2018
Presidente Russell M. Nelson: Guiado, preparado, dedicado
Presidente Russell M. Nelson


Presidente Russell M. Nelson: Guiado, preparado, dedicado

Tras décadas de reparar corazones como prominente cardiocirujano y luego de tocar corazones como Apóstol del Señor Jesucristo, el presidente Russell M. Nelson aporta una mano firme y un amor infalible a su ministerio como Presidente de la Iglesia.

President Russell M. Nelson seated in black chair

Cuando un Presidente de la Iglesia muere, muchos se centran en el proceso mediante el cual se selecciona a su sucesor. De hecho, ese proceso, con la guía del Señor, comenzó muchos años antes. Russell M. Nelson ha tenido una vida de preparación para este sagrado llamamiento. Yo he sido testigo de gran parte de esa preparación.

La preparación del presidente Russell M. Nelson es evidente en la suma total de las experiencias y logros a lo largo de su vida. Es reconocido como un cardiocirujano innovador; es un escritor y orador brillante, capaz de comunicarse en muchos idiomas; conoce y ama a las personas, y entiende los efectos que las decisiones tienen en sus vidas; conoce y ama las Escrituras y el santo templo; es un administrador experimentado que toma decisiones de manera rápida y decisiva.

El presidente Nelson ha conocido personalmente y, en muchos casos, ha recibido instrucción de diez de los dieciséis Presidentes de la Iglesia anteriores. Ahora, como decimoséptimo Presidente, empieza su ministerio presidencial asegurando a los Santos de los Últimos Días que Jesucristo seguirá guiando Su Iglesia.

“El Señor siempre ha instruido e inspirado a Sus profetas, y siempre lo hará”, dijo durante la transmisión del anuncio el 16 de enero de 2018. “El Señor está a la cabeza. Nosotros, los que hemos sido ordenados para dar testimonio de Su santo nombre en todo el mundo, seguiremos procurando conocer Su voluntad y seguirla”1.

La preocupación del presidente Nelson por el bienestar eterno de los hijos de Dios proviene de una vida de servicio sincero. Así como literalmente ha tocado muchos corazones como cirujano, metafóricamente ha tocado los corazones de los santos de todo el mundo con sus potentes enseñanzas, servicio desinteresado y amor infalible. Como dijo durante la transmisión histórica en enero, ese amor “ha crecido durante décadas de conocerlos, de adorar con ustedes y de servirles”2.

Preparación esencial

Mucho es lo que se sabe de la preeminente carrera del Dr. Nelson como erudito innovador, científico y cirujano del corazón humano. Todo ello, así como su vida familiar ejemplar, fue una parte fundamental de su preparación.

young Russell M. Nelson with his parents and siblings

Russell Marion Nelson nació el 9 de septiembre de 1924; sus padres eran Marion C. y Edna Anderson Nelson. Ambos padres eran miembros menos activos de la Iglesia durante la niñez de Russell, pero colmaban de amor a sus hijos y de vez en cuando los enviaban a la Escuela Dominical. Al principio, el joven Russell no tenía interés en la Iglesia, y prefería jugar al fútbol con sus amigos, pero cuando cumplió 16 años, su corazón comenzó a responder a las verdades del Evangelio y fue bautizado junto con sus hermanos. Años más tarde, debido al ejemplo y a la persuasión de sus hijos, los padres Nelson volvieron a activarse en la Iglesia.

El joven Russell también respondió a la promesa de la educación. Se estaba dando cuenta, como más tarde lo enseñaría, de que procurar educación es una responsabilidad religiosa. Se graduó de la escuela secundaria a los 16 años de edad, y se matriculó en la Universidad de Utah cuando el conflicto mundial de la Segunda Guerra Mundial le impidió cumplir una misión de tiempo completo.

Mientras trabajaba para obtener su licenciatura, su talento musical lo persuadió a unirse al elenco de una obra musical en la universidad. La soprano principal le cautivó el sentido del oído y de la vista; contrajeron matrimonio poco después de que él recibiera su licenciatura en 1945. A los 22 años de edad se graduó de la Universidad de Utah con menciones honoríficas como médico. A continuación asistió a la Universidad de Minnesota para obtener formación postdoctoral. Allí fue miembro clave del equipo que estuvo a la vanguardia del desarrollo de la cirugía a corazón abierto. Más tarde prestó residencias en cirugía en Minnesota y en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, Massachusetts, EE. UU.

