La obra del templo
El templo es un lugar de poder y bendiciones
Durante la Conferencia General de octubre de 2021, el presidente Russell M. Nelson dijo:
“Dediquen tiempo al Señor en Su santa casa. No hay nada que fortalezca su fundamento espiritual como lo hacen el servicio y la adoración en el templo”1.
Días después de escuchar ese mensaje, mi esposa reservó una cita para hacer ordenanzas en el templo por sus antepasados. A pesar de la pandemia, pudimos asistir de nuevo al templo y dedicar tiempo en la santa casa del Señor, aprender y experimentar el poder y las bendiciones del santo templo, y ser más convertidos en la adoración en el templo.
En Doctrina y Convenios 109:22–23, encontramos:
“Te rogamos, Padre Santo, que tus siervos salgan de esta casa armados con tu poder, y que tu nombre esté sobre ellos, y los rodee tu gloria, y tus ángeles los guarden;
“y que de este sitio lleven nuevas sumamente grandes y gloriosas, en verdad, hasta los cabos de la tierra, a fin de que sepan que esta es tu obra y que has extendido tu mano para cumplir lo que has hablado por boca de los profetas tocante a los últimos días”.
El élder Marión D. Hanks enseñó:
“El templo es de fundamental importancia a fin de proporcionar el contexto para purificarnos y, por lo tanto, santificarnos; lo cual, a su vez, al aprender sobre Cristo, nos lleva a obtener un conocimiento y un testimonio personales de Él que conducen a los dones más preciados de la vida”2.
Sé que, al dedicar tiempo a servir en la santa casa del Señor, recibimos las bendiciones de nuestro Padre Celestial, nos elevamos por sobre las dificultades del mundo y somos guiados por el Espíritu Santo.