Fe inquebrantable

“Con los profetas que nos revelan nuestro lugar en el plan de salvación podemos vivir con perfecta esperanza y con un sentimiento de paz”, dijo el presidente Henry B. Eyring, primer consejero de la Primera Presidencia. “Nunca tenemos que sentir que estamos solos ni que no se nos ama cuando estamos al servicio del Señor, porque nunca es así. Podemos sentir el amor de Dios. El Salvador ha prometido ángeles a nuestra diestra y a nuestra siniestra para sostenernos. Él siempre cumple Su palabra”.

El presidente Eyring dijo: “Si tenemos fe en Jesucristo, los tiempos más difíciles de la vida, así como los más fáciles, pueden ser una bendición”.

Las pruebas traen bendiciones cuando se persevera con fe

En su mensaje “Montañas que ascender”, pronunciado durante la Conferencia General de abril de 2012, el presidente Eyring prometió que “de la adversidad podría venir una gran bendición que compensaría con creces cualquier costo”. Él recuerda las palabras del Señor a José Smith cuando estaba encarcelado: “todas estas cosas te servirán de experiencia, y serán para tu bien… Por tanto, persevera en tu camino”.

La clave para superar las pruebas bien, dijo el presidente Eyring, es un fundamento inquebrantable de fe. “La manera de elevarse en medio de las pruebas y de superarlas es creer que hay ‘bálsamo en Galaad’ y que el Señor ha prometido: ‘…no te… desampararé’”, alentó el presidente Eyring. 

“No puedo prometerles que se acabarán sus adversidades en esta vida”, explicó el presidente Eyring. “No puedo asegurarles que sus tribulaciones les parecerán como si fueran sólo un momento… [Pero] el Padre Celestial y el Salvador, en el amor perfecto que tienen por ustedes, desean que estén en condiciones de estar con Ellos a fin de vivir en familias para siempre. Únicamente aquellos que han quedado perfectamente limpios mediante la expiación de Jesucristo pueden morar en ese lugar”.

Cómo edificar un fundamento de fe

El presidente Eyring explicó que el proceso de construir los cimientos de casas requiere preparar el terreno, edificar la base, poner cuidadosamente varillas de metal dentro de la base para fortalecer la base terminada, poner el cemento y luego esperar a que se cure. “De manera similar” dijo él, “el terreno se debe preparar con mucho cuidado para que nuestro cimiento de fe resista las tormentas que vendrán a la vida de todos”.

El proceso de edificar la fe requiere tiempo y paciencia, dijo el presidente Eyring. “Toma tiempo edificar un cimiento de fe en la realidad de esas promesas [de Dios]… Si no tenemos arraigado en nuestro corazón el cimiento de la fe, el poder para perseverar se desmoronará”.

“La cura no se lleva a cabo automáticamente con el paso del tiempo, pero sí requiere tiempo”, dijo el presidente Eyring. “No basta sólo con envejecer; El servir a Dios y a los demás constantemente, con todo el corazón y el alma, es lo que convierte el testimonio de la verdad en fortaleza espiritual inquebrantable.

La integridad personal edifica la fe en Jesucristo

Fe en Jesucristo es lo que nos ayuda a sobrellevar las pruebas bien, dijo el presidente Eyring. Esta fe se edifica con “elegir lo justo constantemente, cuando tengamos que tomar una decisión”.

El presidente Eyring nos anima a empezar ahora a edificar un fundamento de fe. “Nunca es demasiado tarde para fortalecer el cimiento de la fe. Siempre hay tiempo. Con fe en el Salvador, pueden arrepentirse y suplicar perdón. Hay alguien a quien perdonar; hay alguien a quien agradecer; hay alguien a quien servir y animar. Pueden hacerlo dondequiera que estén y no importa cuán solos y aislados se sientan”.

Al escoger seguir al Salvador en todas las circunstancias que nos encontremos, con el tiempo, edificará un fundamento inquebrantable de fe, promete el presidente Eyring. “Cuando lleguen las pruebas difíciles, allí estará la fe para soportarlas, fe que fue edificada, como podrán notar ahora, pero que quizás no hayan notado en el momento en que actuaron con el amor puro de Cristo, sirviendo y perdonando a los demás como el Salvador lo habría hecho. Ustedes edificaron un cimiento de fe al amar como el Salvador amó y al servirlo. Su fe en Él condujo a actos de caridad que les brindarán esperanza”.