En medio de su educación y familia en crecimiento, el Dr. Nelson fue llamado a prestar servicio durante la Guerra de Corea porque las fuerzas armadas necesitaban médicos desesperadamente. Debido a su entrenamiento quirúrgico, se le envió a Washington, D.C., donde formó una unidad de investigación quirúrgica en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed. En 1953, habiendo cumplido su obligación militar, pasó un año en el Servicio de Harvard en el Hospital General de Massachusetts en Boston. Posteriormente terminó su doctorado en la Universidad de Minnesota en 1954.

Russell M. Nelson with his wife (Dantzel) and children

A pesar de su ocupada formación y carrera médica, el Dr. Nelson siempre puso a su familia en primer lugar. Dantzel White Nelson estuvo al lado de su esposo y lo apoyó en todas sus actividades familiares, eclesiásticas, profesionales y militares. Su relación constante, mutuamente comprensiva y amorosa fue una influencia inspiradora y estabilizadora para cada uno de sus diez hijos: nueve hijas y un hijo. Su relación “fue muy dulce y entregada el uno al otro”, dijo su hija Sylvia Webster. El hijo menor, Russell Nelson Jr., recordó: “Siempre fue obvio que mis padres se amaban mucho”3.

Dantzel Nelson falleció repentinamente poco antes de que celebrasen su 60 aniversario de bodas. Después de un tiempo muy solitario, el élder Nelson se casó con Wendy Watson, una mujer que nunca había estado casada, cuyo doctorado, profesorado en la Universidad Brigham Young y trato amoroso con la numerosa familia Nelson la han convertido en una compañera ideal para el élder y presidente Nelson.

Russell M. Nelson with Wendy, his second wife

“Estoy segura de que es difícil entrar en una familia de más de 200 personas y sentir que son amigos íntimos”, dijo Sylvia, la hija. “Wendy se ha esforzado y ha sido increíble”4. Russell Jr. agregó: “Wendy ha sido una compañera maravillosa para él… Veo cómo ha sido preparado a lo largo de los años para este puesto y este llamamiento, y una parte clave de eso es tener a Wendy en su vida”5.

En el momento en que se escribe esto, la familia Nelson consta de 10 hijos, 57 nietos y 116 bisnietos, con dos más en camino. Todos los que pueden hacerlo, se reúnen en un hogar diferente cada mes para celebrar cumpleaños y aniversarios.

“A todos los reinos se ha dado una ley”

Cuando Russell M. Nelson estaba en la facultad de medicina, le enseñaron que ningún médico jamás debería palpar un corazón humano, porque una vez que se palpara, dejaría de latir. Sin embargo, pocos años después, el Dr. Nelson y sus colegas investigadores informaron sobre el éxito de la primera vez que se usó en un perro un aparato cardiopulmonar artificial. El aparato cardiopulmonar se hacía cargo de la circulación del paciente, lo que permitía la cirugía en el corazón inerte. Ese avance por parte del Dr. Nelson y sus colegas pronto se extendió a los seres humanos y ahora ha dado lugar a más de 1,5 millones de operaciones a corazón abierto realizadas anualmente en todo el mundo.

El Dr. Nelson recibió la inspiración que condujo a ese descubrimiento mientras reflexionaba sobre los siguientes versículos de Doctrina y Convenios:

“A todos los reinos se ha dado una ley…

“Y a cada reino se le ha dado una ley; y para cada ley también hay ciertos límites y condiciones” (D. y C. 88:36, 38)6.

El Dr. Nelson razonó que si trabajaba, estudiaba y hacía las preguntas correctas, él y su equipo podrían aprender las leyes que rigen el corazón palpitante. “Fue a través de la comprensión de las Escrituras y el ‘aplicarlas’ a este aspecto de interés”, dijo, “que se me facilitó conocer el gran campo de la cirugía del corazón tal como la conocemos en la actualidad”7.

A lo largo de su vida, esa habilidad de aplicar los principios del Evangelio ha bendecido al presidente Nelson, a su familia, a la Iglesia y al mundo. Fue clave en su preparación para su llamamiento como Apóstol y ahora como Presidente de la Iglesia.

