“11. Mujeres Jóvenes”, Selecciones del Manual General, 2023.
“11. Mujeres Jóvenes”, Selecciones del Manual General
11.
Mujeres Jóvenes
11.1
Propósito y organización
11.1.1
Propósito
La organización de las Mujeres Jóvenes ayuda a las jóvenes a hacer convenios sagrados y cumplirlos, y a profundizar su conversión a Jesucristo y Su Evangelio.
11.1.2
El lema de las Mujeres Jóvenes
“Soy una hija amada de padres celestiales, con una naturaleza divina y un destino eterno.
“Como discípula de Jesucristo, me esfuerzo por llegar a ser semejante a Él. Busco revelación personal y actúo de conformidad con ella, y ministro a otras personas en Su santo nombre.
“Seré testigo de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar.
“A medida que me esfuerzo por ser merecedora de la exaltación, valoro el don del arrepentimiento y procuro mejorar cada día. Con fe, fortaleceré mi hogar y mi familia, haré y guardaré convenios sagrados, y recibiré las ordenanzas y las bendiciones del santo templo”.
11.1.3
Las clases
Las mujeres jóvenes pasan a ser miembros de una clase de las Mujeres Jóvenes a partir de enero del año en que cumplen doce años.
Los obispados y las líderes adultas de las Mujeres Jóvenes deciden con espíritu de oración cómo organizar las clases de acuerdo con las edades. Cada clase, sin importar su tamaño, debe tener una presidenta y, donde sea posible, una o dos consejeras y una secretaria.
11.2
Participar en la obra de Dios de salvación y exaltación
11.2.1
Vivir el Evangelio de Jesucristo
11.2.1.2
El aprendizaje del Evangelio
Las reuniones de clase se llevan a cabo el segundo y cuarto domingo de cada mes, duran 50 minutos. Una miembro de la presidencia de clase dirige la reunión. guía a la clase al recitar el lema y deliberar en consejo sobre las asignaciones y otros asuntos.
Una miembro de la clase o una líder adulta dirige entonces la enseñanza del Evangelio.
11.2.1.3
El servicio y las actividades
Los proyectos de servicio y las actividades deben edificar los testimonios, fortalecer a las familias, fomentar la unidad de la clase y proporcionar oportunidades de bendecir a los demás.
Algunos proyectos de servicio y actividades deben incluir tanto a los hombres jóvenes como a las mujeres jóvenes, especialmente en el caso de los jóvenes de más edad.
Actividades anuales. Además de las actividades regulares de los jóvenes, las mujeres jóvenes también pueden participar en lo siguiente cada año:
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Un campamento de las Mujeres Jóvenes (véase Guía de Campamento de las Mujeres Jóvenes).
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Una conferencia de la juventud de barrio o estaca, o una conferencia Para la Fortaleza de la Juventud (FSY, por sus siglas en inglés, anteriormente PFJ).
11.2.1.4
El desarrollo personal
Como parte de sus esfuerzos por llegar a ser más cómo el Salvador, se invita a los jóvenes a fijarse metas para crecer espiritual, social, física e intelectualmente (véase Lucas 2:52).
Para obtener más información, véase ChildrenandYouth.ChurchofJesusChrist.org.
11.2.2
Cuidar de los necesitados
Las mujeres jóvenes deben tener oportunidades regulares de servir a otras personas en sus familias y con sus familias, durante las actividades de los jóvenes y por su cuenta.
11.2.2.1
Ministrar
Las mujeres jóvenes pueden recibir asignaciones para ministrar a partir de enero del año en que cumplan catorce años. Para más información, véase el capítulo 21.
11.2.3
Invitar a todos a recibir el Evangelio
Las mujeres jóvenes invitan a todos a recibir el Evangelio al “ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar” (Mosíah 18:9).
Los padres y las líderes pueden ayudar a las mujeres jóvenes a que se preparen para compartir el Evangelio durante toda la vida.
11.2.4
Unir a las familias por la eternidad
Las mujeres jóvenes pueden ayudar de muchas formas a unir las familias por la eternidad.
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Honrar a sus padres y ser un ejemplo al llevar una vida semejante a la de Cristo en sus hogares.
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Prepararse para recibir las ordenanzas del templo, entre ellas el matrimonio eterno.
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Encontrar antepasados que necesiten las ordenanzas del templo (véase FamilySearch.org).
