Principio de autosuficiencia 5: Trabajo: Asuma la responsabilidad
El quinto principio de la autosuficiencia es el trabajo: asumir la responsabilidad. Continúe leyendo para hallar algunos consejos sobre cómo asumir la responsabilidad de su trabajo.
Por mucho que lo deseemos, el viento no siempre sopla a nuestras espaldas, el fruto del árbol no cae directamente en nuestras manos y por lo general no hay oro al final del arco iris. Uno de los primeros mandamientos que Dios les dio a Adán y a Eva fue el de trabajar. Desde aquella época hasta la nuestra, los seres humanos han tenido que trabajar para proveer para sí mismos y sus familias.
Valiéndonos de una analogía del mar, algunas especies de tiburón deben moverse constantemente a fin de obtener oxígeno. Si dejan de moverse, mueren. Aunque no somos tiburones y ciertamente necesitamos descansar, en cierto sentido, siempre debemos estar en movimiento; debemos asumir la responsabilidad de nuestra vida y siempre tratar de seguir avanzando.
¿Qué responsabilidad debemos asumir? Estas son algunas ideas:
La respuesta corta es que nuestro albedrío requiere que asumamos la responsabilidad de todo lo que podemos controlar. Eso podría verse de la siguiente manera:
Cuando nos damos cuenta de cuántas cosas están bajo nuestro control y asumimos la responsabilidad de ellas, otras personas lo notan y comienzan a tener más confianza en nosotros. Cuando cambiamos nuestra actitud, y en vez de pensar “supongo que mi vida siempre será así” pensamos “puedo hacerme cargo de mi vida y ser feliz y exitoso”, adquirimos más fortaleza. Cuando ejercemos el poder de la fe, somos testigos de milagros inesperados que suplen lo que nos falta cuando nuestros esfuerzos no son suficientes.
Algunos estudios recientes sobre la mortalidad (http://www.cbsnews.com/news/does-working-longer-increase-your-lifespan/) señalan que las personas que trabajan tienen una tasa de mortalidad más baja que las que están jubiladas, sin importar a qué edad estas se jubilen. Cuando asumimos la responsabilidad de proveer para nosotros mismos y nuestra familia, tenemos una actitud más saludable y positiva hacia la vida que aquellos que están desocupados.
¿Por qué ocurre esto?
Una de las razones es que vivir de acuerdo con el plan del Padre Celestial a menudo trae las bendiciones de una vida larga y saludable. Nacimos en este mundo para aprender a trabajar y a actuar por nosotros mismos. Asumir la responsabilidad de todo lo que podemos controlar es parte del proceso de la salvación, y tiene sus recompensas. Desarrollamos hábitos que conducen a una ética laboral más sólida. Nos acercamos a los miembros de nuestra familia cuando les proveemos de lo necesario y les enseñamos que también asuman la responsabilidad. Y debido a que sabemos que estamos haciendo todo lo que podemos, sentimos que progresamos, y disfrutamos la vida. El progreso eterno no comienza cuando morimos; empezó mucho antes de que naciéramos, y esta vida es parte del proceso. ¡Aprovéchela al máximo!