En su carrera profesional, el Dr. Nelson rápidamente alcanzó fama como cirujano e investigador médico. En 1955, aceptó un puesto como profesor de investigación de cirugía en la Universidad de Utah. Allí construyó una máquina cardiopulmonar que utilizó para realizar la primera cirugía a corazón abierto en Utah, la primera de esas operaciones al oeste del río Misisipí. Dio conferencias y escribió numerosos capítulos para libros de texto médicos y más de 70 artículos revisados por colegas en otras publicaciones. Antes de su llamado al apostolado, llevó a cabo casi 7.000 operaciones8.

Además de su destreza médica, el Dr. Nelson fue un maestro inspirador y un administrador eficaz, cualidades que lo hicieron inestimable en el campo de la medicina y que más tarde lo distinguirían en sus llamamientos de la Iglesia.

“El deber de un doctor es, principalmente, enseñar”, dijo el Dr. Nelson. Agregó: “Un médico en realidad funciona a su más elevado nivel cuando le enseña a su paciente cuál es el problema y qué se puede hacer al respecto”9.

Russell M. Nelson as a doctor and during a visit to China

El Dr. Nelson manifestó esa disposición y predilección por la enseñanza y la educación al viajar a países extranjeros para demostrar y enseñar procedimientos médicos. Para ayudarlo en la enseñanza, estudió numerosos idiomas, entre ellos francés, portugués, alemán, ruso y español, a fin de comunicarse mejor con los doctores e investigadores de otros países e instruirlos. Después de asistir a una reunión en la que el presidente Spencer W. Kimball (1895–1985) aconsejó a la congregación que aprendiera chino, el Dr. Nelson y su esposa Dantzel inmediatamente empezaron a estudiar mandarín. Su dominio de ese idioma le permitió trabajar estrechamente con la comunidad médica en China, donde dio conferencias y realizó cirugías, salvando la vida de uno de los héroes nacionales de ese país10.

Buscar primeramente el reino de Dios

A pesar de lo impresionantes que eran los logros médicos del presidente Nelson, él mantuvo su atención en el Señor y Su obra. La mayoría de los miembros de la Iglesia no saben que él fue misionero en la Manzana del Templo desde 1955 hasta 1965, guiando a visitantes de 4:00 a 5:00 p.m. cada jueves. Esa era una de las horas más ocupadas que tenía como cirujano. Más tarde escribió que “en 1964, recién nos encontrábamos en el campo de la medicina ante el desafío de sustituir la válvula aórtica. Los índices de mortalidad eran elevados y el tiempo dedicado a cada paciente era extremadamente alto; se requería atención casi exclusiva por muchas, muchas horas, a veces incluso días”11.

Para muchos miembros de la Iglesia, esa realidad descartaría un llamamiento que consumiera más tiempo, pero no para el Dr. Nelson. En 1964, después de que él y otros fueron entrevistados como posibles presidentes de estaca, el entonces élder Spencer W. Kimball, acompañado por el élder LeGrand Richards (1886–1983), del Cuórum de los Doce Apóstoles, le dijo: “Tenemos la impresión de que el Señor quiere que usted presida esta estaca. Durante nuestras muchas entrevistas, cada vez que se ha mencionado su nombre, la reacción ha sido un tanto rutinaria: ‘Oh, él no sería muy bueno’, o ‘No tiene tiempo’, o ambas. No obstante, sentimos que el Señor lo quiere a usted. Ahora bien, si considera que está demasiado ocupado y que no debe aceptar el llamamiento, entonces ese es su privilegio…

“Simplemente respondí que esa decisión se tomó el 31 de agosto de 1945, cuando la hermana Nelson y yo nos casamos en el templo. En aquel entonces hicimos la promesa de ‘[buscar] primeramente el reino de Dios y su justicia’, confiando en que todo lo demás nos sería añadido, tal como el Señor prometió. (Véase Mateo 6:33)”12.

El hecho de que el Dr. Nelson aceptara ese llamamiento ilustra lo que el élder Jeffrey R. Holland, del Cuórum de los Doce Apóstoles, recientemente llamó “la humildad y simplicidad inocentes de la fe de Russell Nelson… Así es de humilde, así es de inocente, en todos los niveles y virtualmente en cualquier otra relación humana en la que lo he visto”13.

El élder Kimball dio una bendición al Dr. Nelson, prometiendo que la tasa de mortalidad relacionada con la cirugía de la válvula aórtica disminuiría y que el procedimiento ya no sería para él una pérdida de su tiempo y energía.

