Historia de la Iglesia
“Podía sentir la ayuda del Señor”


“Podía sentir la ayuda del Señor”

Los misioneros Santos de los Últimos Días de la Misión Centroamericana llegaron a Nicaragua en 1953. Después de leer el Libro de Mormón en una semana, José Dolores Guzmán y su hija Nora Esperanza fueron bautizados en abril de 1954 en Managua.

Mientras tanto, un joven matrimonio, Róger Zelaya Aragón y Aura Lila Zelaya, se había mudado recientemente con la hermana de Róger, Ana Marta Fernández y su esposo, Wilfredo Fernández. Cuando Wilfredo trajo a casa un folleto que le habían dado los misioneros, Róger lo leyó con entusiasmo. “Unos meses antes, había comenzado a interesarme en la religión y en leer la Biblia por primera vez”, dijo él, “por lo que el folleto estimuló mi deseo de aprender más sobre el tema de la religión en mi vida”.

Cuando los misioneros llegaron para enseñar a Wilfredo y a Marta, descubrieron que Róger también estaba interesado. Programaron citas separadas para enseñarle a él y a Lila. Sin embargo, Lila asistía a la Iglesia Adventista del Séptimo Día y no se mostró receptiva a su mensaje. Participó en las lecciones sin entusiasmo.

Róger quería saber si lo que enseñaban era verdad y oró para recibir una respuesta. Recibió una confirmación y decidió unirse a la Iglesia. Róger y Wilfredo fueron bautizados el mismo día, en julio de 1955. La noche después de su bautismo, Róger sintió una poderosa confirmación espiritual que le decía que la ordenanza era válida.

Marta fue bautizada un mes y medio después. A finales de octubre de 1955, Lila decidió ser bautizada también, a pesar de que, según ella misma admitió, no tenía un testimonio. Lo hizo para complacer a Róger. Su testimonio tardó más tiempo en desarrollarse. Cuando su hijo de cuatro años enfrentó la posibilidad de sufrir un daño duradero en la pierna a causa de la poliomielitis, ella fue testigo de cómo los poseedores del sacerdocio le daban una bendición.

“Lo ungieron para el Señor y nunca más tuvo un problema en la pierna desde entonces”, dijo Lila. Esta sanación milagrosa combinada con “el estudio y la lectura del Libro de Mormón, y mucha oración” y prestar servicio en la Rama Managua llevó a Lila a adquirir un testimonio fuerte del Evangelio restaurado.

Los primeros miembros de la Rama Managua

En 1956, Róger fue llamado a prestar servicio como el primer presidente de rama en Managua. Tenía entonces unos veintidós años y estaba un poco atemorizado. Sin embargo, tenía el deseo de servir. “Podía sentir la ayuda del Señor”, dijo él, “porque puedo decirles con sinceridad que cuando estaba dando una clase o un discurso, realmente podía sentir muy fuerte la ayuda del Espíritu Santo”.

Róger y Lila sacrificaron su tiempo para prestar servicio en la rama en sus inicios y a sus miembros. “Prácticamente vivía en la capilla”, dijo Róger. Lila cuidaba a sus hijos pequeños y prestaba servicio como maestra visitante. Durante la época en que Róger prestó servicio como presidente, de 1956 a 1962, la rama creció significativamente. Los líderes tuvieron que buscar un nuevo lugar para reunirse y la asistencia a la reunión dominical superó las cien personas.