Un gran futuro en Paraguay
Cuando Myriam Samaniego era joven, a su familia se le enseñó el Evangelio restaurado y entraron en las aguas bautismales. En ese momento, ella jugaba en la selección nacional de balonmano de Paraguay. Ganó varios títulos internacionales y se hizo famosa en su país.
“Con la ayuda de mis padres, tuve la bendición de convertirme a una edad temprana”, dijo ella. “El Evangelio de Jesucristo me ayudó a establecer guías y objetivos mientras estaba en mi juventud. Me he mantenido apegada a ellos toda mi vida”.
Luego de su carrera deportiva, obtuvo un título universitario y trabajó en la empresa telefónica estatal antes de convertirse en la directora de asuntos públicos de la Iglesia en Paraguay. Los principios del Evangelio influyeron en todos los aspectos de su vida. “Los principios de la autosuficiencia me ayudaron a prepararme académicamente [y] me han permitido trabajar en mi profesión mientras ha sido necesario. Esto me ha preparado para ayudar a mi familia si es necesario”.
Conoció a Jorge Maluff y se casó con él, y juntos criaron una familia en la Iglesia. “Con mi esposo”, dijo, “tenemos la meta de enseñar a nuestros hijos a regresar a la presencia de nuestro Padre Celestial como una familia eterna”.