“Al año siguiente, las exigencias de tiempo de la operación disminuyeron y he tenido el tiempo necesario para servir en ese y otros llamamientos”, dijo el Dr. Nelson. “De hecho, nuestros índices de mortalidad descendieron hasta… límites muy bajos, aceptables y tolerables. Es interesante que esa misma operación es la que practiqué al presidente Kimball ocho años después”14.

Russell M. Nelson and Spencer W. Kimball; Russell M. Nelson with Dantzel, his first wife

Las exigencias de su carrera y de los llamamientos de la Iglesia significaban que el tiempo libre que el Dr. Nelson podía pasar en casa estaba sumamente limitado. Sin embargo, hizo todo lo posible para que su esposa y sus 10 hijos ocuparan el primer plano en el orden de prioridades. Siempre que estaba en casa, dedicaba todo su tiempo a su familia. En sus muchos viajes alrededor del mundo, a menudo llevaba consigo a su esposa o a uno de sus hijos. Aunque Dantzel cuidaba magníficamente a sus hijos en ausencia de él, se sentía agradecida por la dedicación que él les prestaba cuando tenía un descanso de su ocupada carrera y llamamientos. “Cuando está en casa, ¡está en casa!”, dijo ella en una ocasión al presidente Harold B. Lee (1899–1973), quien en aquel entonces era Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles15. El presidente Lee con frecuencia solía repetir esas palabras cuando aconsejaba a los ocupados líderes del sacerdocio que se concentraran en sus familias.

Seguir al profeta

Fui testigo y leve participante en un episodio importante en la vida profesional del Dr. Russell M. Nelson y su esposa Dantzel. Eso ocurrió como parte de mi primer encuentro con ellos en 1965, hace más de 52 años. En su autobiografía, el Dr. Nelson cuenta cómo le ofrecieron una cátedra de cirugía y la presidencia de la División de Cirugía Cardiovascular y Torácica de la Universidad de Chicago. Esa oferta, escribió él, “ponía recursos a mi alcance tales como apoyo financiero, laboratorio de investigación y apoyo del personal que cumplirían el sueño de cualquier académico. Como incentivo adicional, la oferta incluía cuatro años de universidad para todos nuestros nueve hijos en la institución de su elección, con todos los costos a cargo de la Universidad de Chicago”. El decano le dijo al Dr. Nelson: “Una de las razones por las que estamos interesados en usted es porque sabemos que es un buen mormón. Deseamos que forme parte de nuestro profesorado y queremos que esté aquí para traer a esta Universidad la influencia que un mormón podría aportar”16.

Como parte del agresivo reclutamiento de este notable médico, el decano me llamó por teléfono para solicitar mi ayuda para convencer a los Nelson que se trasladaran a Chicago. En ese entonces yo era profesor de derecho en la Universidad de Chicago y conocía al decano de medicina porque servimos juntos en el senado del profesorado de la universidad. El decano me pidió que invitáramos a los Nelson a cenar en nuestra casa. Me suplicó que les contara todo acerca de la Iglesia en Chicago porque sabía que esa era una consideración de suma importancia para ellos.

Así fue que mi difunta esposa, June, y yo conocimos a Dantzel y a Russell Nelson, los invitamos a cenar y disfrutamos una maravillosa visita en nuestra casa de Chicago el domingo, 21 de noviembre de 1965. Hicimos todo lo que pudimos para convencerlos de que se mudaran a Chicago. Más tarde me enteré por su autobiografía que “esa oferta les pareció muy atractiva e incluso eligieron una casa en uno de los suburbios de Chicago donde podrían criar a su familia”17.

Lo que sucedió a continuación no es más que una ilustración de cómo la inspiración del Señor dirigió las decisiones y la preparación de Russell M. Nelson. Al regresar a Salt Lake City, buscó el consejo del presidente David O. McKay (1873–1970) para que los guiara en su importante decisión. El profeta oró y se recibió la respuesta: “No”.

