Doctrina y Convenios 2021
Atender las necesidades de los niños pequeños


“Atender las necesidades de los niños pequeños”, Ven, sígueme — Para la Primaria Doctrina y Convenios 2021 (2020)

“Atender las necesidades de los niños pequeños”, Ven, sígueme — Para la Primaria 2021

Niños pequeños sentados

Atender las necesidades de los niños pequeños

Los niños están dispuestos y deseosos de aprender el Evangelio si se les presenta de una manera en la que ellos lo puedan entender. En especial si enseña a niños pequeños, considere utilizar los siguientes tipos de actividades para ayudarles a aprender.

  • Cantar. Los himnos y las canciones de Canciones para los niños enseñan la doctrina de un modo poderoso. Utilice el índice de temas que se encuentra al final de Canciones para los niños para hallar canciones que se relacionen con los principios del Evangelio que esté enseñando. Ayude a los niños a relacionar el mensaje de las canciones con la vida de ellos. Por ejemplo, podría hacer preguntas sobre palabras o frases de la letra de las canciones. Además de cantar, los niños pueden hacer movimientos que correspondan con las canciones o simplemente escuchar las canciones como música de fondo mientras estén trabajando en una hoja de actividades.

  • Escuchar o dramatizar un relato. A los niños les gustan los relatos, tanto contarlos como escucharlos. Comparta relatos de las Escrituras, de su vida, de la historia de la Iglesia o de las revistas de la Iglesia, y permita que los niños cuenten relatos de sus vidas. Busque maneras de hacer que ellos participen al relatarlos. Ellos pueden sostener láminas u objetos, dibujar lo que están escuchando, hacer una dramatización o ayudar a relatarlo. Ayude a los niños a reconocer las verdades del Evangelio en los relatos que comparta.

  • Leer un pasaje de las Escrituras. Quizá los niños pequeños no puedan leer mucho, pero aun así, usted puede hacer que participen y aprendan de las Escrituras. Quizás deba enfocarse en un solo versículo, en una frase clave o en una palabra. Cuando lea un pasaje de las Escrituras en voz alta, podría invitar a los niños a ponerse de pie o a levantar la mano cuando escuchen una palabra o frase específica en la que usted desee concentrarse. Tal vez ellos sean capaces de memorizar frases cortas de las Escrituras si las repiten unas cuantas veces. Al escuchar la palabra de Dios, ellos sentirán el Espíritu.

  • Mantenerlos activos. Debido a que los niños pequeños a menudo son dinámicos, planifique maneras que les permitan moverse: marchar, brincar, saltar, inclinarse, caminar y hacer otros movimientos que se relacionen con el principio o relato que esté enseñando. Esos movimientos también pueden ser eficaces cuando canten todos juntos.

  • Mirar una ilustración o ver un video. Cuando muestre a los niños una ilustración o un video que esté relacionado con un principio del Evangelio o un relato de las Escrituras, hágales preguntas que les ayuden a aprender de lo que están viendo. Por ejemplo, podría preguntarles: “¿qué está sucediendo en esta ilustración o en este video?” o “¿qué sienten al ver esto?”. La aplicación Biblioteca del Evangelio, medialibrary.ChurchofJesusChrist.org y children.ChurchofJesusChrist.org son buenos sitios para buscar videos.

  • Compartir experiencias y testimonio. Es posible que los niños pequeños no tengan tanto que compartir como los mayores, pero si les brinda guía específica, ellos pueden compartir sus experiencias y su testimonio sobre lo que estén aprendiendo.

  • Crear. Los niños pueden construir, dibujar o colorear algo relacionado con el relato o el principio que estén aprendiendo. Anímelos a llevar lo que hayan creado a su casa y que lo compartan con los integrantes de su familia a fin de ayudar a los niños a recordar lo que aprendieron.

  • Participar en lecciones prácticas. Una sencilla lección práctica puede ayudar a los niños a entender un principio del Evangelio que sea difícil de comprender. Cuando utilice lecciones prácticas, busque maneras que permitan que los niños participen. Aprenderán más de una experiencia interactiva que de solo observar una demostración.

  • Dramatizar. Cuando los niños hacen una dramatización de una situación que probablemente afronten en la vida real, son más capaces de entender la forma en que un principio del Evangelio se aplica a la vida de ellos.

  • Repetir actividades. Quizás los niños pequeños necesiten escuchar los conceptos varias veces para entenderlos. No tema repetir relatos o actividades con frecuencia, incluso durante la misma lección. Por ejemplo, podría compartir un relato de las Escrituras varias veces y de diferentes maneras durante una lección: leerlo en las Escrituras, resumirlo con sus propias palabras, mostrar un video, permitir que los niños le ayuden a relatarlo, invitarlos a dramatizarlo, etcétera. Si se hace una actividad en la clase y también se repite en el hogar, esa repetición ayudará a que los niños aprendan y recuerden.

  • Interactuar con los demás. Los niños están desarrollando sus habilidades sociales y a menudo disfrutan de aprender y jugar con sus compañeros. Cree oportunidades para que ellos compartan, tomen turnos y cooperen mientras estén aprendiendo.

  • Participar en diversas actividades. Los niños pequeños, por lo general, tienen una capacidad de concentración de corta duración y tienen diferentes estilos de aprendizaje. Utilice diversas actividades y preste atención a las señales que indican que los niños necesitan un cambio de ritmo. Por ejemplo, quizá sea necesario alternar con frecuencia entre actividades tranquilas y movidas.

Parte de su función como maestro de niños pequeños —además de enseñar principios del Evangelio— es ayudar a los niños a aprender la forma de participar de manera apropiada en una clase de la Iglesia. Por ejemplo, quizá sea necesario que aprendan en cuanto a tomar turnos, compartir, respetar a los demás, etcétera. Algunos maestros elaboran diagramas con asignaciones para que cada niño participe en la clase de una manera específica (tales como hacer la oración, sostener una lámina o repartir hojas de papel). Las asignaciones podrían ser diferentes cada semana. Esto ayuda a los niños a tomar turnos y a concentrarse en el comportamiento debido en el salón de clases.

Los niños —en especial los pequeños— a menudo se benefician de una rutina regular y predecible. Ya que los niños pequeños tienen una capacidad de concentración de corta duración y a menudo se les dificulta concentrarse durante toda una clase, por lo general es mejor si dicha rutina incluye transiciones frecuentes de una actividad a otra. Por ejemplo, la rutina de su clase podría incluir descansos esporádicos para participar en un juego, colorear un dibujo, cantar una canción, etcétera.

Niños y maestros en una clase