Misionero instructor de Seminarios e Institutos
La responsabilidad de los misioneros instructores de Seminarios e Institutos es ayudar a los jóvenes y a los jóvenes adultos a entender las enseñanzas y la Expiación de Jesucristo y a confiar en ellas, a hacerse merecedores de las bendiciones del templo y a prepararse ellos mismos, a sus familias y a otras personas para la vida eterna con su Padre Celestial. Esto se logra al trabajar con los administradores de Seminarios e Institutos enseñando el curso o los cursos asignados, buscando a posibles alumnos, matriculando a los alumnos, alentándolos a completar el curso y brindando apoyo apropiado a los participantes en el programa. Estos misioneros de servicio ayudarán a la Iglesia a cumplir con su responsabilidad divinamente señalada de ayudar a los miembros a vivir el Evangelio de Jesucristo.
Responsabilidades
- Poner en práctica los principios de la enseñanza a la manera de Cristo en la experiencia de aprendizaje, tal como se encuentran en Enseñar a la manera del Salvador; las experiencias de aprendizaje deben estar centradas en Cristo, basadas en las Escrituras, orientadas al alumno y dirigidas por el Espíritu.
- Trabajar con el administrador de Seminarios e Institutos para identificar a posibles alumnos que puedan asistir al programa.
- Trabajar con los líderes del sacerdocio para ponerse en contacto con los jóvenes e invitarlos a participar en el programa de SeI.
- Dirigir el curso y presentar el material de la lección a los alumnos.
- Preparar cotidianamente planes de lecciones para las clases programadas, estar preparados espiritualmente y llegar a tiempo.
- Prestar servicio a los alumnos y bendecir su vida brindándoles hermanamiento y orientación.
- Ayudar a planear y llevar a cabo actividades del programa.
- Registrar la asistencia de los alumnos y la finalización de los cursos.
Requisitos
- Poseer una licenciatura o una formación académica o experiencia equivalente.
- Ser capaz de servir por un período de doce a veinticuatro meses.
- Tener una conducta extrovertida, amigable y agradable y disfrutar al trabajar con los alumnos.
- Tener un gran deseo de instruir y enseñar a jóvenes o jóvenes adultos acerca de los principios del Evangelio.
- Ser física y emocionalmente capaz de interactuar con los alumnos.
- Ser capaz de mantener la calma y la comunicación durante situaciones estresantes, con especial consideración en los casos en que los alumnos puedan estar afrontando desafíos físicos, mentales o emocionales.
- Ser capaz de seguir instrucciones y manejar los cambios en las normas y los procesos.
- Poseer conocimientos prácticos de computadoras, incluidos el correo electrónico e internet, y estar dispuesto a aprender sobre nuevos programas y procesos informáticos.
- Tener buenas técnicas de comunicación oral y escrita.
- Tener una recomendación vigente para el templo.
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