David O. McKay; Russell M. Nelson looking at model of heart

El presidente McKay dijo: “Ya vive en la mejor ciudad del mundo; lleva un estilo de vida que no se puede igualar en ningún lugar del mundo. En este lugar sus hijas tendrán el mejor ambiente que se les pueda brindar; ellas son más importantes para usted que cualquier fama o futuro que pudiese recibir en cualquier universidad. No, hermano Nelson, su lugar está aquí en Salt Lake City. La gente vendrá a usted de todas partes del mundo porque usted está aquí. No creo que deba ir a Chicago”18.

Lleno de fe, el Dr. Nelson rechazó la oferta de ir a Chicago y permaneció en Salt Lake City. Allí, en años futuros, llevó a cabo cirugía a corazón abierto y prolongó la vida de muchos pacientes agradecidos, entre ellos el presidente Kimball, el élder Richard L. Evans (1906–1971), el presidente Boyd K. Packer (1924–2015), y muchos otros líderes y miembros de la Iglesia y sus familias.

Para June y para mí, ese encuentro en Chicago fue el comienzo de una larga y preciada amistad con Russell y Dantzel Nelson. Seis años más tarde, fue relevado como presidente de estaca y llamado como Presidente General de la Escuela Dominical. Ese mismo año, yo fui nombrado Rector de la Universidad Brigham Young. Durante muchos años, hemos servido juntos en el Cuórum de los Doce Apóstoles, y ahora serviremos juntos en la Primera Presidencia en una amistad que comenzó en Chicago entre dos académicos y sus esposas hace 52 años.

Cambiando corazones

El 7 de abril de 1984, el Dr. Nelson fue ordenado Apóstol y apartado como miembro del Cuórum de los Doce Apóstoles. “En un breve momento”, dijo, “el foco de atención de los últimos cuarenta años en medicina y cirugía cambió para dedicar el resto de mi vida al servicio de tiempo completo a mi Señor y Salvador, Jesucristo”19.

Russell M. Nelson with other members of the Quorum of the Twelve Apostles

Al recibir el llamado al apostolado, el élder Nelson declaró: “La obra en la que ahora estoy embarcado es la causa más importante del mundo. Abarca todo, satisface y estimula. Necesito realizar mi mejor esfuerzo, pues debo rendir cuentas de esta mayordomía”20.

Desde que se convirtió en Apóstol, y como Presidente del Cuórum de los Doce Apóstoles desde 2015, el presidente Nelson ha seguido viajando por el mundo, compartiendo las palabras de vida eterna y cambiando corazones. Una de sus primeras asignaciones fue abrir las puertas de las naciones de Europa del Este al Evangelio. “En… cinco años, realicé 27 viajes a 31 naciones de Europa”, dijo el presidente Nelson. “Antes de que el presidente [Ezra Taft] Benson falleciera… pude informarle que hemos terminado nuestra asignación: ya hemos establecido la Iglesia en todos los países de Europa del Este”21.

Russell M. Nelson greeting Saints in Moscow, Russia

El presidente Nelson también ha dedicado 27 países para la predicación del Evangelio, entre ellos Bulgaria, Croacia, El Salvador, Etiopía, la Polinesia Francesa, Kazajistán y Rusia. En una ocasión, en un periodo de cuatro días, dedicó seis diferentes naciones22. En su ministerio apostólico ya ha visitado 133 países23.

Como miembro del Cuórum de los Doce, el élder Russell M. Nelson prestó largos años como presidente de cada uno de sus tres consejos clave: el Misional, el de Templo e Historia Familiar, y el Ejecutivo del Sacerdocio (actualmente Ejecutivo del Sacerdocio y la Familia).

La Iglesia ha pasado por muchos cambios significativos durante los años que el élder Nelson estuvo en el Cuórum de los Doce, donde ha prestado servicio bajo cinco Presidentes de la Iglesia. Desde 1984, la Iglesia se ha más que duplicado en tamaño, de aproximadamente 6 millones de miembros a más de 16 millones. El Cuórum de los Doce Apóstoles y la Primera Presidencia han publicado dos declaraciones oficiales: “La Familia: Una Proclamación para el Mundo” en 1995 y “El Cristo Viviente” en 2000. El número de templos en funcionamiento aumentó de 30 en 1984 a 159 en 2017. En 2010, cuando el élder Nelson fue llamado como Presidente del Consejo Ejecutivo Misional, la Iglesia contaba con 58.000 misioneros. Hoy día, tras el enorme aumento cuando se redujo la edad para prestar servicio, el número se estabilizó en aproximadamente 67.000.

