Pioneros en toda tierra
Zimbabwe Tierra hermosa, gente de fe
Zimbabwe tiene una floreciente comunidad de Santos de los Últimos Días.
La belleza de Zimbabwe
Las cataratas Victoria, que se encuentran en la frontera con Zambia y que se consideran una de las Siete Maravillas naturales del mundo, no son ni las más anchas ni las más profundas, pero muchos afirman que son las de mayor volumen. Las cascadas de más de un kilómetro y medio de ancho se precipitan sobre las rocas desde una altura de ciento ocho metros. Las estrepitosas cataratas producen tal espuma que, en la estación de las lluvias, es imposible ver la base.
Las cataratas Victoria son solamente uno de los muchos panoramas increíblemente hermosos de Zimbabwe. Ubicada en el sureste de África, Zimbabwe, que antes se conocía como Rodesia del Sur, atrae viajeros de todas partes del mundo que vienen a conocer sus parques nacionales y animales silvestres, y a disfrutar de su belleza y cultura.
Ya sea que quieran ir en un safari o probar hacer rafting en el turbulento río Zambeze, Zimbabwe tiene mucho que ofrecer, incluso una comunidad floreciente de Santos de los Últimos Días.
La Iglesia en Zimbabwe
Hay más de veintitrés mil miembros de la Iglesia en Zimbabwe. La cantidad de miembros ha aumentado rápidamente en los últimos treinta y cinco años; antes de 1980 eran sólo un poco más de mil.
La declaración profética que hizo el presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) el 8 de junio de 1978 de que “se puede conferir el sacerdocio a todos los varones que sean miembros dignos de la Iglesia sin tomar en consideración ni su raza ni su color” (Declaración Oficial 2), tuvo un impacto positivo en el progreso de la Iglesia en Zimbabwe.
Muchos Santos de los Últimos Días han contribuido a fortalecer la Iglesia allí. A continuación, ofrecemos una breve reseña de algunos de esos pioneros.
Pioneros de la época moderna en Zimbabwe
Hubert Henry Hodgkiss
Durante un tiempo limitado, a principios de la década de 1930, se enviaron misioneros a Rodesia del Sur (que entonces era parte de la Misión Sudáfrica). Sin embargo, para 1935 ya habían sacado de allí a todos los misioneros y el Área se cerró por la falta de misioneros y por lo distante que estaba de la casa de la misión, la cual se encontraba en Ciudad del Cabo, Sudáfrica.
En septiembre de 1950, se envió a ocho misioneros para que volvieran a abrir Rodesia del Sur; cinco meses después tuvo lugar el primer bautismo de un converso.
Hubert Henry Hodgkiss, que nació en Inglaterra en 1926, se mudó a Salisbury, Rodesia del Sur, en 1949. Inicialmente oyó hablar de la Iglesia de un amigo que estaba investigando el Evangelio. Hugh tenía dudas sobre el Evangelio restaurado y se propuso probarle al amigo que la Iglesia no era verdadera. En lugar de ello, después de estudiarlo más profundamente, obtuvo un testimonio de su veracidad y decidió bautizarse. “Estaba equivocado”, le dijo a su amigo. “Me voy a unir a la Iglesia”1.
El bautismo de Hugh se llevó a cabo el 1º de febrero de 1951, y fue el primer bautismo de un converso en Rodesia del Sur. Era una persona a quien le gustaba estar con gente y se hacía de amigos en todas partes; su naturaleza amigable le permitió contribuir considerablemente al crecimiento de la Iglesia en esa región.
En 1959 fue llamado como presidente de la Rama Salisbury; sus consejeros también eran miembros locales. Ésa era la primera vez que la rama tenía una presidencia compuesta de miembros locales; antes siempre habían sido misioneros de tiempo completo quienes asumieron la responsabilidad de la presidencia de rama.
Ernest Sibanda
En diciembre de 1978, Ernest Sibanda conoció a dos misioneros mormones que iban en bicicleta: el élder Black y el élder Kaelin, y ellos le dieron un Libro de Mormón. Antes de ese encuentro, Ernest había pasado muchos años estudiando religión; de hecho, había sido maestro por nueve años en la iglesia a la que pertenecía y pastor durante tres.
