“De nada a algo”, Para la Fortaleza de la Juventud, febrero de 2022.
Lección práctica para la noche de hogar
De nada a algo
Cuando creas que tus esfuerzos no son suficientes, acude a Jesucristo para que Él convierta tus esfuerzos en algo más grande.
Fracasar, no dar la talla o cometer un error, incluso un pecado; sea lo que sea, probablemente tengas experiencia con el sentimiento de simplemente no estar a la altura. Como seguidores de Jesucristo, siempre deseamos dar lo mejor de nosotros, pero en ocasiones nos desanima no ser perfectos.
La verdad es que no hay ninguna manera de llegar a ser perfectos por nosotros mismos. La perfección se encuentra en Jesucristo (véase Moroni 10:32–33). Al acudir a Él, ser humildes, arrepentirnos y ejercer nuestra fe, Él hará que nuestras “cosas débiles sean fuertes” (Éter 12:27). Tal como el presidente Russell M. Nelson ha enseñado: “Con fe en Él, podemos mover los montes de nuestra vida”1.
Con esta lección práctica, tú y tu familia pueden hablar sobre cómo el Padre Celestial y Jesucristo pueden ayudar a cada uno de ustedes a convertir sus limitaciones en algo mejor de lo que podrían imaginar.
Qué hacer
-
Pide a un miembro de tu familia que haga un garabato sencillo con el bolígrafo en la hoja de papel. Pídele que trate de dibujar algo que los demás no puedan reconocer.
-
Pasa la hoja a otro integrante de la familia y pídele que use los marcadores o los lápices de colores para hacer algo nuevo con el garabato que se encuentra en el papel (un objeto, una persona o una obra de arte). Puede ser cualquier cosa que se les ocurra. ¡Sean creativos!
-
Cuando terminen, pídeles que compartan la nueva creación con el resto de la familia. Podría ser divertido que los demás miembros de la familia también lo intenten.
1
2
3
Permitir que Dios ayude
Al igual que el garabato en el papel, en ocasiones nuestros esfuerzos por hacer lo correcto no tienen mucho efecto. Es posible que consigamos acercarnos a nuestras metas y, en otras ocasiones, el resultado de nuestros esfuerzos podría pasar simplemente inadvertido.
Pero cuando recurrimos al Señor con nuestros esfuerzos, ¡Él puede hacer cosas maravillosas! El presidente Ezra Taft Benson (1899–1994) enseñó: “Los hombres y las mujeres que entreguen su vida a Dios descubrirán que Él puede hacer mucho más con sus vidas que lo que ellos mismos pueden hacer. Les dará más gozo, ampliará su visión, avivará su mente, fortalecerá sus músculos, elevará sus espíritus, multiplicará sus bendiciones, aumentará sus oportunidades, confortará sus almas, les dará amigos y los colmará de paz. Quienquiera que pierda su vida al servicio de Dios hallará la vida eterna”2.
Podríamos sentirnos frustrados cuando nuestros esfuerzos por hacer el bien no dan el resultado esperado, pero no debemos desalentarnos. Conforme “or[es] al Padre en el nombre de Cristo, para que él [te] consagre [tu] acción”, tus esfuerzos serán “para el beneficio de [tu] [alma]” (véase 2 Nefi 32:9). A pesar de nuestras debilidades, si nos humillamos y tenemos fe en Dios, ¡Él nos ayudará a ser más semejantes a Él!