Vivir una vida sagrada ante el Señor
Después que José Smith tuviera su Primera Visión en la primavera de 1820 en el norte del estado de Nueva York, el Profeta fue instruido continuamente por ángeles. José trabajó con una serie de escribientes y ayudantes, comenzando con su esposa Emma, para traducir y publicar el Libro de Mormón. La impresión del Libro de Mormón se llevó a cabo en la primavera de 1830. En torno a esa fecha, el 6 de abril de 1830, José organizó oficialmente la “Iglesia de Cristo” ante un pequeño grupo reunido en el hogar de Mary y Peter Whitmer en Fayette, Nueva York. Algunos de los principales lugares de recogimiento de la joven Iglesia fueron la ciudad de Kirtland, Ohio; varios condados de Misuri; y la ciudad de Nauvoo, Illinois. Ya desde los primeros días de la Iglesia, los misioneros viajaban por todas partes, incluso al extranjero, para difundir el mensaje de que Dios estaba revelando nuevamente la verdad y congregando a un pueblo a través de un profeta. Desde que se organizó la Iglesia hasta la muerte de José en 1844, miles de conversos de Norteamérica, Europa y el Pacífico se unieron a los santos.
En las primeras dos décadas de existencia de la Iglesia, los miembros vivían bajo la frecuente amenaza de persecución religiosa y violencia por parte del populacho. Muchos fueron expulsados de sus hogares una y otra vez. A finales de la década de 1840 y a principios de la de 1850, en una travesía hacia el oeste con el propósito de dejar atrás los Estados Unidos, los santos soportaron muchas dificultades. Cantaban acerca de su anhelo por estar en un lugar “libres ya de miedo y dolor”.
Cuando los santos llegaron a los valles desérticos al oeste de las Montañas Rocosas, se encontraron con otras personas que ya ocupaban la tierra. Grupos indígenas seminómadas, como las tribus de los utes (nuciu), navajos (dine’), paiutes (numu y numuvi), shoshones (newe) y pueblo, habían vivido en la región durante muchas generaciones. Cuando la compañía pionera de vanguardia llegó al valle del Lago Salado, integrantes de las tribus de los utes y shoshones la recibieron. El 31 de julio de 1847, representantes de ambas tribus visitaron el campamento de los Santos de los Últimos Días para comerciar e intentaron explicar el control territorial local.
Los Santos de los Últimos Días creían que habían sido guiados para establecer comunidades en toda la región. A medida que los colonos colocaban cercas y cultivaban la tierra, las tribus descubrieron que resultaba cada vez más difícil depender de las plantas silvestres y los animales salvajes como lo hacían antes y comenzaron a llevarse el ganado y las cosechas de los colonos para evitar el hambre. Como consecuencia, se produjeron confrontaciones tensas y ocasionalmente violentas. En enero de 1863, los colonos Santos de los Últimos Días solicitaron al ejército de los Estados Unidos que interviniera.
El 29 de enero de 1863, Sagwitch Timbimboo, un líder shoshón, se despertó temprano. Desde el campamento de su grupo en el río Bear, al norte de Preston, Idaho, pudo ver al ejército acercándose. Debido a que en las confrontaciones más recientes habían participado miembros de un grupo diferente, Sagwitch supuso que el ejército solo buscaba información. Sagwitch despertó a su grupo y se preparó para hablar con los soldados. Sin embargo, cuando llegó el ejército, los soldados se lanzaron a la carga por el campamento, disparando a su paso. A primera hora de la tarde, unos 400 shoshones habían muerto y sus casas y graneros habían sido quemados. Yeager, el hijo de doce años de Sagwitch, se escondió entre los cuerpos y se hizo el muerto, con la esperanza de escapar. Un soldado lo descubrió, levantó su rifle tres veces para matarlo, pero cambió de idea cada vez. Sagwitch, herido pero con vida, reunió a los sobrevivientes y huyó a otros campamentos.
A pesar de los continuos conflictos, los shoshones y los colonos Santos de los Últimos Días buscaban la paz. Los líderes de la Iglesia llamaron a misioneros a predicar a los shoshones y muchos fueron bautizados. En 1873, Sagwitch tuvo un sueño que le decía que Dios estaba entre los Santos de los Últimos Días. A la mañana siguiente, llegó a casa de George Washington Hill, un exmisionero al que los shoshones llamaban Inkapompy (Hombre de cabello rojo) y le pidió que los bautizara a él y a su gente. George le explicó que no podía cumplir con la solicitud de Sagwitch, puesto que ya no era misionero. Sabiendo que Dios lo había guiado, Sagwitch acampó cerca de la casa de George y esperó. Al día siguiente, Brigham Young le pidió a George que fuera a su oficina y lo llamó a reanudar su labor como misionero. El 3 de mayo de 1873, George bautizó a Sagwitch y a otras 101 personas en el río Bear.
Después de su bautismo, Sagwitch y su pueblo se asentaron en la granja de la Iglesia en Washakie, Utah, donde aprendieron a cultivar la tierra. Los integrantes de la tribu sirvieron en puestos de liderazgo en congregaciones locales y como misioneros. Cuando comenzó la construcción del Templo de Logan, Utah, los santos shoshones donaron mano de obra para ayudar con la construcción. Después de la dedicación del templo, se contaban entre sus visitantes más frecuentes.
El 6 de abril de 1926, Yeager Timbimboo, hablando en shoshón, se convirtió en la primera persona en hablar en una conferencia general en un idioma distinto del inglés. “El Evangelio nos alienta a todos a vivir una vida sagrada ante el Señor”, declaró él. “Quiero animarlos a que sean fieles, sirvan al Señor y guarden Sus mandamientos”.