Cualidades personales

La mayor parte de lo que acabamos de repasar sobre el doctor, el élder y ahora presidente Nelson es un asunto de conocimiento público. Ahora comentaré algunas de sus grandes cualidades personales que he observado a lo largo de los años.

Primero, Russell M. Nelson es una persona sumamente agradable y un buen amigo y colega. Es infaliblemente amable y compasivo en todas sus relaciones personales. Es un modelo maravilloso, diligente y meticuloso para atender sus responsabilidades: familiares, eclesiásticas y profesionales. Y simplemente es agradable estar con él.

Russell M. Nelson on a swing

En su estilo de liderazgo, siempre es simpático y fácil de acercarse a él. Esa es una cualidad grande y deseable en los líderes mayores. Con él, nunca dudamos en mencionar un tema en particular o sentimos que el hacerlo sea una molestia para él. Nunca tenemos miedo de hablar con él sobre cualquier asunto en particular. El presidente Nelson es muy abierto, muy accesible, y es fácil hablar con él.

Al tomar decisiones, el presidente Nelson considera el impacto total. Es bueno para considerar a fondo el efecto probable que una decisión, regla o aplicación de doctrina pueda tener en varios grupos de miembros: los ancianos, los jóvenes, los menos activos, los líderes de la Iglesia y otras personas. He visto esa cualidad en otros líderes, pero la visión del presidente Nelson sobre este tema es excepcional. Tal vez se debe a su experiencia como médico que no puede recetar medicamentos para una parte del cuerpo sin considerar el efecto que surta en otras partes.

El presidente Nelson sabe delegar muy bien, mejor que la mayoría de los líderes que he observado en el entorno profesional y de la Iglesia. Eso probablemente también esté relacionado con el trabajo de cirujano, que realiza una tarea única después (y antes) de que otros realicen la suya.

Otra cualidad significativa del presidente Nelson es su paciencia. Evita la confrontación cuando resuelve problemas o hace las cosas. Sabiamente deja de lado la táctica de “arreglemos esto ahora mismo” a favor de permitir que pase un poco de tiempo para ver si las cosas se arreglan por sí solas. Esa cualidad será muy importante en su liderazgo, tal como lo fue durante los dos años y medio que sirvió como Presidente del Cuórum de los Doce.

Después de elogiar la paciencia del presidente Nelson, también debo elogiar una cualidad contraria. Él no duda en tomar decisiones. Cuando es el momento propicio y es hora de tomar la decisión, él toma las decisiones con prontitud y de manera decisiva. Él puede discernir cuando un asunto requiere paciencia y más análisis, y cuando simplemente deberíamos elegir entre alternativas y seguir adelante con la obra del Señor. A sus colegas que dirigen les encanta eso.

El presidente Nelson es también unificador. Crea armonía cuando hay puntos de vista opuestos y une a personas que discrepan. Qué cualidad tan maravillosa para un líder de miembros que están comprometidos con la misma doctrina divina pero que provienen de diferentes culturas y tradiciones.

Russell M. Nelson with young adults

Russell M. Nelson tiene dones naturales de diplomacia que he observado por mí mismo; los utilizó en sus actividades profesionales, incluso en China. Desde su llamamiento en los Doce, ha abierto puertas para la Iglesia en Europa del Este en una sucesión completa de circunstancias milagrosas. Además, ha visitado 133 naciones diferentes como siervo del Señor. ¡Qué extraordinaria preparación para el gran puesto al que ahora se le ha llamado!

Otra de las grandes cualidades del presidente Nelson, para sorpresa de algunos, es su aptitud como escritor. Sus escritos son modelos de claridad, y la revisión que hace a los escritos de otras personas es siempre útil. Los miembros de los Doce intercambian borradores para obtener sugerencias para mejorar el texto de discursos importantes. En ese proceso, he aprendido que nadie hace mejores sugerencias para mejorar mis discursos que el presidente Nelson. Como alguien que ha dedicado su vida profesional a trabajar con palabras, me sorprendió que me corrigiese de manera tan brillante alguien cuya vida profesional era trabajar con cuerpos. Me tranquilizó saber que su modo ejemplar de escribir es el resultado de trabajo arduo. Una vez, cuando solicitó la revisión de uno de sus manuscritos, me di cuenta de que era su octavo borrador. Si hubiera sabido del increíble récord de publicaciones profesionales del Dr. Nelson, no me habría sorprendido que no hubiese un mejor escritor en el Cuórum de los Doce.

