a ustedes mismos y a sus seres queridos. Debemos recordar que internet nunca olvida. Cualquier cosa que transmitan a través de un medio de las redes sociales perdurará para siempre, aunque la aplicación o el programa les aseguren lo contrario. Únicamente den a conocer la información si quieren que el mundo entero tenga acceso a su fotografía o mensaje para siempre.
El seguir estas pautas sencillas permitirá que los miembros de la Iglesia de todo el mundo creen y compartan mensajes del Evangelio que harán que la luz brille “de entre las tinieblas” (Mormón 8:16)
Una invitación apostólica
En mi mensaje “Las cosas como realmente son”, que mencioné previamente, describí algunas de las consecuencias positivas y negativas de la comunicación por medio de la computadora. Destaqué la verdad de que la tecnología en sí no es ni buena ni mala, sino más bien, que los propósitos que se logran por medio de ella son los indicadores definitivos de lo que es bueno o lo que es malo.
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Vuelvo a hacer hincapié en lo que el presidente David O. McKay indicó hace muchos años sobre los descubrimientos científicos de nuestra era: “Descubrimientos latentes con tal poder, ya sea para la bendición o la destrucción de los seres humanos, que harán que la responsabilidad del hombre para controlarlos sea la más grande que jamás se haya depositado en manos humanas… Esta era está llena de peligros ilimitados, al igual que de posibilidades incalculables”.
En “Las cosas como realmente son”, alcé la voz de amonestación en cuanto a los peligros.
“Elevo una voz apostólica sobre el posible impacto opresivo, sofocante, represivo y limitante en nuestra alma de algunos tipos de interacciones y experiencias ciberespaciales. Las inquietudes de las que hablo no son nuevas; se aplican igualmente a otros tipos de medios de comunicación, tales como la televisión, las películas y la música. Pero, en un mundo cibernético, estos desafíos son más comunes e intensos. Les ruego que tengan cuidado con la influencia de las tecnologías ciberespaciales que se utilizan para producir alta fidelidad y que fomentan propósitos degradantes y perversos” (véase Liahona, junio de 2010, pág. 26).
Esa advertencia es aún más válida hoy día que hace cinco años. Se puede desperdiciar mucho tiempo, se pueden dañar o destruir muchas relaciones, y se pueden interrumpir valiosos modelos de rectitud cuando la tecnología se usa incorrectamente. No debemos permitir que ni aun las aplicaciones buenas de las redes sociales prevalezcan ante el mejor uso de nuestro tiempo, energía y recursos.
Estos peligros son reales, pero también lo son las extraordinarias oportunidades. Ahora quisiera ampliar mi advertencia previa sobre los posibles peligros, extendiendo una importante invitación en cuanto a importantes posibilidades.
Los ejemplos de mensajes del Evangelio que hemos visto hoy que se crearon y transmitieron a través de los medios de las redes sociales son sanos, buenos, y han tenido una influencia positiva en decenas de miles de personas; representan un excelente comienzo, pero sólo un comienzo. Permítanme describir lo que considero que ahora debe ocurrir.
En el séptimo capítulo del libro de Moisés, en La Perla de Gran Precio, Enós predice la restauración del Evangelio en los últimos días, el recogimiento de Israel, la segunda venida del Salvador y el regreso de Sión. Los invito ahora a que presten total atención mientras consideramos juntos elementos de cuatro versículos de este capítulo.
“Y Enoc vio al Hijo del Hombre ascender al Padre, y se dirigió al Señor, diciendo: ¿No vendrás otra vez a la tierra?
“Y el Señor dijo a Enoc: Vivo yo que vendré en los últimos días, en los días de iniquidad y venganza…
“y llegará el día en que descansará la tierra, pero antes de ese día se obscurecerán los cielos, y un manto de tinieblas cubrirá la tierra; y temblarán los cielos así como la tierra; y habrá grandes tribulaciones entre los hijos de los hombres, mas preservaré a mi pueblo;
“y justicia enviaré desde los cielos; y la verdad haré brotar de la tierra para testificar de mi Unigénito, de su resurrección de entre los muertos, sí, y también de la resurrección de todos los hombres; y haré que la justicia y la verdad inunden la tierra como con un diluvio” (Moisés 7:59–62; cursiva agregada).
Mis queridos hermanos y hermanas, lo que se ha logrado hasta ahora en esta dispensación al comunicar mensajes del Evangelio a través de los medios de las redes sociales es un buen comienzo, pero es sólo una pequeña gota. Ahora les extiendo la invitación para que ayuden a transformar esa gota en un diluvio. A partir de aquí y de este día, los exhorto a que inunden la tierra con mensajes llenos de rectitud y de verdad, mensajes que sean auténticos, edificantes y dignos de alabanza, y que literalmente inunden la tierra como con un diluvio.
Ruego que no participemos simplemente en una crecida de agua que se alza rápidamente y que luego retrocede con la misma rapidez. No me refiero a una iniciativa deslumbrante de la cual rápidamente pasamos a la siguiente tarea en la larga lista de cosas para hacer en el Evangelio. No tenemos que convertirnos en expertos ni fanáticos de las redes sociales; y no tenemos que pasar cantidades exageradas de tiempo creando y diseminando mensajes complicados. Como recientemente enseñó el élder M. Russell Ballard, las tecnologías digitales deben ser nuestros siervos y no nuestros amos (véase M. Russell Ballard, “Quedaos tranquilos, y sabed que yo soy Dios”, Devocional del SEI para Jóvenes Adultos, 4 de mayo de 2014; bradcasts.ChurchofJesusChrist.org).
De acuerdo con nuestros deseos y circunstancias, cada uno de nosotros puede contribuir de manera constante al creciente diluvio de verdad y rectitud. Debemos seguir adelante, usando el modelo del Señor de “línea por línea, precepto por precepto, un poco aquí y un poco allí” (2 Nefi 28:30).
Traten de imaginar el impacto que podemos tener si cientos de miles y millones de miembros de la Iglesia restaurada del Señor contribuyen de maneras aparentemente insignificantes a la crecida de las aguas. Ruego que nuestros muchos pequeños esfuerzos individuales produzcan una lluvia constante de rectitud y de verdad que gradualmente se convierta en una multitud de arroyos y ríos, y que al final se convierta en un diluvio que inunde la tierra. “Por tanto, no os canséis de hacer lo bueno, porque estáis poniendo los cimientos de una gran obra. Y de las cosas pequeñas proceden las grandes” (D. y C. 64:33).
Bendiciones prometidas y testimonio
Hemos sido y somos bendecidos de muchas maneras; y a quien mucho se da, mucho se requiere. Como apóstol del Señor Jesucristo, invoco esta bendición sobre ustedes: que lleguen a comprender más plenamente el significado espiritual y la bendición de vivir en la dispensación del cumplimiento de los tiempos; que tengan ojos para ver claramente tanto las posibilidades como los inconvenientes de las extraordinarias tecnologías que están a nuestro alcance; que aumenten su capacidad de utilizar correctamente esas herramientas inspiradas; y que reciban inspiración y guía en cuanto a la función que ustedes deben desempeñar para ayudar a inundar la tierra como con un diluvio de verdad y rectitud. Al avanzar en esta obra sagrada, les prometo que serán bendecidos en la tierra de una manera personal, específica y necesaria que los preparará para la eternidad. Los bendigo para que así sea.
Testifico que el Padre y el Hijo viven. El Salvador está a la cabeza de Su Iglesia en estos últimos días. Él está apresurando Su obra, y ninguna mano impía puede detener el progreso de ella. Testifico de estas cosas en el sagrado nombre del Señor Jesucristo. Amén.
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