Al hablar acerca del temor y de la fe en medio de la intensa adversidad espiritual, el élder Neil L. Andersen, del Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “Aun cuando la batalla hace estragos, no necesitamos temer. El Señor les ayudará a ustedes, a su familia y a otras personas que ustedes aman y que necesitan ayuda especial. Conocemos los resultados. ¡El Salvador triunfará sobre todos!”.
“Reconocemos al enemigo y entendemos su plan”, continuó el élder Andersen. “El orgullo del mundo procura destruir la fe al esparcir dudas acerca de la existencia de Dios, o de Su existencia, de Su amor personal y preocupación por Sus hijos… Ustedes saben todo esto. Ustedes están en el campo de batalla, justo entre dos fuegos. El conflicto no disminuirá, sino que se intensificará en los próximos años. ¿Cómo vamos, cómo van ustedes, a resistir el ataque?”.
El élder Andersen hizo esta pregunta a miles de mujeres en la sesión de clausura de la Conferencia de la Mujer que se llevó a cabo en la Universidad Brigham Young el 26 y 27 de abril.
Ataques espirituales
El élder Andersen explicó que muchos son susceptibles a los ataques espirituales. “La batalla espiritual hace estragos debido a que quienes han escogido seguir la maldad, las tinieblas y la vanidad, nunca se sienten satisfechos de hacer lo que quieren solos. Forman alianzas profanas con lo que Pablo llama los principados, poderes, gobernadores de las tinieblas y las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes, con la determinación de llevarse a los demás con ellos. Aunque quieren atraparnos a todos, persiguen especialmente a los jóvenes, los inseguros, los indisciplinados y los débiles, con la expectativa de destruir toda esperanza en Cristo que puedan tener los frágiles y vulnerables”.
Sin embargo, los discípulos de Cristo, son defensores de la fe. “Ustedes son absolutamente esenciales en esta causa”, dijo el élder Andersen. “Uniéndonos de diferentes ambientes, países, culturas y experiencias de la vida, ustedes ayudarán a que avance la piedra cortada no con mano mientras va llenando toda la tierra” (véase Daniel 2).
Armados con rectitud
¿Cómo conseguirán las personas permanecer triunfantes en tales tiempos espiritualmente peligrosos y al mismo tiempo cómo harán que avance la obra de rectitud? Por medio de la conversión personal, el élder Andersen dijo: “Ustedes están ‘armadas con rectitud y… el poder de Dios en gran gloria’. Cuando están armadas con rectitud y el poder de Dios en gran gloria, es porque algo está sucediendo dentro de ustedes, así como en la apariencia exterior y pública de su discipulado. Su creencia en Cristo y su amor por Él les llena el alma. A veces nos referimos a esto como la conversión”.
La conversión, a diferencia del bautismo, es un proceso continuo, dijo el élder Andersen. Citó al presidente Marion G. Romney (1897–1988), consejero de la Primera Presidencia quien, durante su servicio en el Quórum de los Doce Apóstoles, dijo: “El ser miembro de la Iglesia y el estar convertido no son necesariamente sinónimos. El estar convertido… y tener un testimonio no es necesariamente lo mismo tampoco. El testimonio viene cuando el Espíritu Santo da a la persona que busca fervientemente un testimonio de la verdad. Un testimonio conmovedor da vitalidad a la fe; es decir, se induce al arrepentimiento y la obediencia a los mandamientos. “La conversión… es el fruto de, o la recompensa por, el arrepentimiento y la obediencia”.
La fortaleza espiritual viene por medio de la fe, la obediencia y el arrepentimiento, dijo el élder Andersen. “A medida que se arman para la batalla, su protección vendrá de Dios, que es su Padre. Tienen fe en el Señor Jesucristo, y toman Su nombre sobre [ustedes]”.
Edifiquen su fortaleza espiritual
Además, la obediencia y el arrepentimiento ayudan a las personas a edificar su fortaleza espiritual. El élder Andersen dijo: “Piensen en el trayecto de su propia conversión y discipulado a través de los años. Cuando son más sensibles en tomar Su nombre sobre ustedes, buscan los dones espirituales de Sus ordenanzas sagradas, y están aumentando el afán de seguirlo, sienten mayor fortaleza al estar armadas con rectitud. Ven más claramente, sienten más profundamente su identidad como [hijas] de Dios y se dan cuenta en mayor medida de los propósitos que han logrado, están logrando y que aún les queda por lograr”.
El estar armadas con rectitud por medio de la conversión trae felicidad, paz, una porción mayor del Espíritu Santo y una viva esperanza por el futuro. El élder Andersen dijo: “Espero con ansias el futuro. Espero que ustedes también lo hagan. A sus hijos y nietos, sus amigos y colegas, pueden hablarles del futuro con optimismo, gozo y anticipación. Ustedes están viviendo su vida mortal en un momento glorioso del destino”.
Armados con conversión personal
La esposa el élder Andersen, Kathy, también habló en la conferencia. Ella testificó que la conversión personal arma a las personas “con el poder de Dios y [con conocimiento] a través de todos los tiempos y etapas de su vida que su Padre Celestial las conoce, las ama y que Él escucha todas sus oraciones”. Ella dijo: “Nuestra oración es que [ustedes] sepan con certeza la verdad declarada hoy por un apóstol del Señor, que Jesús es el Cristo, el Santo Hijo de Dios, nuestro Salvador y Redentor”.