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Tomar parte en bautismos y confirmaciones por los muertos tan a menudo como lo permitan las circunstancias.
11.3
Las líderes de las Mujeres Jóvenes de barrio
11.3.1
El obispado
La responsabilidad fundamental del obispo es cuidar de las mujeres jóvenes y de los hombres jóvenes del barrio. Él y sus consejeros han de conocer sus nombres y entender sus circunstancias familiares. Se reúnen con cada mujer joven al menos dos veces al año (véase 31.3.1).
El obispo es el responsable de la organización de las Mujeres Jóvenes del barrio. Se reúne regularmente con la presidenta de las Mujeres Jóvenes.
El obispo y sus consejeros participan con regularidad en reuniones, proyectos de servicio y actividades de las Mujeres Jóvenes.
11.3.2
La presidencia adulta de las Mujeres Jóvenes
El obispo llama y aparta a una mujer adulta para que sirva como presidenta de las Mujeres Jóvenes de barrio. Si la unidad es suficientemente grande, ella recomienda que se llame a una o dos mujeres adultas como sus consejeras (véase el capítulo 30).
En una unidad pequeña, la presidenta de las Mujeres Jóvenes podría ser la única líder adulta llamada en esa organización. En ese caso, ella coordina con los padres para organizar la enseñanza y las actividades de las jóvenes.
Si una rama no tuviera presidenta de las Mujeres Jóvenes, la presidenta de la Sociedad de Socorro puede organizar la enseñanza de las jóvenes hasta que se llame a una presidenta para esa organización.
La presidenta de las Mujeres Jóvenes tiene las siguientes responsabilidades. y sus consejeras la ayudan en su cumplimiento.
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Prestar servicio en el consejo de barrio.
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Servir como miembro del consejo de barrio para la juventud (véase 29.2.6).
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Ministrar a las jóvenes individualmente.
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Enseñar sus responsabilidades a otras líderes de las Mujeres Jóvenes y a las presidencias de clase.
-
Aconsejar a las jóvenes en cuanto a las dificultades que afronten para las que no se requiera la participación del obispo y que no estén relacionadas con el abuso ni el maltrato (véanse 32.3, 31.3.1 y 38.6.2).
11.3.4
La presidencia y la secretaria de clase
11.3.4.1
Llamar, sostener y apartar
Cada clase de las Mujeres Jóvenes debe tener una presidencia de clase.
Un miembro del obispado llama a una joven para servir como presidenta de clase. Cuando haya suficientes mujeres jóvenes que puedan prestar servicio, ella considera con espíritu de oración a qué miembros de la clase podría recomendar como consejeras y secretaria.
Después de extender esos llamamientos, un miembro del obispado presenta a las jóvenes a la clase para su sostenimiento. El obispo o un consejero asignado aparta a la joven.
11.3.4.2
Responsabilidades
Las presidentas de clase sirven en el consejo de barrio para la juventud (véase 11.3.4.4). Las presidencias de clase tienen además las siguientes responsabilidades:
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Dirigir la labor de la clase para participar en la obra de Dios de salvación y exaltación (véase el capítulo 1).
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Llegar a conocer a cada joven y prestarle servicio, incluso a las que no asistan a las reuniones de la clase.
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Planear y dirigir las reuniones de clase dominicales (véase 11.2.1.2).
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Planear y llevar a cabo proyectos de servicio y actividades con la clase (véase 11.2.1.3).
11.3.4.3
La reunión de la presidencia de clase
Las presidencias de clase de las Mujeres Jóvenes se reúnen con regularidad bajo la dirección de la presidenta de clase. También asisten las líderes adultas de las Mujeres Jóvenes asignadas a dar apoyo a la presidencia de la clase.
11.3.4.4
El consejo de barrio para la juventud
Véase 29.2.6 para obtener más información acerca del consejo de barrio para la juventud.
11.6
Pautas y normas adicionales
11.6.1
Proteger a las jóvenes
Cuando haya adultos que interactúen con jóvenes en contextos de la Iglesia, deben estar presentes al menos dos adultos responsables. Quizás se necesite combinar clases para hacerlo posible.
Todos los adultos que trabajen con jóvenes deben recibir la capacitación sobre cómo proteger a los niños y jóvenes durante el primer mes de haber sido sostenidos (ProtectingChildren.ChurchofJesusChrist.org).