Una historia de la Iglesia en
Nicaragua
Reseña
En la década de 1950, varios Santos de los Últimos Días se mudaron a Managua, Nicaragua, y comenzaron a tener reuniones en sus hogares y a invitar a la gente local a asistir. En 1954, José Guzmán y su hija Nora Esperanza fueron bautizados y poco después se organizó una rama en Managua. Pronto se unieron otros conversos. A medida que avanzaba la obra en Nicaragua, se organizaron otras ramas y en 1958 se creó un distrito.
El 23 de diciembre de 1972, se produjo un gran terremoto en Managua, que dejó a muchos santos sin hogar y a muchos más sin empleo. Los miembros ayudaron a distribuir más de veinte toneladas de suministros de socorro enviados por la Iglesia y tuvieron reuniones en sus hogares. En los meses siguientes, los miembros trabajaron juntos para reconstruir sus hogares, proporcionar alimentos y conseguir nuevos empleos.
En 1977, los conflictos políticos en Nicaragua llevaron a la violencia. Se evacuó a los misioneros norteamericanos, quienes fueron falsamente acusados de orquestar complots antigubernamentales. Se confiscaron los centros de reuniones que eran propiedad de la Iglesia. Si bien algunos santos nicaragüenses huyeron del país, los que se quedaron tuvieron las reuniones en sus hogares y encontraron “en gran prueba de atribulación, la abundancia de su gozo” (2 Corintios 8:2). Los miembros locales aceptaron llamamientos como misioneros y la Iglesia siguió creciendo. En marzo de 1981 se organizó una estaca en Managua.
A finales de la década de 1980, las relaciones entre la Iglesia y el gobierno mejoraron y los centros de reuniones fueron devueltos a la Iglesia. En las décadas posteriores, la Iglesia y el Gobierno de Nicaragua han desarrollado una sólida relación de trabajo y se han ocupado juntos de varios proyectos de ayuda humanitaria. En abril de 2018, durante la conferencia general se anunció la construcción de un templo en Managua.