Voces de los miembros
Las bendiciones del domingo de ayuno
Sé que esta práctica inspirada continuará y bendecirá a mis generaciones futuras
El domingo de testimonio y ayuno ha bendecido mi vida y la de mi familia. Cuando mis dos hijas eran pequeñas yo deseaba que ellas obtuvieran un testimonio de Jesucristo y de nuestro Padre Celestial. Mi meta era ayunar y compartir mi testimonio cada primer domingo, con el tiempo ellas también lo hicieron.
Años más tarde, decidieron servir en una misión de tiempo completo, fueron a enseñar y a testificar de Jesucristo y de Su Evangelio. Eso me ha ayudado a tener fortaleza espiritual y a ayudar a otros.
Testificar de Cristo ha marcado mi vida y la de mis hijas. Aprendí que cuando somos obedientes y nos acercamos a nuestro Padre Celestial, vemos Su bondad.