Russell M. Nelson on family ski outing

La mayoría de la gente está intrigada con la edad de nuestro nuevo presidente: ¡93! Aquellos de nosotros que trabajamos en estrecha colaboración con él estamos preocupados solo por nuestros propios esfuerzos para mantenernos a la par con él. Es impresionantemente activo, tanto física como mentalmente, y su memoria es excepcional; esquía con frecuencia con muy poco descanso y aún utiliza la máquina quitanieves, tanto para su casa como para la de su vecino24. Cada jueves he experimentado su energía ilimitada. Cuando terminamos nuestra reunión en el Templo de Salt Lake, algunos toman el ascensor hasta la planta baja y algunos bajan por los varios tramos de escaleras desde nuestra sala superior. El presidente Nelson siempre baja las escaleras de prisa. Siempre trato de seguirle el ritmo, pero no puedo hacerlo.

Dedicado al Salvador

El presidente Nelson ha dicho: “Cada día del servicio que presta un apóstol es un día de aprendizaje y de preparación para una mayor responsabilidad en el futuro”25. Para él, el tiempo de preparación para dirigir la Iglesia ha terminado, y ha recibido el manto sagrado de Presidente de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. ¿Qué nos lleva a esperar su preparación durante su periodo de liderazgo?

De suprema importancia es su dedicación al Señor Jesucristo, quien es la cabeza de Su Iglesia. Como dijo el presidente Nelson en su mensaje de enero, citado anteriormente: “… seguiremos procurando conocer Su voluntad y seguirla”26. Mientras tanto, las inspiradas enseñanzas del presidente Nelson mencionan temas probables a los que se dará énfasis.

Durante la conferencia general de octubre de 2017, el presidente Nelson recordó a los miembros de la Iglesia la gran importancia del Libro de Mormón. Compartió los resultados de su estudio personal del Libro de Mormón, incluyendo listas de lo que es el Libro de Mormón, lo que afirma, lo que refuta, lo que cumple, lo que aclara y lo que revela. Exhortó a los miembros a estudiar y meditar el libro a diario27.

Russell M. Nelson and his counselors during press conference

El 16 de enero de 2018, dos días después de que el presidente Nelson fue apartado como Presidente de la Iglesia, anunció que la nueva Primera Presidencia comenzaría su ministerio “con el fin en mente”. Ese “fin” es la salvación de las personas y el sellamiento de familias en la Casa del Señor. “Por esa razón, nos dirigimos a ustedes hoy desde un templo”, dijo el presidente Nelson desde el edificio anexo del Templo de Salt Lake.

“El fin por el que cada uno nos esforzamos es ser investidos con poder en una Casa del Señor, ser sellados como familias, ser fieles a los convenios hechos en el templo que nos hacen merecedores del don más grande de Dios, que es la vida eterna. Las ordenanzas del templo y los convenios que ustedes hagan allí son clave para fortalecer su vida, su matrimonio y su familia, y su habilidad para resistir los ataques del adversario. Su adoración en el templo y el servicio que presten allí por sus antepasados los bendecirá con mayor revelación personal y paz, y los fortalecerá en su compromiso de mantenerse en el camino de los convenios”28.

El presidente Nelson también emitió un llamado para que los santos permaneciesen en el camino de los convenios: “Su compromiso de seguir al Salvador al hacer convenios con Él y luego guardar esos convenios abrirá la puerta a toda bendición y privilegio espiritual que están al alcance de hombres, mujeres y niños en todas partes”. A aquellos que se hayan apartado del camino, dijo: “… los invito con toda la esperanza de mi corazón a que por favor regresen. Cualesquiera que sean sus preocupaciones o desafíos, hay un lugar para ustedes en esta, la Iglesia del Señor. Ustedes y las generaciones aún por venir serán bendecidas por las acciones que tomen ahora para regresar al camino de los convenios”29.

Esta es otra pista importante: “El pasaje de las Escrituras que se ha convertido en una leyenda viviente para mí se encuentra en la sección 88 de Doctrina y Convenios, donde el Señor dice: ‘… apresuraré mi obra en su tiempo’”, ha dicho el presidente Nelson. “Y he vivido… para ver este apresuramiento”30. Ahora él lo dirigirá.

