2018
¿Eres un amigo “imperdible”?
Septiembre de 2018


¿Eres un amigo “imperdible”?

La autora es miembro del comité de prevención del suicidio de la Iglesia.

¿Qué haces para mostrar a tus amigos que pueden contar contigo?

safety pin friend

Fotografías de Getty Images

Cuando Abel desapareció, el Señor preguntó a su hermano Caín dónde estaba. “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”, respondió Caín.

En otras palabras, Caín dijo: “¿Y yo cómo he de saberlo? No es mi responsabilidad cuidarlo”.

Jesucristo, por el contrario, nos enseña un mensaje muy diferente en cuanto a cuidar a los demás. Él dijo que debemos tratar a otras personas del modo en que queremos que se nos trate a nosotros, lo que incluye ayudarse el uno al otro, cuidarse el uno al otro y velar el uno por el otro (véase Lucas 6:31).

Hay muchas personas a tu alrededor que afrontan alguna clase de dificultades. Tal vez tú mismo atravieses momentos difíciles ahora. En cualquier caso, puedes marcar la diferencia al escoger seguir a Jesucristo.

Las amigas “imperdibles”

Un grupo de amigas halló una forma poco habitual de tender la mano la una a la otra. Sus situaciones familiares y procedencias eran diferentes, pero todas se preocupaban la una por la otra y deseaban fortalecer su amistad.

Una de las amigas atravesaba un momento particularmente difícil en casa. Les dijo que en ocasiones deseaba desaparecer, pero que mantenía sus sentimientos ocultos tras una sonrisa porque le preocupaba que los demás la juzgaran.

Sus amigas querían que supiera que se hallaba segura con ellas, y que el mundo era un lugar mejor gracias a que ella estaba en él. De modo que idearon un plan: usarían imperdibles [alfileres de seguridad o de gancho]. Cada una llevaría un imperdible en la ropa todos los días para recordarle a su amiga —y recordarse la una a la otra— que habían asumido el compromiso de entablar una amistad segura, firme y digna de confianza; y que querían que las demás permanecieran a su lado.

Años después, aquella jovencita aún recuerda a sus amigas “imperdibles” y agradece la protección que sintió al saber que estas se preocupaban por ella.

¿Qué puedes hacer tú?

No, no hace falta que lleves un alfiler de seguridad para brindar apoyo a tus amigos; no obstante, sí puedes pensar en lo que podrías hacer para cuidar de tus amigos, para fortalecer a los que tengan dificultades y para ser un amigo seguro de quien sea que necesite tu ayuda.

“Nosotros, en especial, debemos ser mejores en lo que respecta a amar a la gente en lugar de juzgarla. Nosotros, en especial, debemos integrar más a los demás”, dijo el élder Dale G. Renlund, del Cuórum de los Doce Apóstoles. “‘Te[ner] compasión’ (Judas 1:22) y marcar la diferencia; eso es lo que debemos hacer”1.

Entonces, ¿qué puedes hacer para ayudar a quienes te rodean? Las siguientes son algunas ideas que quizás fomenten tu creatividad:

  • Ora y pide ayuda a Dios. Parece algo sencillo, pero puede ser un potente instrumento. Dios conoce a tus amigos a la perfección; te conoce a ti a la perfección, y puede ayudarte a ser un amigo compasivo.

  • Mantente alerta a fin de ver cualquier señal de que tus amigos pudieran estar atravesando dificultades.

  • Busca maneras sencillas de prestar servicio a la persona en particular. Como dijo la hermana Linda K. Burton, que fue Presidenta General de la Sociedad de Socorro, “Primero observa; luego sirve”2. ¿Qué observas en tus amigos? ¿Qué les agrada y qué les desagrada? ¿Qué necesitan? Tras esas consideraciones, podrás ayudar a alguien de manera singular y particular.

  • Recuerda que el que seas un amigo afectuoso y solidario no significa que seas responsable de las acciones de otras personas; tú no eres el responsable de la felicidad de ellas.

  • Piensa en algo divertido que puedan hacer con tus amigos, como, por ejemplo, llevar alfileres de seguridad para recordarse unos a otros que deben ser solidarios. Ciertos jóvenes hicieron calcetines chistosos y se comprometieron a ser “aspirantes al valor, la bondad y el servicio” (que en inglés se escribe “seekers of courage, kindness, and service”, y cuya sigla es socks, es decir, “calcetines” en ese idioma). Los jóvenes de otro grupo sabían cómo se sentían los demás porque llevaban prendas de colores que representaban el estado de ánimo. Por ejemplo, si alguno se sentía demasiado “morado” un día, sus amigos sabían que necesitaba más afecto.

  • ¡No tengas un límite de amigos! Jesús ofreció amistad a personas que el resto del mundo despreciaba. Cuando tiendes la mano para integrar a otras personas —en especial a quienes les es difícil hacer amigos— sigues el ejemplo de Él.

A veces, la vida puede ser difícil; pero tú eres fuerte y poderoso. Tu bondad y consideración pueden cambiar la vida de alguien. ¡Tus amigos te necesitan! Busca la guía del Señor y Él te sostendrá durante las pruebas, y te ayudará a hacer del mundo un lugar mejor.

Notas

  1. Entrevista al élder Renlund, 23 de enero de 2018.

  2. Linda K. Burton, “Primero observa; luego sirve”, Liahona, noviembre de 2012, pág. 78.