Voces de los miembros
Bendecir a los hijos es una bendición para los padres
Nací dentro del convenio y al crecer en la Iglesia siempre escuché a mis padres contar la historia de cuando fui bendecido a los dos meses de edad. En ese tiempo las fotografías no eran tan comunes, así que se relataban los recuerdos. Mi papá contaba que él y mi abuelo me tomaron en sus manos para bendecirme. Mi papá me bendijo para que en mi vida siempre pudiera servir al Señor. Con los años pude servir al Señor en una misión y he podido ver cómo esa y otras promesas se han cumplido.
Cuando mi esposa estaba embarazada sentía una emoción constante porque tendría el privilegio de bendecir a mi hija. La noche antes de la bendición oré mucho para que el Padre me diera una mente clara para que pudiera expresar los sentimientos y las bendiciones para ella. Tuve la impresión de escribir lo que quería decir, al hacerlo pude imaginar a mi hija aprendiendo en la Primaria, cantando en las noches de hogar, siendo una joven bondadosa con los demás, alcanzando sus metas, convirtiéndose en una mujer que hace convenios con el Señor y sirve a los demás.
A la mañana siguiente el momento llegó y el 9 de octubre de 2022, acompañado de mi papá y mi abuelo, esos dos hombres que me sostuvieron treintaiún años antes y junto con dos tíos más, tomamos en nuestras manos a esa hija especial de Dios para darle la más dulce bendición que un padre lleno de amor puede expresar. Al decir amén y sentarme de nuevo al lado de mi esposa, pensé en cómo un amoroso Padre Celestial nos ve y se ilusiona con todo lo que podemos lograr en esta vida terrenal para regresar a vivir con Él.
Agradezco que este Evangelio restaurado permite que hombres imperfectos puedan ser las manos de Dios para bendecir a Sus hijos. Ahora espero pacientemente el día que mi hija pueda entrar en las aguas bautismales y pueda hacer su primer convenio.