El presidente Russell M. Nelson siempre ha testificado de la divinidad de Jesucristo y de la veracidad del Plan de Salvación que nuestro Padre Celestial y Su Hijo amado han dado para informarnos y guiarnos. A medida que el presidente Nelson conduce la Iglesia hacia el futuro, los Santos de los Últimos Días pueden sentir gran consuelo al saber que él los guiará de acuerdo con la voluntad del cielo. “Declaro mi devoción a Dios nuestro Padre Eterno y a Su Hijo, Jesucristo”, dijo. “Los conozco; los amo, y me comprometo a servirles a Ellos —y a ustedes— con cada aliento de vida que me quede”31.

Amo a este siervo del Señor, mi colega y amigo de hace mucho tiempo, el presidente Russell M. Nelson. Junto con todos mis colegas miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, atesoro sus enseñanzas y espero su inspirado liderazgo como nuestro profeta. Testifico que él ha sido llamado por Dios para dirigir la Iglesia en nuestros días.

Notas

  1. Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, Liahona, abril de 2018, pág. 6.

  2. Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, pág. 7.

  3. Sylvia Webster y Russell Nelson Jr., en Sarah Jane Weaver, “Get to Know President Russell M. Nelson, a Renaissance Man”, Church News, 16 de enero de 2018, lds.org/church/news.

  4. Sylvia Webster, en Sarah Jane Weaver, “Get to Know President Russell M. Nelson”.

  5. Russell Nelson Jr., en Tad Walch, “Who Is President Russell M. Nelson? A Man of Heart, Compassion and Faith”, Deseret News, 16 de enero de 2018, deseretnews.com.

  6. Véase Russell M. Nelson, “Begin with the End in Mind” (charla fogonera de la Universidad Brigham Young, 30 de septiembre de 1984), pág. 2, speeches.byu.edu.

  7. Russell M. Nelson, “Begin with the End in Mind”, pág. 3.

  8. Véase Tad Walch, “Who Is President Russell M. Nelson?”

  9. En Spencer J. Condie, Russell M. Nelson: Father, Surgeon, Apostle, 2003, pág. 140.

  10. Véase Russell M. Nelson, “Vivan como verdaderos milénicos”, Liahona, octubre de 2016, pág. 52.

  11. En “Elder Russell M. Nelson of the Quorum of the Twelve Apostles”, Ensign, mayo de 1984, pág. 87.

  12. Russell Marion Nelson, From Heart to Heart: An Autobiography, 1979, pág. 114.

  13. Jeffrey R. Holland, en Tad Walch, “Who Is President Russell M. Nelson?”

  14. En “Elder Russell M. Nelson of the Quorum of the Twelve Apostles”, pág. 88.

  15. Dantzel White Nelson, in Lane Johnson, “El Dr. Russell M. Nelson: Ejemplo de obediencia”, Liahona, abril de 1983, págs. 20–26.

  16. Russell Marion Nelson, From Heart to Heart, pág. 149.

  17. Russell Marion Nelson, From Heart to Heart, pág. 149.

  18. David O. McKay, en Russell Marion Nelson, From Heart to Heart, pág. 150.

  19. En Spencer J. Condie, Russell M. Nelson: Father, Surgeon, Apostle, pág. 186.

  20. En Marvin K. Gardner, “Élder Russell M. Nelson: La aplicación de las leyes divinas”, Liahona, febrero de 1985, pág. 29.

  21. Página de Facebook de Russell M. Nelson, video publicado el 11 de septiembre de 2014, facebook.com/lds.russell.m.nelson/videos.

  22. Véase la página de Facebook de Russell M. Nelson, video publicado el 11 de septiembre de 2014.

  23. Véase Tad Walch, “Who Is President Russell M. Nelson?”

  24. Véase Tad Walch, “Who Is President Russell M. Nelson?”

  25. Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, pág. 6.

  26. Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, pág. 6.

  27. Russell M. Nelson, “El Libro de Mormón: ¿Cómo sería su vida sin él?”, Liahona, noviembre de 2017, págs. 60–63.

  28. Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, pág. 7.

  29. Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, pág. 7.

  30. Página de Facebook de Russell M. Nelson, video publicado el 11 de septiembre de 2014.

  31. Russell M. Nelson, “Al avanzar juntos”, pág. 7.