La noche que Ernest recibió el Libro de Mormón se quedó hasta las dos de la mañana leyéndolo con gran entusiasmo, esperando ansiosamente la hora de reunirse con los misioneros al día siguiente. Cuando los vio, les dijo que había aprendido más sobre Jesucristo de José Smith que de todos los ministros que había conocido en su vida. Poco después lo bautizaron, y unas semanas más tarde también se bautizaron la esposa y los hijos.
Él escribió lo siguiente sobre el día de su bautismo: “Me sentí totalmente libre, redimido de todo mal. Me di cuenta de cuánto amaba a mi familia y de que sentía amor por la Iglesia”2.
Ernest Sibanda fue una gran fortaleza para la Iglesia. Prestó servicio como presidente de la Escuela Dominical, secretario de rama y consejero de la presidencia de rama; también cumplió la asignación que le dio el presidente de la Misión Sudáfrica de traducir himnos del inglés al shona.
Edward Dube
En la conferencia general de abril de 2013, Edward Dube fue llamado a integrar el Primer Quórum de los Setenta, con lo que llegó a ser la primera Autoridad General de la Iglesia proveniente de Zimbabwe. Ésa fue sólo la más reciente de las muchas ocasiones en las que el élder Dube ha sido “el primero”: fue también el primer presidente de estaca, el primer presidente de misión y el primer Setenta de Área originario de Zimbabwe. Ha sido un verdadero pionero de liderazgo en rectitud.
Sin embargo, antes de eso hubo otro “primer acontecimiento” para él: el primer día que asistió a la Iglesia. Dos años antes de asistir a la Iglesia por primera vez, el hombre para quien trabajaba, que era Santo de los Últimos Días, le dio un Libro de Mormón. El élder Dube lo leyó y sintió la influencia y el poder del libro.
En febrero de 1984, aceptó una invitación para asistir a la reunión de ayuno y testimonios de una rama local; al entrar en la capilla, se sentía tan nervioso que casi decidió darse la vuelta e irse.
Sin embargo, sus sentimientos empezaron a cambiar tan pronto como el presidente de rama se puso de pie y dio testimonio del Libro de Mormón; el élder Dube sintió que el testimonio del Libro de Mormón era un punto de afinidad que tenía con ellos. Después de que varios miembros expresaron testimonios, él se puso de pie y compartió con ellos sus propias ideas y sentimientos con respecto al Libro de Mormón.
Poco después de aquella reunión sacramental, el élder Dube empezó a investigar la Iglesia seriamente, y varios meses después fue bautizado. Más adelante prestó servicio de tiempo completo en la Misión Zimbabwe Harare. El 9 de diciembre de 1989 se casó con Naume Keresia Salizani, y actualmente tienen cuatro hijos.
El élder Dube ha presenciado muchos altibajos para los santos en Zimbabwe como resultado de la agitación política y, a través de todo ello, ha confiado en el Señor para recibir fortaleza y guía. “Cuando pienso en mi vida, me siento verdaderamente agradecido”, dice. “El Evangelio lo ha sido todo para mí”3.
“En mi opinión, el élder Dube es un Brigham Young o un Wilford Woodruff de Zimbabwe”, dice el presidente Keith R. Edwards, ex miembro de los Setenta que actualmente presta servicio como presidente del Centro de Capacitación Misional de Inglaterra. El presidente Edwards presidió la Misión Zimbabwe Harare desde 2000 hasta 2003, y trabajó mucho con el élder Dube, que en ese entonces era presidente de estaca. “Él tiene una visión clara de lo que se supone que el Evangelio debe hacer y de cómo debe funcionar”, afirma4.
La obra misional en Zimbabwe
Durante el tiempo que estuvo en Zimbabwe, el presidente Edwards presenció de cerca el crecimiento de la Iglesia en una tierra en la que la gente abraza el Evangelio cada vez más. “El pueblo de Zimbabwe disfruta de la vida”, comenta. “Son personas felices y, por naturaleza, muy espirituales. Son gente muy fácil de enseñar”.
Él dice que, por llevar el nombre del Salvador, la placa que usan los misioneros es una de las maneras más fáciles de entablar una conversación sobre el Evangelio con la gente de Zimbabwe. Las personas con frecuencia leen el nombre de la Iglesia en la placa y se llenan de entusiasmo. El presidente Edwards explica: “Ellas dicen: ‘Nosotros también somos amigos de Jesucristo’; y de inmediato se establece un vínculo con ellas”.
En Zimbabwe, constantemente hay más pioneros y futuros líderes que se unen a la Iglesia. “Los misioneros están siempre ocupados”, comenta el presidente Edwards.